Capítulo 13.

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Las luces se encendieron repentinamente, obligándolo a cerrar los ojos por la claridad repentina.

- Oh, disculpa... ¿Te desperté?- preguntó Juliette mirándolo desde el umbral de la puerta de la habitación.

Por un momento, creyó que estaba soñando. Verla así era algo que lo hacía estremecerse. Su cuerpo estaba envuelto por una toalla; su cabello, escurriendo, caía detrás de sus hombros, dejándolo admirar el hermoso escote que tenía; las gotas de agua recorrían su piel, y su sonrisa simplemente lo mataba.

- Yo... no... no estaba... dormido.- tartamudeó recorriendo indiscretamente su cuerpo con los ojos. Tal vez sí estaba durmiendo, tal vez estaba soñando.

Juliette sonrió. Su plan funcionaba.

- ¿Qué haces despierta aun?

- Oh, no podía dormir... Entonces decidí tomar una ducha, pero solo me despertó más.- rió tiernamente pasando las manos por su cabello.

Zayn deseó que esa toalla se cayera, o tener la posibilidad de arrancársela y dejarla desnuda, como la quería en ese momento. La ideo hizo que su miembro se endureciera al instante.

- ¿Tienes algo que te haga dormir?

"Yo, entre tus piernas", pensó.

- Busca en las alacenas. Creo haber puesto unas píldoras ahí ayer.

Ella caminó sonriente hasta las alacenas, moviendo las caderas. Se paró sobre las puntas de sus pies para observar los estantes. Vio una pequeña caja de cartón en el segundo. La tomó.

- ¿Son estas?- preguntó, y repentinamente un escalofrío recorrió su cuerpo haciéndola estremecerse. Sintió sus manos tomando sus caderas, y acariciándolas hasta llegar a su cintura, adueñándose de su cuerpo nuevamente. Un suspiro salió de sus labios, chocando contra su cuello húmedo.

- Deja eso. Tengo algo que te hará dormir mejor que cualquier pastilla.- susurró a su oído.

Juliette cerró los ojos y sonrió.

- ¿Qué es?

- Yo.- dijo antes de dejar un delicado beso en su cuello.

Ella se volteó rápidamente, y no tardaron ni un segundo en unir sus labios como esa mañana, en un ferviente beso. Él la alzó en el aire, Juliette abrazó su torso con sus largas piernas, y su cuello con los brazos, permitiéndole llevarla al sofá sin problemas. Una vez allí, la recostó con delicadeza y se quitó la ropa sin perder un segundo, quedando solo en boxers. Se recostó sobre su cuerpo, rozando su piel en un momento exquisito. Una vez más mezcló su lengua con la de Juliette; un beso que llenó de deseo a ambos.

- Eres deliciosa, Juliette.- susurró él con los ojos cerrados. Se acercó a la piel de su cuello, aun húmeda,para besarla con delicadeza y pasión al mismo tiempo. - Nena, necesito hacértelo...- exclamó, casi sin voz.

- Hazlo.

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