Capítulo 19: "Cazando peces"

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La gata no podía creer lo que Polen le habia dijo hace poco. ¿A que se refería con que siguiera entrenando? ¿Se encontrarían otra vez? Miles de preguntas estaban en la mente de la joven, sin embargo, pronto se relajo pensando en que probablmente solo exageraba un poco.

Cando terminaron el patrullaje del Territorio del Clan del Mar y del Clan de la Hoja, Turquesa regresó al campmnto y le entregó unas presas a las Reinas, junto con Codorniz. Sin embargo, el gato gris se veía mucho peor que en la mañana.

-Vamos, tenemos que ir donde Entierrada para que te revisen -maulló la gata.

Codorniz no rspondió, y solo asintió con la cabeza emitiendo un extraño sonido.

Los jovenes aprendices caminaron hacia la guarida de la Curandera, donde la gata marrón preparaba una mezcla con extrañas hierbas. Cuando estuvieron más cerca, la vieja gata maulló amistosa:

-Hola pequeños, ¿Que necesitan?

-Es que esta mañana no me sentí muy bien. -dijo Codorniz estornudando.

-Bien, sientate en este lecho. -dijo apuntando con la cola unas hierbas que se encontraban cerca de ella.

Turquesa se puso cerca del gato gris para ver que pasaba.

Al cabo de poco rato Entierrada se acercó a los Aprendices llevando un par de cosas en la boca.

-¿Cuales son tus síntomas?

El gato se demoró un poco en dar respuesta.

-Cuando me levante me costó mucho ponerme en cuatro patas, me duele la cabeza y he estornudado mucho.

Entierrada mientras escuchaba la descripción, miraba los brillantes ojos ámbar del gato.

-¿Has perdido el apetito? -maulló la Curandera.

-Si. No como desde ayer en la tarde.

La gata marrón terminó de revisar los ojos de Codorniz y se sentó normalmente.

-Ya tengo tu diagnóstico. Serás el primero en inagurar la nébeda en el Clan del Hielo. -dijo ronroneando de risa.

-¡Tengo gripe! -gritó Codorniz alarmado.

-No, tranquilo. Por ahora solo es un resfrío potente. Ahora, comete estas semillas. -dijo empujando con la pata unas semillas hacia el gato gris. -Tendrás que quedarte unos días aquí.

-Adíos Codorniz. Espero que te mejores pronto. -maulló Turquesa salindo de la guarida.

-Adios, gracias por acompañarme.

La joven camino hacia la pila de presas frescas y cogió una ardilla rojiza pequeña que se llevó a la Guarida de Aprendices. Adentro estaban Plumerillo, Azabachina y Zarpa de Puma.
Una vez que se sentó en su lecho, Turquesa comenzó a comer su presa. Cuando termino, Plumerillo maulló:

-¿Has visto a Codorniz? Hace tiempo que debería haber venido...

-Bueno, Codorniz se enfermó. Tendra que quedarse unos días con Entierrada. -Respondió Turquesa.

-¿En serio? Que mal, no tenía idea... ¿Y que tiene?

-Entierrada dijo que solo era un resfrío potente. Pero puede que se ponga peor.

-¿Como ha estado esta mañana? -dijo el gato gris claro.

-Lo he visto y tenía muy mal aspecto, parecía una comadreja murta.

Los dos rieron.

-Oye, ¿Te apetece ir a cazar conmigo en el bosque? -maulló Plumerillo.

-Me encantaría, pero tengo que ir a entrenar con Zarpa de Puma en un rato. Pero podemos juntarnos cuando vayamos a la Asamblea.

Los Gatos Guerreros: La historia de Pequeña TurquesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora