Leyenda: María Sangrienta

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En esta ocasión, toca el turno a una de las leyendas urbanas más conocidas. Se trata de María Sangriente, la cual ya se encuentra entre las favoritas para contar en las vísperas de Halloween. Todo el mundo conoce lo que dice la leyenda: te colocas frente a un espejo a medianoche, con las luces apagadas y una vela como única iluminación. Se dice que entonces, si repites su nombre tres veces ella hará su aparición en el espejo.

maría sangrienta

La leyenda original sin embargo, va mucho más allá de esta actividad, que bastantes personas han intentado en plena noche del día de brujas o incluso cualquier otra. María, se dice, era una joven gravemente enferma, que vivió bastantes años atrás.

En aquel tiempo su enfermedad, conocida como catalepsia, no tenía cura. Debido a esto era muy probable que muriera sin remedio alguno. Cuando María falleció, su padre le dió sepultura en la parte trasera de su casa y colocó una campanilla conectada a un hilo, que se hallaba dentro del ataúd. Esto se hacía por mera costumbre, pues sucedía que muchas personas eran enterradas vivas por accidente.

Pero María no había muerto, sino que debido a su enfermedad había sufrido una parálisis temporal del cuerpo. Y entonces cuando despertó y tocó la campanilla, nadie pudo escucharla.

A la mañana siguiente, esta se encontraba tirada en el suelo y su padre al notarlo, decidió desenterrar el ataúd, encontrando marcas de uñas en la tapa por dentro y los dedos de su hija ensangrentados.

Y a partir de ese momento, la leyenda nos cuenta que María nunca encontró descanso, ni camino al cielo o al infierno. Cuando se le invocaba atacaba a quién lo había hecho, pues se había transformado en un espíritu vengativo y lleno de rencor.

¿Y tú, te atreverías a invocarla en el espejo?



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