Sensaciones raras.

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Estaba de pie con la mano derecha en la herida, me fui a mi sitio y me senté avergonzado y dolorido.
Inés: Marcos, ¿estas bien?
Marcos: Si, es que me he tropezado con mis pies, no te preocupes -dije mientras miraba con el rabillo del ojo a Laura-
En la puerta estaba el chico de hace unos meses, el que me ayudó con las maletas y el antiguo dueño de mi actual habitación.
Inés: Llegas tarde Rubén -dijo mientras fruncía el ceño-
Rubén: Si, lo se y lo siento, he tenido que traer una cosa de mi hermana porque se la había dejado en casa -dijo mientras se acercaba a la mesa de Laura y le daba un libro muy viejo-
El chico, se acercó a mi sitio y se sentó a mi lado mientras me miraba y sonreía como si fuéramos amigos.
Rubén: ¡Hey! Yo te conozco, eres aquel chaval el cual cogiste mi habitación. Encantado, me llamo Rubén -dijo mientras me estrechaba la mano izquierda-
Marcos: Encantado... -dije dándole la mano izquierda como pude porque la mano derecha estaba haciendo presión en la herida-
Rubén no tardó en darse cuenta de que estaba sangrando bastante por el abdomen y la mano estaba ensangrentada.
Rubén: ¿Que te pasa, por qué estas sangrando por el abdomen? -dijo mientras me susurraba con un tono de preocupación-
Marcos: Nada, no es nada
Rubén no se lo creyó, al igual que cualquier persona normal, pero había una cosa que no entendía ¿por qué se comportaba bien conmigo? Ninguna persona antes se había preocupado por mi y ahora es el primero que lo hace. El chico se levanta en medio de clase y me coge del brazo para que me levantará, haciendo un gesto para que le acompañara.
Inés: Rubén ¡Sientate por favor, encima que has llegado tarde, no molestes!
Rubén: Me sentaré cuando mi compañero de mesa deje de sangrar y toda esta estúpida clase incluida usted dejéis de haceros los tontos y veías que realmente Marcos lo está pasando jodidamente mal -dijo elevando la voz y miraba a la profesora-
Hubo un silencio durante cinco minutos, y Rubén me cogió del brazo e hizo que le acompañara al baño mientras que nadie de la clase ni la profesora le dijera nada. Cuando llegué al baño con Rubén, me hizo que me sentara en un taburete, donde encima de mi cabeza había un botiquín. Lo cogió y lo bajó, lo abrió y sacó una gasa con agua oxigenada y una venda. Se puso de cuclillas donde su cabeza estaba a la misma altura de mi abdomen.
Rubén: Levantate la camiseta -dijo mirándome a los ojos con confianza-
Marcos: No hace falta Rubén, te lo agradezco pero no hace falta.
Rubén: No me obligues a quitarte la camiseta yo mismo.
Le miré a los ojos café y seguidamente a la boca, la cual me transmitía ganas de besarla y por la cual salía una sonrisa muy dulce. Hice lo que me dijo, me levanté la camiseta y me la deje puesta hasta la mitad del tronco. El chico se quedó mirando la herida, está empezaba a sangrar más de lo normal, la herida iba desde la mitad de la tripa hasta la parte inferior donde empezaba la parte genital. El chico empezó a mojar la gasa y me limpió la sangre y me ordenó que me bajara el pantalón para limpiar la herida mejor.
Marcos: Esa parte no hace falta que hagas nada, enserio, estoy bien -dije vergonzoso-
Rúben: No lo estás Marcos -dijo mientras me desabrochaba el pantalón y me lo bajaba-
Rubén consiguió hacer lo que quería y yo no decía nada y me limpió la sangre de todo el corte. Me empezó a echar agua oxigenada en el rasguño el cual me escocia demasiado hasta hacerme saltar las lágrimas. El chico me miraba preocupado y de vez en cuando me decía una palabra para que no pensará tanto en el dolor. Cuando terminó, me puso pegado cuatro gasas a la herida y encima una venda que tapaba estas. Me ayudó a levantarme del asiento y a vestirme.
Rúben: Ya estas, como nuevo, bueno más o menos -dijo mientras me sonreia-
Marcos: Gracias enserio, pero no deberías haber hecho nada, no te he ayudado a nada.
Rubén: Como dice el refrán, hoy por ti mañana por mi -dijo mientras se lavaba las manos-
te quiero hacer una pregunta ¿como te has hecho eso?
Marcos: Me corté cuando me caí de un árbol, cosas de críos -dije una mentira buscando una escusa convincente-
Rubén: Marcos, yo no nací ayer, se que eso es mentira, si no me lo quieres decir no me lo digas pero no me mientas, además se que no eres de aquí y uno no se va de una ciudad a otra porque no le gusta el territorio -dijo desilusionado- pero lo entiendo, es tu vida, no me debo meter en ella.
Marcos: Vale... me has pillado
-dije suspirando-
Le conté la historia a Rubén, toda la historia completa incluido lo que era, no sabía porque lo hice pero después de ayudarme tanto lo tenía que saber.
Marcos: Si me vas ha hacer algo por ser lo que soy, que sea rápido por favor -dije preparándome para una paliza-
Rubén: No te voy a pegar solo porque seas homosexual, me caes bastante bien y no pego a los que me caen bien, además ya has pasado por bastante -me dijo sonriendo-
Me quedé atónito, fuimos para la clase juntos, entramos a clase pidiendo permiso y nos sentamos. Rubén se quedó hablando con Inés mientras yo estaba asimilando y quedándome embobado en aquel chico que me hizo un poco de caso... sentía cosas extrañas en mi interior que antes no sentía.

Todo a cambio de nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora