La confesión definitiva.

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Me levanté del suelo, de la esquina la cual estaba llorando hace unos minutos comprendiendo en que no podía llorar por algo que yo solo me había buscado. Me dirigí al baño donde lo primero que hice fue reflejarme en el espejo roto, se veía que había llorado, ya que tenía los ojos hinchados y rojos. La sangre del labio seguía saliendo así que solo la limpié con la esperanza de que sanará, por suerte así fue, pero tenía una magulladura cerca del labio inferior. Una vez lavado la cara y limpiado la sangre, me fui a la habitación de Rubén donde estaban mis cosas, cogí mi ropa y me cambié bastante rápido.
*Flasback*
Rubén: ¿Pero que haces manteniendo relaciones sexuales con Marcos? ¿Acaso sabes si es buena persona?
-dijo mientras gesticulaba más de la cuenta, debido a los nervios-
Laura: Ya te lo hemos dicho, ha sido un error que ninguno de los dos buscábamos, estábamos borrachos y surgió... además es gay -dijo a su hermano en forma de recordatorio-
Rubén: Lo se, se que es gay, pero los gay también eyaculan, y también pueden dejar embarazadas a chicas -dijo un tanto celoso- además, no tienes por qué liarte con él -dijo molesto-
Laura: Espera un momento...
¡Tu estas celoso de que yo me haya liado con Marcos y tú no, vamos que te gusta Marcos! -dijo mientras le salía una sonrisa pícara de la cara-
Rubén: ¿¡Qué?! Claro que no me gusta Marcos, te recuerdo por si se te olvida que soy heterosexual -dijo cambiándole la cara radicalmente en un momento-
Laura: Vale, lo que tu digas... pero yo solo digo lo que pienso -dijo con aires de superioridad mientras se alejaba a su habitación y guiñando un ojo a su hermano-
Rubén se quedó pensativo mientras pensamientos inconscientes les rondaban en la cabeza y entró en la habitación donde estaba Marcos para recoger la ropa de Laura.
*Fin del flasback*
Ya estaba listo para desaparecer de la vida de Rubén como el mismo me ordenó con anterioridad, solo me faltaba la sudadera, la cual me fui a por ella a la percha. Iba en dirección a la salida de la habitación cuando llamaron a la puerta como aviso para seguidamente abrirla con energía. Era Laura.
Marcos: Creía que era tu hermano, pero veo que no -dije fingiendo una sonrisa-
Laura: ¿Dónde vas tan rápido? -dijo sin entender nada-
Marcos: A mi casa ya, no quiero causar más molestias, y tampoco quiero que estéis discutiendo por mi a todas horas, a parte no es plan de quedarme aquí hasta mañana, necesitareis intimidad propia -dije cabizbajo y buscando una mentira convincente, llevándome la mano a la nuca-
Laura: Eso es mentira, los dos sabemos que te quieres quedar aquí con Rubén, pero él quiere que te vayas porque esta frustrado y enfadado contigo por la discusión de ayer viernes y por lo que ha pasado -dijo haciendo una pausa- ¿me equivoco?
No sabía como ni porque Laura sabía el porque de mi querer marcharme.
Marcos: No te equivocas, pero... ¿como has sabido que era eso?
Laura: No hace falta que te conteste yo a esa pregunta -dijo mientras se apartaba a un lado y dejaba pasar a su hermano el cual los ojos le ardían orgullo a la vez que tristeza y culpabilidad-
Laura me sonrió y cerró la puerta dejando a sus espaldas a nosotros dos con un silencio enorme. Fui yo al fin quien rompió el silencio.
Marcos: Mira Rubén, no me tienes que repetir dos veces lo mismo, me ha quedado claro lo que me has dicho antes, creo que después de todo tenían razón, pero bueno, me enamoré y sigo enamorado de una persona, que me hizo caso, que estaba fuera de mi alcance, me enseño bastantes cosas, entre ellas a ser feliz, pero lo bueno acaba -dije mientras la voz se me iba quebrando en pedazos y las lágrimas en los ojos-
Me dirigí a la puerta del cuarto para salir al pasillo, el camino que me llevaría fuera de la casa y posiblemente lejos del chico al que amaba y al que confesé sin miedo. Tenía la mano en el pomo para abrir la puerta cuando Rubén me agarra del brazo haciendo que mi atención fuera a sus ojos marrones café.
Rubén: No te vayas, por favor -dijo con un hilo de voz mientras sus ojos se empezaban a humedecer- perdonamé por todo, por haber sido tan imbécil contigo y por no haberme dado cuenta antes y no poder haber hecho esto...
Rubén no dijo nada más, levantó la mirada del suelo para dirigirlos a mis ojos, yo tampoco decía nada y solo le miraba. Agarró mis manos con dulzura y se acercó a mi despacio para seguidamente juntar sus labios con los mios, yo no sabía que hacer, en ese momento los ojos se me abrieron como platos. Me quede paralizado sin saber que hacer o decir mientras Rubén me estaba besando. Cuando acabó, se separó unos milímetros, me miró a los ojos para dedicarme una sonrisa y una caricia con el dedo pulgar sobre mis mejillas.
Rubén: Te quiero Marcos, espero que me perdones -dijo con una voz cariñosa para que a continuación me diera un dulce y corto beso-
Rubén salió de la habitación, mientras que yo no sabía que había pasado, ni porque me había besado teniendo tan claro su orientación sexual...
¿estaba borracho? ¿estaba ebrio? ¿estaba confundido?
¿Por que tengo tantas preguntas en mi cabeza sin resolver?
Me dejé caer en la cama asimilando lo que me había ocurrido, al rato de estar mirando a la nada en busca de una respuesta a mis preguntas, me fui a mi casa a descansar y a pensar con mejor claridad todo lo que me había sucedido en el día de hoy.

Todo a cambio de nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora