¿Amigos o enemigos?

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Antes de entrar a la habitación, la cual con anterioridad había dejado y ahora está a mis espaldas, me quedé observando unos minutos las escenas que sucedían en aquel pasillo.
Seguía con fuertes pinchazos en el pecho contra más cerca estaba de la habitación donde vi a mi madre junto con más personas.
Como no podía acercarme a aquel sitio no me quedo más remedio que darme la vuelta y entrar en el cuarto donde se hallaba mi amiga.
Laura: ¿Qué es eso que llevas en la mano? -dijo haciendo un gesto con la cabeza para señalarme el papel que sostenía-
Marcos: ¿Esto? -dije mostrando el papel- esto no es nada importante, olvidalo -dije rompiendo el diagnóstico en pedazos cada vez más pequeños-
Claramente, eso de que no era nada no era creíble, por lo que me di cuenta de como me miraba Laura. Pero no era capaz de decirle que tenía una enfermedad de por vida, al menos por ahora, no podía.
Laura: ¿Entonces, por qué has tardado tanto en hablar con el doctor? ¿Qué hacías tanto tiempo fuera si el papel no era nada? -dijo esperando respuesta de ambas preguntas-
Me quedé mirándola fijamente a la cara para intentar ocultar tanto los pinchazos del pecho como lo mal que mentía.
Marcos: Quería decirme que en un par de horas, lo más seguro es que te den el alta -dije pensando ambas preguntas- pero eso no es lo importante, lo verdaderamente importante aquí es porque cojones te tiraste por la puta ventana -dije cambiando mi expresión y mi tono de voz-
Laura: ¿Otra vez con eso? -dijo mirando al techo con un suspiro de pesadez- dejame descansar, he estado inconsciente no se cuanto tiempo, lo menos que me apetece es contar el porque, además, no es de tu incumbencia -dijo brusca y seca con voz raspada-
Me quedé perplejo sin tener posibilidades de actuar, pues aunque no lo mostrará la contestación que me dio me hizo daño, bastante daño.
Marcos: Vale, de acuerdo, espero que los problemas que tengas a partir de ahora lo soluciones tú sola o pídele ayuda a otro, porque no van a ser de mi incumbencia
-dije con orgullo mientras cogía mis cosas que estaban en una silla detrás mía y me fui de la habitación sin decir una sola palabra más-
Me dirigí bastante afectado a buscar al doctor que me atendió antes para saber cuando podía salir del hospital. Una vez encontrado me dijo que estaba perfectamente y me dio el alta.
Fuí al cuarto y metí mis cosas, las pocas que tenía y me fui a casa.
Al cabo de unos minutos andando, ya estaba en la puerta de mi casa, metí la llave y abrí la puerta para meterme dentro. Subí al segundo cuarto y coloque todo lo que tenía en la bolsa, una camiseta, pantalones y ¿una nota?
*Gorka tengo que hablar contigo sobre un tema de Marcos, ¿cuando quedamos?*
Quité la mirada del pequeño papel y me puse a pensar sobre lo que tendrían que hablar, al fin de unos treinta minutos pensando caí en la cuenta que lo mejor era saberlo en persona, así que cogí el móvil y le mandé un mensaje a Rubén diciendo que necesitaba hablar con él. Él aceptó y quedamos a las cinco y cuarto en el polideportivo de al lado del instituto.
Eran las cuatro y media, así que me metí en la ducha, me peine lo mejor que pude y me vestí con unos pantalones blancos, una camisa de cuadros negros y rojos y unas botas negras, salí dirección al polideportivo que se encontraba a diez minutos de mi casa. Llegué sobre las cinco y cinco, me puse los cascos a esperarle.
Los minutos pasaban demasiado rápido, me fijé en la hora del móvil, las cinco y media, miré para todos los lados y a lo lejos vi a dos chicos hablando, los había reconocido. Me acerqué despacio lo suficiente para escuchar la conversación y sin hacer ruido me escondí en unos arbustos que había cerca.
Gorka: ¿Tú dirás tío? -dijo mientras se encendía un cigarro-
Rubén: Pues que el otro día cuando Marcos se quedó en mi casa para hacer la fiesta pasaron cosas que me gustarían olvidar -dijo mientras fumaba otro cigarro-
Gorka: ¿Y esas cosas que son? -dijo sin moverse un centímetro y seguía inhalando humo- si te das prisa te lo agradezco, he quedado con otras personas con las que no se beben una botella de vodka ellas solas y no comparten
Rubén: ¡Vete a la mierda! Sabes perfectamente que necesito olvidarme de que me besé con Marcos.
Gorka: ¿Qué hiciste qué? -dijo tirando el cigarro que estaba por la mitad al suelo-
Rubén: Si tío, fue horrible, me besé con un chaval que me da asco solamente por pena, necesito olvidarlo como sea -dijo terminándose su cigarro y mirando el reloj dándose cuenta que llegaba tarde- ostias, que son menos cuarto, había quedado con Marcos a las cinco y cuarto para hablar de algo, nos vemos tío -dijo mientras corría-
Gorka: Ten cuidado, no vaya a ser que te meta la lengua hasta la campanilla está vez -dijo riéndose, gritando y se marchó por el otro lado rápidamente-
Me quedé en el suelo sentado apoyado en un árbol mientras unas lágrimas se caían al suelo, me abrace a mis piernas intentado olvidar lo que acababa de oír. Definitivamente no era mi día de suerte.
Al tiempo de quince minutos me llamó Rubén, miré el móvil y colgué inmediatamente, me levanté de donde estaba sentado y me fui a casa por el camino más largo, necesitaba estar solo.
Me puse la misma canción todo el trayecto, me aliviaba, otras veces explotaba y otras no sentía absolutamente nada, lo cual en esos momentos era cuando mejor me encontraba.

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⏰ Última actualización: Aug 28, 2016 ⏰

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