Capítulo 14:"Momentos Felices"

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Turquesa vió la cara de felicidad de su amigo gris claro, que incluso se quedo un poco paralizado antes de subir a la peña alta. La aprendiza gris oscuro se puso feliz por su amigo:

-Ven porfavor,Manto de Pino.-maulló la líder.

Pronto el experimentado gato negro subió a la Peña Alta y se puso al lado de lo que sería su próximo aprendiz.

-Pequño Plumillo, esta mañana una amiga tuya me a dicho que eres grande y quires convertirte en aprendiz para algún día ser guerrero, Así que esta es tu hora.-luego la líer miró a Manto de Pino-Manto de Pino, eres muy astuto e inteligente, tu astucia nos a ayudado a ganar inumerables batallas. Enséñale todo eso a tu próximo aprendiz, Plumerillo.

Plumerillo chocó su pequeña nariz rosa con la grande y negra de su mentor y pronto los dos bajaron muy felices. Pronto la multitud cororeó el nombre del nuevo aprendiz:

-¡Plumerillo! ¡Plumerillo!

Cuando el aprendiz llegó al centro del campamento lo rodearon una multitud de gatos, entre ellos, su feliz madre Algodón y Turquesa, quien lo saludo ronroneando:

-¿Fuiste tú quien le dijo a Estrella de Luz que quería ser aprendiz?-dijo el gato gris claro sonrojandose suavemente.

-Si. Es que te ví muy triste en Maternidad y eres mi amigo-dijo sonrojandose.

-Vamonos Plumerillo, es hora de que vayamos a conocer el bosque y a cazar.-Los interrumpió Manto de Pino.

Turquesa se despidió moviendo la cola suavemente de un lado a otro. Y pronto apareció su joven Mentor.

-Ven Turquesa, hoy vamos a cazar.

Luego, los dos salieron del campamento y fueron a cazar en el bosque lleno de hojas cafés y negras en el suelo con las que la joven aprendiza se divirtió moviendolas suavemente en la tierra. De la nada, un fuerte viento azotó fuertemente a los árboles, haciendoles soltar muchas hojas, lo que provocó un hermoso torbellino negro y café. Todas aquellas hojas parecían gráciles codornices bajando del cielo para buscar semillas.

En poco tiempo llegaron a un pequeño arbusto, donde el gato paró y dijo:

-Hoy vamos a aprender a cazar un poco, y después, haremos unos grupos de caza. Pero antes, veamos si recuerdas a los animales del bosque, ¿Que es un tejón?

La aprendiza pensó y luego mulló:

-Es un animal blanco y negro, es bastante grande y tiene unas gramdes uñas.

-Muy bien, ahora dime: ¿Que debes hacer si ves un tejón?

-Debería subir a un árbol cercano, ya que los tejones no saben subir árboles, y cuando él se distraiga o se vaya, debo bajar y correr hacia el campamento y avisar al Clan del Tejón.

-Exelente. Ahora dime, ¿Que es un Perro?

-Es un animal grande y no muy peludo, puede ser de muchos colores y ladra fuertemente, pero solo es peligroso cuando no esta con sus Dos Patas.

-Muy bien, ¿Que debes hacer si te encuentras con un Perro sin correa ni sus Dos Patas?

-Subir a un árbol, Él no podrá trepar y cuando sus Dos Patas vengan, me voy al capamento.

-Fabuloso, pero se te olvidó decir que debes avisar al Clan en caso de que se aya adentrado mucho a nustro territorio.

Después de algunas preguntas más, se adentraron en el follaje del bosque hasta llegar al Alerce Solitario, donde la gata gris oscuro aprendió y memorizó como cazar musarañas y ratones.
Después de descansar y comerse un pequeño ratón de campo, Garra de Jaguar se levanto y le dijo a su aprendiza:

-Ahora haremos una pequeña patrulla de caza, tú irás hacia la Roca Musgosa y yo hacia el Arbusto de la Flor Dorada. Cuando te sientas conforme con la cantidad de presas que ayas cazado, regresarás al Alerce Solitario y nos reuniremos aquí con todas nuestras presas.

-Esta bien.-dijo la gata de ojos azules mientras su mentor se iba hacia el arbusto de las raras flores.

Pronto comenzó a caminar hacia la gran roca. Cuando iba a mitad de camino, sintió un olor de musaraña. Después de abrir levemente la boca, identificó que el olor era reciente, por lo que la presa debía de seguir por ahí, y justo como se lo apuntaba su nariz, pudo ver por el rabillo del ojo una musaraña joven. Se puso rápidamente en forma de acecho y velozmente corrió para matar al mamífero, y tras una pequeña persecusión, logró clavar sus fauces en el cuello de la musaraña que murió. Enterro rápidamente su presa en un hoyo tal como le enseño Garra de Jaguar y siguió caminando.

El día estaba bastante soleado, con unas pocas nubes blancas levitando sobre los árboles. El bosque parecía bastante tranquilo, y en poco tiempo pudo ver la enorme piedra cubierta de líquenes.

Pero de la nada, un pequeño quejido inundó la tranquilidad de la vegetación que la rodeaba. Confundida, la aprendiza camino hasta llegar a un roble. Detrás de él, se podía ver claramente el orígen de aquellos llantos de dolor. Yacía en el suelo, un pequeño conejillo blanco y negro con el pelaje cubierto de sangre reciente que manaba de su cuello y de su pata omo si fuera una corriente. Aquel pobre animal gemía lastimisamente en el suelo, sin poder levantarse para escapar de Turquesa. La aprendiza sabía que aquel pobre roedor moriría antes del anochecer. Turquesa tomó una desición: Lo tendría que matar. Sería mucho mejor que muriera ahora que más tarde, viendose a si mismo como su vida se iba lentamente. De un suave mordisco, el conejillo durmió para siempre.

Pronto la aprendiza empezó a buscar la razón de la muerte de aquel roedor. No olía a gato, pero tampoco a alguna criatura que conociera. Y con esa confusión en la cabeza, siguió buscando presas.

Cerca de un arbusto, pudo divisar un ratón café que comía una semilla. Sin pensarlo dos veces, se puso lista para acechar y en el momento exacto en el que pensaba saltar y cazarlo, el roedor salió corrirendo lejos de la gata. Despúes de una inútil persecusion realizada por Turquesa, el pequeño roedor se metió en su madriguera protegido de la gata gris oscuro que triste, tuvo que regresar a la Roca Musgosa para encontrar mas presas.

Cerca de allí, pudo observar un ratón que era muy parecido al anterior, pero tenía un hermoso pelaje blanco. Velozmente, se agachó para pronto cazar al extraño ratón, pero de la nada, una enorme sombra rojiza se abalanzó contra él matandolo y comuendoselo al instante. Además de rojo, aquel monstruo gigante tenía l pecho y la barriga totalmente blanca. Rápidamente aquel monstruoso clavó su mirada marrón en la de ella como una espina. Asustada, retrocedió un paso. Aquel monstruo no iba a ser pacífico con ella. Turquesa comprendió de que se trataba según las indicaciones de su mentor. Intimidada, comprobó que aquel animal de ojos malévolos no era nada más y nada menos que un zorro.

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Lo siento mucho por demorarme en escribir capítulos. Lo que pasa es que tengo muchas pruebas de fin de año y no he tenido tiempo de meterme mucho en Wattpad. Gracias!!!

Los Gatos Guerreros: La historia de Pequeña TurquesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora