Era una tarde hermosa y las florecillas pequeñas jugaban a saltar el tallo, las mamás les tejían sus chalequitos para el otoño, la época de las hojas doradas.
Sentada estaba la Princesa, su cabello anaranjado le llegaba hasta la cintura, y cada vez que movía sus cabellos, uno que otro pétalo se desprendía de la corona, pero ninguno de la flor maravillosa que salia de cabeza.
Observaba como las jóvenes flores se tomaban de la mano, se abrazaban y besaban, recitando palabras hermosas a sus oídos, seguidas de risillas y caricias. Eso la ponía tan feliz. El Reino de las Flores era feliz.
Petunias, rosas, margaritas y hasta malezas, todos vivían juntos, todos se amaban, y el amor era algo maravilloso.
De pronto, una chica se acerca a la princesa, llorando.
-¿Que pasa dulzura? ¿Alguien te ha hecho daño?-Secaba las lagrimas de la chica.
-Princesa... ¿P-por qué nadie me quiere?La princesa adolescente hizo un gesto de horror.
-¿Por qué dices eso? Estoy segura de que tu familia y amigos te quieren muchísimo, ¿Como una flor tan grande puede pensar así? ¡Somos casi de la misma edad!No tienes que estar triste por esos pensamientos te quie-
-¡NO ES VERDAD!Entonces, un pétalo de la chica se cayó, hasta reposarse en el pie descalzo de la Princesa del Reino de las Flores, levantó la mirada para ver su rostros. Nunca había visto tanta vergüenza y tristeza en una flor, sentía que aquella niña había marchitado un poco su flor, o como dicen los humanos "me partió el corazón".
Se cubrió el rostro, regalandole lagrimas, seguidas de pétalos. Salió corriendo.
Entonces, la princesa, paralizada, tomo uno de los pétalos caídos.
Lo observó.
Era una rosa, esa chica era una rosa.
La Princesa Floriana no pudo dormir en toda la noche, miraba al techo, sentía frio, tenia un nudo en la garganta y un vacío enorme en el estomago. No entendía lo que estaba sintiendo, nunca se había sentido así antes. Se decidió por salir a buscarla.
Le pregunto a cada Floriano, pero su sorpresa fue grande cuando descubrió que esta chica, tenia una fama no muy buena.
-Disculpe, ¿Conoce a la chica rosa? Aquella de cabello rojo y coleta, su flor es una rosa enorme al costado de su cabeza.
-¡AH, ESA BANDIDA!
-¿Bandida ha dicho?-Se sobresalto la princesa por el grito de la mujer.
-¡BANDIDA HE DICHO, SU MAJESTAD! Esa "raíces secas" siempre anda haciendo de las suyas en el tren Hierbas Dulces del pueblo, lo que puede robar lo roba. Se puede decir que es una criminal, nadie puede atraparla, siempre desaparece.La mujer se quedaba sin aire de tanto parlotear.
-¿Donde puedo encontrarla?
La princesa estaba perdiendo la fe en que la chica de verdad se sentía mal, las rosas se caracterizaban por ser un poco mentirosas.
-Pete el jardinero es el único que ha visto donde se esconde, nadie a podido preguntarle porque no sale de casa si no es para arreglar su césped, que no deja que pisen. Pero por ser la princesa, tiene que decirle. Atrape a esa criminal Princesa Flower, por el bien del Reino.
-Muchas gracias dulzura, haré lo posible, buenas noches.
-Buenas noches su majestad.Se dirigió hacia la casa del jardinero, el le indico que después de robarle unas flores hace unos días atrás, había escapado hasta el lago junto al bosque.
La entrada a ese lago se había restringido hace mucho, habían ocurrido grandes cantidades de muertes sin explicación en ese lugar, la gente dejo de ir allí por miedo, hasta que lo cerraron. Sentía miedo por lo que podría hacer la chica en ese lugar, después de todo lo dicho por los habitantes del Reino.
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El Reino de las Flores.
FantastikWilted se adentra en un mundo lleno de Reinos en ruinas junto con Felix, el chico flor, y Pacofa, un demonio que cubre su rostro bajo una bolsa de papel. ¿De qué dependen tus desiciones? ¿Por qué debería volver a casa?