Epílogo.

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5 años después.

—¡es un niño! —chille de emoción.

Aiden me abrazo con una gran sonrisa mientras que yo solo podía sonreír y tocar mi vientre.

—será idéntico a su padre —dije negando con la cabeza mientras sonreía.

Aiden hizo un puchero y yo le di un corto beso.

—iremos de compras y compraremos todo lo necesario —dije con emoción.

Podía ver la felicidad de Aiden en sus ojos y eso hacia me hacía sumamente feliz, ¡tendremos un bebé! Algo mio y de Aiden, una muestra de nuestro amor.

—tu no te preocupes nena, me hare cargo de todo —dijo felizmente.

Hace 4 meses termine la carrera en la universidad y ahora había logrado mi sueño, ser una de las empresarias más respetadas y conocidas del país, Aiden de igual manera había creado su propia compañía así que todo marchaba a la perfección.

—te amo, gracias por este hermoso regalo —dijo Aiden mientras acariciaba mi vientre.

Caminamos por toda la ciudad tomados de la mano, mientras charlabamos sobre nuestro pequeño bebé, de ves en cuando Aiden se detenía solo para darme un beso y acariciar mi cabello.

—parece que fue ayer el día que te conocí —dijo Aiden con melancolía.
—fue una muy buena presentación —dije con burla.

Aún podía sentir el miedo que había sentido en aquel entonces.

—lose, esa chica nos había estafado... No había otra opción —dijo con una sonrisa picara mientras se encogia de hombros.
—¿era necesario hacerlo en un callejón? —pregunte con ironía.
—no sentía deseos de elaborar mucho la escena —Negué con la cabeza mientras sonreía con nostalgia.

Todo lo que habíamos pasado, todos los problemas y todas las torturas habían acabado y ahora no podíamos estar de mejor.

—cariño —dije en tono neutral.
—¿si? —respondió.
—¿lo extrañas? ¿Extrañas tu antigua vida? —pregunte cautelosa.

Tenía miedo de escuchar la respuesta pero no me importaba.

—no extraño nada de eso, ahora tengo mejores cosas de las que ocuparme, tu y nuestro bebé por ejemplo —dijo alegre mientras depositaba un beso en mi frente.

Sonreí y solté un breve suspiro al recordar cada momento que había pasado con Aiden, desde sus celos incontrolables hasta de nuestra pequeña boda en el mar, cada segundo, cada minuto y cada día era especial con Aiden.

—no me arrepiento de nada, todo esto a válido la pena —dije con una sonrisa triunfante.
—y aun nos falta mucho más nena, pero cada momento será especial te lo aseguro —dijo de manera firme.

Nos detuvimos en el parque y nos sentamos en las banquetas que se encontraban alejadas de las personas, el atardecer se extendía frente a nuestros ojos dándonos el adiós de aquel hermoso día y Aiden y yo solo podíamos tomarnos de las manos disfrutando de aquel momento.

DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora