El debate del infierno.

70 8 0
                                    

Todos esperábamos la entrada de la profesora de Filosofía, que tras los cinco minutos de descanso apareció por la puerta de la clase una mujer llamada Marina, de unos treinta y pocos años con un bolso marrón de cuero y en su otro brazo sujetaba dos carpetas llenas de papeles, que por su apariencia, parecían bastantes importantes y ordenados.
Laura se sentó a mi lado ya que con anterioridad la rogué que se sentará junto a mí haciendo que se cambiara con su hermano de sitió, pues no quería hablar con Rubén para nada...
La clase de Filosofía se me pasó bastante rápida ya que me gustaba la asignatura, aunque la profesora estaba chafada a la antigua y no salí de clase como me esperaba, me basaba en decirlo en que haciendo un debate en unir legalmente a un matrimonio homosexual hizo una observación dando su opinión al negarse en que los homosexuales se podía o no casar y como se le llamaba.
*Principio de flasback*
Marcos: Marina, perdona pero me parece acojonante,
¿y tú das filosofía y ética?
Marina: De eso se tratan los debates, de que todos den un punto de vista y que el resto, escuchen, hablen y respeten.
Marcos: ¿Cómo quieres que respete a una persona que no acepta el matrimonio gay?
Marina: De verdad chicos, hablar con vosotros es hablar con la pared, yo no estoy en contra de la unión legal de la homosexualidad, si no que digo que no se le debería llamar matrimonio, simple.
Laura: Hija mía, eres muy rancia.
Rubén: Bueno, si ella piensa así que piense así, no hace falta que la tiréis los muebles a la cabeza.
Marina: Haber chicos, matrimonio conlleva una raíz religiosa, que viene de "mater, madre" conjunto de dos individuo para crear una vida nueva, punto no hay más.
Marcos: Ya, y según tú, Marina, ¿cómo había que llamarlo?
Gorka: Pues que lo llamen unión uniparental, pero matrimonio no, porque a mi me daría asco, de hecho no deberían existir -dijo poniendo cara de asco mientras la clase le daba la razón y le reía la gracia que no tenía-
Marcos: Claro, y tú te distes un golpe en la cabeza y te han diagnosticado una deficiencia mental crónica avanzada incurable ¿verdad Gorka?
Gorka: ¿A que te parto la boca pedazo de maricón asqueroso? -dijo levantándose del sitio y mirándome con los ojos inyectados en sangre-
Marcos: No Gorka, a ti no te jode que te haya dicho eso, a ti te jode que te haya insultado de una manera que tú nunca podrás responderme, pensando -dije con una sonrisa victoriosa-
Rubén: Marcos, no te pases, que porque tú seas diferente al resto no significa que tengas que tener razón siempre.
Marcos: ¿Perdona? Lo que me faltaba, mira, prefiero ser diferente a tener el pensamiento del siglo quince que tenéis la mayoría.
-dije mientras golpeaba la mesa para ponerme de pie y seguidamente salir con frustración de la sala-
*Final del flasback*
La mañana se me paso corta, seguía enfadado, incluso a punto de llorar por la impotencia, la única que se daba cuenta era Laura y hacía lo posible para que olvidará lo sucedido. Mientras la clase seguía a lo suyo como si nunca hubiera pasado nada.
Sin embargo a Rubén se le veía incómodo y solo se disponía a escribir una nota bastante larga.
Gorka no me quitaba el ojo de encima, sabía que quería venganza y sabía por donde me iba a atacar para debilitarme.
Laura: Marcos, has hecho lo que tenías que hacer y has dado la cara para que no te pisotearán -dijo en suspiros para que la profesora no se diera cuenta de quien hablaba- sabes que no se me da muy bien consolar a la gente -dijo mientras ponía su cabeza en mi antebrazo para imitar a un gato-
Marcos: Lo sé, pero me debería haber estado callado, he discutido con tu hermano, he metido la pata hasta el fondo al haber insultado al pintamonas de Gorka... -dije mirándole con el rabillo del ojo- no se va a quedar de brazos cruzados -dije suspirando y mirando hacia el suelo-
Laura no dijo nada más, sabía que estaba hundido y lo único que hizo fue no soltarme de la mano, la verdad me trasmitía fuerza, tal vez no la que necesitaba pero si la suficiente para no deprimirme.
Volví a mis pensamientos que al rato me sacó de ellos el impacto que recibí de una bola de papel que me había dado en la cabeza y el sonido del timbre que nos indicaba el final de las clases, eran las dos y media. Cogí mis cosas, la bola de papel esperándome lo peor y me dirigí a mi casa. A mitad del camino, paré en un banco y me senté para desenvolver la bola y leer lo que había escrito. Cuando empecé a leer me calmó el saber que era de Rubén y no de otra persona.
<<Marcos, quiero hablar contigo sobre lo que ha pasado hoy y sobre otro tema bastante importante, creeme que me duele lo que ha ocurrido y me gustaría arreglar las cosas, después de todo te considero mi mejor amigo. Avisame si quieres que vaya a tu casa>>
Agarré la nota hasta hacerla una bola mientras que mis pensamientos iban comiendome la cabeza al leer que quería hablar conmigo sobre un tema importante. Tiré no muy seguro la nota a la basura. Cogí mi móvil del bolsillo y busqué el número de Rubén, suspiré y temblandome las manos le mandé un mensaje con la hora de la quedada.
Me esperaba lo peor.
Me fui a mi casa desganado y con ganas de que se acabará el día y de olvidarme de lo que había sucedido. Eran las tres cuando llegué a mi casa, no estaba Nagore, y mis padres estaban trabajando como cualquier otro día, no me importaba pues no tenía hambre, había sido un día muy largo y lo único que quería era descansar, así que intente dormirme hasta que viniera Rubén.

Todo a cambio de nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora