Caminaron un largo rato y el sol comenzó a ponerse. Se veía a lo lejos el primer reino a visitar.
"El Reino de las Rosas Traicioneras".
Un camino de cerámica roja los dirigía entre malezas y tallos llenos de espinas. Era irónico, no habían rosas en ningún lado, solo carteles de peligro y advertencia, tallos espinosos que salían del duro suelo infertil, un cielo gris (que le trajo recuerdos a Wilted de la ciudad en donde vive, su vieja casa, su aburrida vida), cuervos y olor a humedad y cigarrillo. Pácofa tomo la mano de Felix, el cual se sobresalto un poco, pero al verlo temblar de miedo, le dio consuelo y siguieron caminando.
- Así que... Este es el reino de las Rosas? -Dijo Wilted no muy convencida por el escenario que tenia en frente.
- Bueno, los Reinos han decaído mucho estos últimos años, con la muerte de la Princesa Rose, su reino murió con ella... -Respondió Felix, cubriéndose la boca con el brazo para tocer- Sinceramente, los habitantes de este reino tienen impregnado en la sangre la mentira, pero la Princesa siempre fue diferente, y ya sabes que es mas fácil nadar con la corriente que contra ella, pero bueno, la corriente siempre te lleva a una caída.Entonces, el viento los despeino.
Ya era de noche, una noche muy fría y bastante espeluznante los había alcanzado. Comenzaron a sentir un poco de miedo, hasta el más valiente no podía evitar sentirse observado en ese lugar. Escondiendo el rostro, se fueron a un callejon largo y humedo repleto de basura, Felix sacó de su mochila unas velas y un encendedor.
Shhz.
Sonó el primer intento de prender el encendedor, el viento se llevo el fuego, se iluminó todo el callejón por un segundo. Sintieron inquietud.
Shhz.
Segundo intento, volvió a apagarse, y al oscurecerse, se sintió un paso en un charco, alguien estaba ahí.
Shhhhzz... Por fin la vela se encendió, en frente de ellos, una filosa espada envuelta en un tallo espinoso.
- En guardia, forasteros.
La misteriosa voz se hizo clara, el rostro de la joven empuñando una espada, era la voz de la Princesa Rose, dulce y severa, de una manera casi inexplicable.
- ¡Rose! ¿Eres tu la Princesa de este Reino? -Wilted se paró emocionada extendiendo la mano para saludar- Soy Wilted, la verdad, no estoy segura si me conoces o no, pero creo que tu eres una Princesa como yo asi que, me gustaria compartir o que alguien me explicara que significa toda esta responsabilidad.
Rose, al recibir la mano extendida de Wilted, retrocedió asustada.
- ¿W-Wilted...? -La Princesa encapuchada apretó con fuerza su espada.
- S-si... Um, ¿Felix? ... -Wilted volteó para hacerle un gesto de "ayuda" a Felix, que estaba abrazado de Pácofa llorando entre la basura.
- Uh, si, bueno... Un gusto, Princesa Rose, soy Felix amigo de la Princesa Wilted del Reino de las Flores, es la princesa desaparecida hace 16 años, hija del humano y...
- ¿Eres tu...?La Princesa, que hace un par de segundos se veía amenazante, rompió en llanto mientras sonreía con mucha emoción.
- ¡NO PUEDO CREER QUE SEAS TU!
Corrió hasta sus brazos mientras reía y las lagrimas empapaban el sweatter de Wilted, Rose podía sentir millones de experiencias en una sola, todas tan cálidas, tantos recuerdos, tantas historias en un solo abrazo, no quería soltarla.
- Bien, creo que fue demasiada cursileria, haha... Debes estar muy confundida por todo eso, disculpa... Es solo que, hace mucho tiempo habiamos dejado de "sentir" en este lugar... -Continuó Rose, despegándose de Wilted y secando sus lagrimas.
- Esta bien, no tenía idea lo importante que soy para todos aqui... Pero tenemos tiempo, podrias contarnos que significa todo esto para ti...Todo comenzó un día hermoso y primaveral...
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El Reino de las Flores.
FantastikWilted se adentra en un mundo lleno de Reinos en ruinas junto con Felix, el chico flor, y Pacofa, un demonio que cubre su rostro bajo una bolsa de papel. ¿De qué dependen tus desiciones? ¿Por qué debería volver a casa?