Los Gatos Guerreros: La historia de Pequeña Turquesa

Capítulo 17: "Nuevo cachorro"

Turquesa no sabía que hacer. Si lo dejaba, estaba casi definido que moriría de hambre, ya que era notorio que la gata casera no volvería en su busqueda, lo había abandonado. Pero si se lo llevaba al Clan, ¿Lo aceptarían o lo rechazarían?

El pequeño gatito seguía moviendose en busca de leche. Sus ojillos estaban cerrados por el intenso frío al que no estaba acostumbrado.

La joven Aprendiza tomó una descisión: se lo llevaría. No podía condenar al pequeño felino a tan triste final. Con mucho cuidado, la gata gris oscuro tomó al gato anaranjado y partió hacia el campamento. Avanzaba bastante rápido. El cachorro maullaba desesperado y la gata pensaba "Tranquilo, ya llegaremos a casa". Cada momento, las temperaturas descendían más. El gato no estaba fuera de peligro de muerte.

Afortunadamente, en no mucho tiempo más llegaron a la entrada del Clan del Hielo. Turquesa jamás se había sentido tan feliz de ver el campamento otra vez. Tras cruzar la entrada, la gata vió a Garra de Jaguar confundido por el gato que llevaba en sus fauces.

-¿Donde encontraste ese cachorro?

-Una minina caseda lo abandodó en el bosque. Lo ví con mis dropios ojod.-tartamudeó la Aprendiza con el gatito en su boca.

-Ven. Levemoselo a Estrella de Luz para que decida que hacer con él.

Mientras caminaban por el centro del claro, la gata notó las primeras miradas curiosas de los gatos hacia ella. Sin embargo, no preguntaron nada. Sabían que la líder les informaría después.

Los dos gatos atravesaron el tunel de aulagas de la guarida de la Líder que acababa de descansar. Turquesa se sorprendió al ver que Estrella de Luz no mostraba ningún signo de curiosidad en sus ojos Ámbar. "De seguro que ya ha visto de todo" pensó.

-Dime Turquesa, ¿Donde encontraste este gato?

La Aprendiza dejó al cachorro en el suelo y luego maulló:

-Yo... estaba recogiendo una presa, hasta que escuche un sonido. Lo seguí, y descubrí una gata doméstica dejando a este gato. Entonces, decidí llebarmelo.

La gata amarilla paró un momento antes de seguir hablando:

-Bien. Mañana decidiré que hacer con este cachorro. Recuerda que las necesidades del Clan estan sobre todo, Turquesa. Ahora, acompañenme. Busquemos una reina que acoga a este cachorro.

Las dos gatas y el guerrero salieron hacia el campamento. Allí habían muchos más gatos curiosos que antes. Pronto llegaron a Maternidad. Al cruzar la entrada de la guarida, a Tuquesa se le inundaron las foses nasales del olor caliente y de leche que habitaba en ese lugar. Sin embargo, su madre Nubosa, ya no estaba ahí ya que había vuelto a cumplr sus obligaciones de guerrera tras el nombramiento de sus hijos. Estrella de Luz avanzó hasta llegar a Flor Plateada.

-Hola Flor Plateada. Turquesa ha encontrado este cachorro abandonado en el bosque, ¿Crees que podrías cuidarlo?-maulló la gata amarilla.

-Mmm...no veo por que no. Tengo leche de sobra...

La gata depositó al pequeño gatito al lado de la gata plateada. Pronto logró acercarse al costado de la Reina y comenzó a tomar leche.

Los tres gatos salieron de Maternidad y la Líder subió ágilmente a la Peña Alta. Una vez arriba, la gata dijo:

-Que todos los gatos lo bastante mayores para cazar se reunan aquí, debajo de la Peña Alta para una reunión del Clan.

La Aprendiza rápidamente se sentó en la fila junto a Azabachina para esperar las palabras de la Líder. En poco tiempo, los gatos se sentaron y la reunión comenzo.

-Hoy día, Turquesa encontró un gato abandonado del bosque, que no pertenecía a ningún clan y lo a traido.

La gata gris oscuro se sonrojó, ya que algunos gatos comenzaron a murmurar cosas y a mirarla.

-Mañana decidiré si lo aceptaremos en el Clan o no.-agregó Estrella de Luz.

-¡No podemos fiarnos de ese cachorro!-gritó Viento Fugaz.

-No, Viento Fugaz. Recuerda, ya hemos tenido miembros que no nacieron en el Clan, Pantona era una gata doméstica-le respondió Manto de Pino.

Y tras haber mencionado las palabras del viejo gato negro, todos los gatos que antes murmuraban se callaron. Pantona había sido una miembra muy querida del Clan. A pesar de que en sus primeras seis lunas había vivido como gata casera, era mucho más leal que algunos otros miembros que tenian sangre pura del Clan del Hielo.

-La reunión esta terminada.-dijo la Líder mientras bajaba de la gran roca.

Rápidamente, todos los gatos se esfumaron a sus guaridas o a sus patrullas. Turquesa, un poco más tranquila, se dirigió a la guarida de Aprendices para compartir lenguas con sus amigos. Cuando entró, Azabachina se le acercó:

-¿En serio te encntraste con ese cachorro en el bosque?

-Si. Fue muy raro. Pero al menos salvé la vida del gatito.-respondió la gata gris.

-¡Que divertido! Yo nunca tengo aventuras así.

Azabachina era muy cariñosa y simpática. Era una de las mejores amigas de Turquesa y solia ser muy divertida. Tambien era amiga de su hermano, Zarpa de Puma, a pesar de que este a veces era un poco pesado. Plumerillo también era un buen amigo de Turquesa, solian pasar buenos tiempos juntos conversando, era muy simpático y respetuoso. Codorniz era muy distinto a Azabachina. Era muy tímido y miedoso, pero con sus amigos hablaba un poco más y se divertía. Pero sin embargo, Turquesa no era buena amiga de Zarpa de Desierto, ya que siempre llegaba a la guarida diciendo que era el mejor peleador y cazador, cosa que molestaba a la Aprendiza. Zarpa de Fango, era un gato bastante reservado, no solía hablar mucho, ero cuando lo hacía, hablaba cosas muy interesantes. Era un buen cazador y luchador, tenía muy buenas habilidades. Pero, Turquesa sabía el gran secreto del Aprendiz atigrado, estaba enamorado de Azabachina. Siempre la miraba con unos ojos simpáticos y le encantaba estar al lado de la gata negra.

Después de compartir lenguas con su amiga negra, Turquesa se acomodó en su lecho para dormir. Sin embargo, el sueño no venía a ella. No podía parar de pensar en el cachorro que había encontrado en el bosque. "Ojalá que Estrella de Luz lo acepte en el Clan" pensaba la gata gris oscuro.