10- entrenamiento

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Había pasado una semana desde el incidente con Maximiliano, lo veía, pero siempre lo evitaba, mientras tanto Niall, pues se cerraba cada vez más. Cuando íbamos a las clases de la señora Stella casi no hablaba. Tal vez su entrenamiento lo tenía mal, aunque no creo, pero bueno, yo no era quien para meterme en su vida privada. Pero siempre me daba un poco de cólera que los demás corrieran chismes absurdos, parecía una secundaria de películas en vez de una universidad.

Mientras iba caminando hacia la salida, lo vi. Como siempre iba camino hacia el parqueadero, llevaba sus manos empuñadas y apretadas. Yo lo segui, obviamente también me dirigía hacia el mismo lugar. Entro, entrego la tarjeta y camino hasta mi motocicleta y el hasta su auto.

EL gruñe y suelta un gemido de dolor, giro mi cuello, al parecer se queja de algo, de mi tula saco una botella de agua y camino hasta su auto, ahí esta el y su mano derecha esta empapada de sangre. Corro hacia el abro la botella de agua y la riego en su mano, luego la cierro y ejerzo presión en ella.

— ¿ te encuentras bien?—pregunto obvia

— De maravilla—dice entre dientes

— Se que fui obvia, pero bueno ¿ como sucedió?

— Trataba de controlarme—dice y respira pesadamente

— Ay Niall... hmmm ejerce presión en tu mano, tengo un botiquín en mi moto

El solo asiente y yo me alejo, corro hasta mi motocicleta, llego, inserto la llave y abro y cajón secreto, saco un pequeño botiquín, cierro nuevamente y corro hasta donde Niall. Riego todo en el asiento de su auto, tomo una gasa, limpio lo que queda de sangre, luego limpio con isodine, y por ultimo cierro con unas gasas y esparadrapo.

— Quedaste como nuevo—digo y sonrió

— ¿ por que eres tan amable?—cuestiona

— Porque a pesar de los malos entendidos que hemos tenido, tu lo has sido conmigo—contesto y suspiro—aun no entiendo como te lastimaste

— Mira el retrovisor del auto

— ¿ lo apretaste?—pregunto impactada

— Ujum, y bueno he aquí el resultado

— ¿ que te hizo enojar tanto como para dañar el retrovisor?

— Larga historia

— Hmm comprendo

— Pero si tienes tiempo... estaré hoy en el gimnasio del octágono a las cinco estare entrenando

— Ahí estaré—sonrió—hasta luego, y trata de no hacer mucha fuerza

— Lo hare

Recojo el botiquín y me marcho bajo la sigilosa mirada de aquel chico rubio. Llego hasta mi moto, guardo todo, me subo, la enciendo, meto cambio y me marcho. Sigo mi camino por quince minutos hasta que llego a casa.

Abro la puerta pero no hay nadie, y la idea de ir a ver a Niall pasa por mente y automáticamente mis mejillas se transforman en dos tomates maduros. Sacudo mi cabeza, cerro la puerta y camino hasta la cocina , abro la nevera pero no hay nada que me llame la atención así que la cierro.

Las horas pasan hasta que llegan las cinco de la tarde, busco en mi closet un buzo de rayas negras con blanco y un short jean acompañado de unas sandalias, peino mi cabello y aplico maquillaje en poca cantidad.

Defecto [ N.H.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora