Capítulo 12.

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Nuevamente apoyó el paño humedecido sobre el corte de su labio. Él cerró los ojos, intentando de alguna manera aliviar el ardor.

Se encontraba recostado sobre el sofá mientras Juliette limpiaba su herida e intentaba bajar el hinchazón de sus golpes con hielo. Habían pasado varios minutos sin hablar, tal vez ninguno de los dos se atrevía a decir algo más.

Zayn ya le había dejado claro a Juliette que la dejaría ir, "por nada en especial", según él. Eso le dolió,pero se controló. No quería ni siquiera pensar en enamorarse de él, del maldito hijo de perra que la había sacado de su propio paraíso y la había llevado a un departamento húmedo y diminuto para sacarle todo el dinero y luego matarla. Bueno, la última parte, gracias al cielo, no sería así, pero ese era el plan en un principio. No quería enamorarse de alguien así... pero, sin querer ni notarlo, se estaba enamorando.

Él clavó sus ojos en los de ella. Por interminables segundos se conectaron. Algo estaba pasando en ese momento, los dos lo sabían, pero ninguno podía definirlo con exactitud. Nadie podría.

- ¿Por qué haces esto?- preguntó él, sin siquiera pestañear.

- ¿Por qué hago qué?- susurró ella, humedeciendo el paño nuevamente para volver a lo que hacía antes.

- Ser... así conmigo.- guardó silencio por un momento, buscando sus ojos. Rió con algo de ironía. - No lo merezco.

- Sí lo mereces. Me has tratado bien.

- Te secuestré.

- Pero no me has lastimado.

- Aun no lo he hecho...- susurró desviando la mirada al techo.

Juliette lo observó. Examinó su rostro, sus facciones... Todo en él reflejaba paz. No parecía malo. No era malo, algo dentro de ella le hacía estar segura de eso.

- No vas a hacerme daño. Yo lo sé.- dijo segura. Zayn cerró los ojos y sonrió. Ella terminaba con su trabajo de enfermera. - Ya está.

- Gracias... en serio.- murmuró incorporándose en el sofá, quedando frente a frente con Juliette, que estaba sentada en la mesita de centro. Ella sonrió débilmente. Nuevamente sus ojos se encontraron, permitiéndoles sentir mil y un sensaciones que hasta ese entonces desconocían. - Ya es tarde...

- Sí. Iré a dormir.- dijo Juliette levantándose. - Buenas noches.- volvió a sonreír, sin quitar los ojos de los de Zayn.

- Descansa.- susurró él. También intentó sonreír, pero estaba tan abrumado por lo que sentía que no pudo hacerlo.

Vió a Juliette desaparecer tras la puerta de la habitación, y suspiró. Había sido un día pesado. Se acostó sobre el sofá para intentar descansar, pero no pudo ni siquiera cerrar los ojos. ¿Qué demonios le estaba pasando? Apenas conocía a esa chica, y ya lo había cautivado.

Se recostó sobre la puerta del baño, quedando frente al espejo. Se conocía muy bien. Se estaba enamorando de Zayn, le gustaba demasiado, y mientras más lo veía reaccionar frente a lo que ella hacía o decía, más sentía que lo amaba. Sí, lo amaba. Era estúpido e infantil enamorarse de un delincuente que la tenía consigo hacía solo cuatro días, pero así eran los hechos. Con tan solo pensar en él, en su cuerpo, en esa piel morena y suave, en sus músculos torneados y tonificados, se le erizaba la piel. Con pensar en sus besos, en su lengua, en esos exquisitos labios... Realmente lo quería. Lo quería para ella, y solo para ella. Quería que fuera suyo, y ella ser suya, quería disfrutar de lo que él quería darle. Una idea cruzó por su mente. Si él la quería, y ella lo quería a él... ¿qué esperaban?

Esa noche iban a follar... Iban a follar duro.

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