Capítulo 3.

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"¡Desaparecida!

La hija del empresario multimillonario Richard Cassidy desapareció tras una noche difícil. No se ha sabido de su paradero en las últimas 24 horas, por lo que ha sido declarada desaparecida.

La unidad de investigaciones trabaja en el caso, y se teme que debido al poder de su familia, la joven Juliette Cassidy O'Connel esté secuestrada."

Zayn releyó el recorte de diario una vez más antes de arrojarlo a la vieja estufa a leña del departamento.

Se quedó sentado en el suelo, observando a Juliette tirada en el estropeado sofá, aún dormida bajo los efectos del nuevo somnífero que le había inyectado. Aun no estaba seguro de cómo lo haría esta vez. Estaba cansado de hacerlo, de sentirse la peor basura del mundo. Solo quería algo de paz, pero necesitaba ese dinero. No había más que hacer.

La chica comenzó a moverse lentamente, estiró las piernas y luego abrió los ojos con dificultad.

- Buenas noches...- murmuró Zayn sin inmutarse. No le sacó la vista de encima ni por un segundo.

Ella se sentó lentamente. Se llevó una mano a la cabeza.

- ¿Dónde estamos? ¿Qué pasó?

- Llegamos a la Gran Manzana, muñeca... Solo eso ha pasado.- respondió él levantándose.

Juliette observó todo el lugar. Sucio y sin una pizca de clase. Como un nido de ratas.

- Pudiste conseguir algo mejor, ¿no crees?

Zayn rió débilmente.

- ¿Pretendías que consiga un pent house para tenerte encerrada?- dijo sarcástico. - Sal de mi cama.

- Pero... ¿yo dónde voy a dormir?- preguntó ella inocentemente.

- ¿Aún tienes sueño? Dormiste un día entero...

- Siento que un camión me pasó por encima una y otra vez. Necesito descansar bien.

- No es mi problema, este no es un hotel. No hay camas.- dijo caminando hacia el sofá y tomando su brazo para que ella se incorporara.

- No quiero una cama, solo un lugar donde poder dormir un poco... que no sea un sucio y duro sofá.- exclamó mirándolo a los ojos.

Zayn siguió su juego, clavó sus ojos en los suyos por unos momentos. Al ver que ella no iba a ceder, suspiró. Esa chica tenía carácter.

La soltó. Ella no dejó de penetrar sus ojos con su mirada grisácea. Zayn caminó hacia una puerta y la abrió: estaba vacía, pero había un gran colchón sobre una de las paredes. Lo tiró al suelo, y pudo ver un pequeño estante que estaba detrás, donde habían algunas frazadas y almohadas. Acomodó la cama lo mejor posible y volvió a la sala.

- Ven...- indicó. - Puedes dormir aquí, tienes el baño y una cama... o algo parecido.- dijo dejándola entrar a la habitación.

- Gracias...- susurró ella caminando hacia el colchón. - ¿No quieres unas mantas para...

- No.- la interrumpió. - No te preocupes por mí. Puedo cuidarme solo...- agregó antes de cerrar la puerta tras él.

Juliette respiró hondo e intentó bajar la tensión de su cuerpo. Se quitó los zapatos, pudiendo descansar un poco así. No podía creer aun lo que estaba pasando: estaba secuestrada. La incertidumbre y el miedo la invadían desde el primer momento, pero se controlaba muy bien. Entrar en pánico no iba a ayudar en nada.

Caminó al baño y se miró en el espejo. Estaba horrible: su cabello rubio estaba desordenado y anudado, su maquillaje estaba corrido, y tenía hematomas y marcas por todo el cuerpo. Se quitó el incómodo y ajustado vestido y lo dejó sobre el inodoro, quedando frente al espejo solo con su lencería de encaje negro. Lavó su cara e intentó arreglar su cabello con los dedos. Volvió a la habitación y se recostó sobre el colchón, durmiéndose al instante.

...

Qué hermosa era, qué buena que estaba... Su cuerpo parecía tallado por los mismos ángeles, todo en su lugar y en perfectas condiciones. Cómo deseaba ir en ese mismo instante y comérsela entera.

Recorrió su cuerpo de abajo a arriba, comenzando por esas perfectas piernas, torneadas y largas, siguiendo por su cadera, enmarcada por esas bragas negras que deseó con el alma que no estuvieran allí, su cintura, abdomen, esos jugosos senos bajo el sostén, sus hombros, y finalmente ese rostro angelical que desentonaba totalmente con su cuerpo exquisito, pero que al mismo tiempo hacía que fuera perfecta.

Zayn relamió sus labios observándola. "Entra de una vez y hazla tuya, sabes que lo quieres", dijo una voz en su interior. Sonrió al pensarlo: hacerla suya, sí... Arracarle esas bragas y hacerla gozar hasta que ninguno de los dos pudiera seguir, hacerle todo lo que pasaba por su mente en ese momento, besar cada centímetro de su cuerpo. Cómo lo disfrutaría, ambos pasarían una noche increíble, sería salvaje... Estuvo a punto de entrar, pero una nueva voz en su mente comenzó a hablar. "Detente, estás trabajando. No puedes tratarla como a una puta más... Ya basta.", pensó. Comenzó una lucha con su subconsciente; quería, necesitaba entrar y hacérselo hasta el amanecer, pero no podía. Y cómo estaba... más excitado habría sido imposible. Lo necesitaba. Necesitaba estar entre sus piernas, dentro de ella, haciéndola gritar, gemir y sudar. La necesitaba...

Finalmente cerró la puerta, molesto, pero intentando no hacer ruido. Estaba molesto por la situación, molesto consigo mismo por ser tan débil. Ahora tenía una necesidad importante; si no quería lastimar a Juliette tendría que buscar a alguien más...

"Una puta más", pensó sonriente.

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