Capítulo 18.

6.8K 548 24
                                    

Solté unos sollozos y me permití derramar unas cuantas lágrimas, la impotencia de no poder hacer nada me carcomia por dentro y me hacía sentir totalmente inútil.

—¿enserio me asesinarias a mi? Yo que cuide de ti cuando te Rompiste la pierna, yo que te di ánimos cuando Marta término contigo porque encontró más atractivo al capitán del fútbol americano ¡yo que escuchaba todos tus problemas! Y te consolaba cuando sentías que no tenias apoyo de tu familia —la lista de cosas seguía, podría haber hablado todo el día sobre las cosas que había echo por Marc.

Marc apretó sus labios en una fina línea y titubeó en dispararme.

—callate, todo eso fue mentira —dijo seguro mientras nuevamente me apuntaba con su arma.

El frío comenzaba a colarse por mis huesos y sentía que en cualquier momento me desmayaría, mi cuerpo pesaba. Ni siquiera podía mantener mi mirada al frente.

—¡levanta la cara! No seas llorona —dijo con furia.

¿llorona? Como iba a evitar las lágrimas, si el dolor de ver a mi mejor amigo era sumamente insoportable.

—eres un cobarde —escupi con rabia.

Una gota de sudor bajo por mi columna al ver como mis palabras enojaron más a Marc, Quito el seguro del arma y cerré los ojos esperando mi segura muerte.

Solté un último suspiro y deje de luchar, deje mi cuerpo relajado, ya de nada servía luchar y mi cuerpo simplemente ya no daba mas, la sangre bajaba por mi frente, labios y cuerpo en general.

Un estruendo sonó por toda el lugar haciéndome levantar levemente la mirada, Marc observaba la puerta esperando que alguien entrará por ella. Y efectivamente alguien entro minutos después.

—Aiden —murmuro Marc con odio.

Yo por otra parte no tenía fuerzas ni para tan siquiera mover mis labios, Aiden entro de golpe y sus ojos se fijaron en mi.
Abrió los ojos como platos pero después su mirada se endureció notablemente haciéndome estremecer por dentro.

—¡eres un hijo de puta! —grito con rabia mientras golpeaba a Marc con fuerza.

Pero Marc no se quedó quieto, le dio a Aiden un golpe bajo que lo hizo tambalear por unos segundos pero después recobró la fuerza y siguió golpeando a Marc con furia y odio.

Gimoteaba de dolor mientras trataba de deshacerme de las sogas, Aiden no paraba de golpear Marc más bien parecía que no iba detenerse hasta matarlo.

—¡hijo de puta pelea! —grito con rabia, sus ojos destellaban odio y furia pura.

Marc ya se encontraba muy lastimado pero Aiden tenia aun fuerzas para seguir peleando, tenía sangre y sudor por todo su cuerpo ¡pero hasta así luce sexy!

—detente Aiden, el no merece una muerte tan fácil —dijo Dylan entrando en la habitación.

Aiden limpio el sudor de su frente y asintió mientras convertía sus manos en puño.

—llevalo ala bodega y a la hermana también —murmuro Aiden con los dientes apretados.

Yo estaba entre la fina línea de estar consciente y estar inconsciente, apenas podía mirar a Aiden, se dirigió a mi con paso apresurado y tomo mi rostro entre sus manos.

—no me hagas esto Paula, no te duermas —su expresión lo decía todo, preocupación total. Algo que jamás podria olvidar ¡el preocupado por algo! El siempre mantenía la cordura sin importar la situación que fuera, siempre manteniendo su fría mirada.

Pero ahora era diferente, me miraba preocupado pero también enfadado por dentro, podía verlo en sus ojos, enojado consigo mismo por esto que había pasado o eso creo. Aunque también puede que este enojado conmigo por haberme escapado y la verdad no lo culpó.

—mírame, estarás bien —dijo tomando mi mentón con cuidado pero con firmeza.

Yo solo asentí débilmente mientras pensaba en que pasaría el día de mañana.

Aiden me tomo en sus brazos y camino en dirección a la salida, mi rostro se acuno en su pecho inhalando el exquisito aroma que el emanaba, sonreí levemente al sentir el calor del cuerpo de Aiden. Estaba temblando de frío.

—ellos lo pagarán, te lo prometo —susurro en mi oído.

Me deposito con sumo cuidado en el auto que esperaba afuera y emprendió camino ala casa en que antes me encontraba, minutos después ya habíamos llegado al lugar.

Cerré los ojos dispuesta a entregarme ala inconsciencia cuando Aiden me tomo nuevamente en brazos.

—no te duermas, mírame —dijo suplicante.

Abrí levemente los ojos y Aiden me miraba con anhelo, yo gruñi en respuesta pues mis párpados pesaban.

—¡Michael llama a un buen doctor! —grito Aiden en tono frío.

Abrió con dificultad la Puerta y después entro al baño depositandome en la bañera.

—tengo que bañarte y limpiar tus heridas —la mirada de Aiden se endureció al ver mi cuerpo lastimado, sus músculos se tensaron notablemente a medida que pasaba el tiempo —. Estoy bien Aiden, no te pongas así.

Apenas pude sacar esas palabras de mi boca, mi garganta ardía debido a todos los gritos que habían salido se mi garganta.

—esto te queda de lección para no irte de mi lado —su mirada volvía a ser la misma de siempre fría y sin sentimientos.

El agua cayó por todo mi cuerpo limpiandome de toda la sangre y sudor que había en el... Segundos después no soporte más y caí en la inconsciencia.

DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora