Capítulo 20.

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Aiden en multimedia.

Sentí miedo y una extraña ansiedad al escuchar las palabras de Aiden en mi cabeza, haciendo eco una y otra vez. ¿matar a mi única familia?

—no lo hagas ¿y si te hacen daño? —pregunte asustada.

Aiden soltó una pequeña risa sarcástica mientras me tomaba del mentón para mirarlo fijamente.

—nadie puede hacerme daño... Solo tu —dijo con una mirada sincera.

Abrí mi boca sorprendida al escuchar sus palabras ¿yo hacerle daño? Es claro que nunca podría hacer tal cosa, quiero mucho a Aiden y es algo que no puedo cambiar. ¡todo de el es perfecto! Su sonrisa maliciosa, sus penetrantes ojos azules que hasta puedo sentir que veo el mar a través de ellos, su cabello alborotado y sexy.

—no te vayas —suplique.

Después de lo que sufrí con Marc, tengo miedo de estar sola pues siento que alguien vendrá a llevarme y matarme.

—tengo que hacerlo hermosa, esos idiotas tienen que pagar por lo que te hicieron —dijo con amargura.

Convirtió sus manos en puño mientras que tensaba cada parte de su cuerpo, mirando al vacío.

—no hay forma de convencerte ¿cierto? —dije suspirando resignada.

Aiden negó con la cabeza mientras se acercaba a mis labios con su mirada cautivante, unió sus labios con los míos y me beso de forma suave y cuidadosa, sus labios se movían al compás de los míos en una especie de baile que parecía no tener fin.

—vendré en unas horas, dejaré personas a cargo para cuidarte —dijo mirándome seriamente.

Asentí y Aiden se levantó de mi cama con paso apresurado y cargo su arma con elegancia y profesionalismo ¡¿es que este hombre luce sexy todo el tiempo?!

—ni creas que te has salvado de tu castigo, tengo muchas cosas en mente —dijo mirándome con una sonrisa cómplice.

Mi boca se convirtió en una perfecta "O" al escuchar tales palabras ¿¡no se apiada de mi!? Solo espero que no sea tan malo.

—relajate, no será como tu piensas —dijo guiñandome un ojo.

Sin esperar mi respuesta, Aiden sale de la habitación dejándome completamente sola ¡genial! Bueno, supongo que un tiempo a solas me vendría bien.

Me quite la camisa y pude ver como en todo mi cuerpo habían hematomas, heridas y vendas por todo mi cuerpo, vaya se ve peor de lo que pensé. Quizás Aiden tenga razón en que tenga que asesinar a mi familia, después de todo ellos no tuvieron compasión de mi a pesar de mis súplicas y gritos que decía.

—no seas tan blandengue —me susurre a mi misma.

Esto será lo mejor, sin ellos dos ahora ya no habrían mayores problemas. Estoy segura que Aiden podría hacerse cargo de todas estas cosas del narcotráfico pero ¿que pasará si algún día lo hagarra la policía? No soportaría estar sin Aiden.

—te ves muy mal —dijeron con un poco de diversión.

Dylan había entrado ala habitación ¡perfecto! El otro chico que también me había atado a una silla.

—que quieres —dije cortante.

Dylan levanto sus dos manos en señal de rendición mientras sonreía de forma divertida.

—sabes, has cambiado mucho a Aiden. Nunca lo había visto así —dijo mirándome impasible.

Yo frunci el ceño al escuchar sus palabras ¿yo cambiar a Aiden?

—¿así como? —pregunte confundida —preocupado por algo, iba a quebrarme la cabeza de lo enfadado que estaba —
Dijo haciendo una mueca de disgusto.

Yo solté una pequeña risa al ver su estúpida expresión, la verdad a mi también me sorprendió que Aiden estuviera preocupado por algo ya que el siempre se mantiene expectante.

—Aiden me dijo que cuidara de ti, pero no demasiado o me sacaría mis ojos —dijo Dylan torciendo su boca de forma graciosa.

Yo negue con mi cabeza mientras sonreía como tonta, Aiden siempre es tan celoso y posesivo que no se si me podría acostumbrar a sus extremos cuidados.

—bien, entonces podrías traerme un poco de comida ¿por favor? —dije en tono cortes.

Dylan asintió y salió de la habitación con paso lento y seguro. Minutos después mi teléfono sonó, haciéndome sacar de mi burbuja de pensamiento.

Lo tome en mis manos con dificultad, tratando de ignorar el dolor que brotada de mi cuerpo, lo abrí dudosa preguntándome quien podría mandarme un mensaje de texto.

¿adolorida Paula? Ese dolor no es ni la mitad del dolor que yo te hare experimentar. Te asesinare y torturare cuando menos te lo esperes.

El teléfono cayó en mis piernas y mi respiración se torno agitada quizás demasiado.

¿en me lío me metí ahora?

DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora