Descanse lo mas que pude, aprovechando que a Eliel lo cuidaba mi madre en New York.
Era hermoso despertarse sin ningún llanto pero extrañaba ese pequeño y pesado bulto sobre mi pecho ese aroma a bebé al cual me había acostumbrado y que en ocasiones el despertaba antes que yo solo para intentar llegar a mi boca.
-¿que travesuras harás mi pequeño?- pregunte dirigiendome a la nada
Me duche y puse lo que Dolce & Gabbana me había mandado para vestirme, no me gustaba mucho era algo formal pero era eso o mi propia piel.
Sin mas me decidí a recorrer las hermosas calles de Milán. Tenia tiempo que no visitaba este hermoso lugar, tenia tantos recuerdos aquí que era doloroso llegar sin recordar a Amelía, fue justo en estas calles donde nuestra historia de amor comenzó.
Retrospectiva:
Caminaba tranquilamente admirando la estructura de algunos edificios hasta que una delicada figura tropezó conmigo.
-¡Lo lamento mucho!- se disculpo ella
-¿por que?- pregunte embobado en aquellos ojos
-acabo de machar tu chaqueta blanca con mi helado-
Baje la mirada y era verdad. Tenia todo su helado en mi chaqueta.
-Me disculpo... Si quieres pago la tintorería se nota que es cara- se ofreció.
En sus ojos parecía estar avergonzada pero sus facciones estaban normales. No mostraba emoción alguna.
- O hacemos esto. Me dejas invitarte un helado por que el que tenias esta en mi chamarra... ¿Te parece?- ofrecí con mi tono coqueto.
-Eres guapo, pero no mi tipo- ella soltó una risita la cual se me contagio - como no quieres que pague la tintorería...Me despido- se dio media vuelta para dejarme ahí parado
-Y si me arrepiento luego- ataque
-Sera muy tarde...-respondio tranquila pero sonriente
-¿como te llamas? a lo mejor si te busque-
-Me llamo- estaba a punto de decirme su nombre -Mejor trata de encontrarme... Podrías cansarte- se burlo
Fin de retrospectiva
Pasar por estas calles me hacia recordar a Amelía, se que debo dejarla ir solo una parte de ella pues Eliel forma un lazo entre nosotros.
Unas calles mas adelante y un grupo de hermosas mujeres me rodearon.
-¿Isaac Jhonson?- me preguntó una castaña menudita
-Si, soy yo- conteste
La chica lanzo un grito de victoria y otro grupo mas grande se abalanzo sobre mi.
-Creó que esto solo me pasa a mi-
Reuní toda la fuerza que tenia y la concentre en mis piernas, tenia que salir vivo de esta. Las chicas gritaban mi nombre al igual que me amaban y quería hijos mios.
-¡no me persigan! ¡quiero vivir!- grite con todas mis fuerzas
Saimon me había dicho que contratara seguridad pero como el tonto que soy dije que no era necesario que nadie me reconocería. Baya sorpresa.
Encontré un callejón que daba a una calle cercaba a la del hotel. No dude en seguir mi camino solo hubo algo que me detuvo.
-¡Odio las bananas!-
Mi día iba de mal a peor.
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El Invasor *editándose *
HumorEl cuidar de un bebé es una tarea difícil para una mujer, !Imaginen para un hombre! Isaac Jhonson, quien nunca lo deseo, deberá estar a cargo de su "pequeño invasor" el cual es su propio hijo. Ahora tendrá que dejar a un lado las fiestas y cambiarlo...