Solo es sexo.

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Abrimos la puerta de la habitación de Laura con cuidado para hacer el menor ruido posible. A penas hicimos ruido, además la casa estaba vacía finalmente, eran las doce de la noche, al parecer Rubén canceló el acontecimiento y se fue a dormir.
No dimos la luz porque no encontramos el interruptor, estábamos demasiado borrachos. Todo pasó muy rápido, no me di cuenta de como había pasado, pero sabía que por alguna razón iba a pasar algo.
Me acerqué a Laura y la besé apasionadamente, ella me siguió aquel fantástico beso que tuvimos que separarnos por falta de aire, nuestras narices estaban muy pegadas al igual que nuestros labios, nuestras lenguas jugaban entre sí. Comencé a acariciarla la cara y a jugar con su pelo con la mano derecha, mientras que con la mano izquierda le desabrochaba el sujetador por debajo de la camiseta, todo esto sin parar de besarnos. Quité con sutileza el sujetador, haciendo que la prenda se cayera a un lado del suelo. Le quité la camiseta dejando su tronco totalmente desnudo. Me quité la corbata que tenía y seguidamente la chaqueta y la camisa dejando mi torso desprotegido. Ambos nos quitábamos la parte inferior para que nos quitamos la ropa interior, los zapatos y los calcetines, las prendas volaban por la habitación, pero por culpa de la oscuridad y la borrachera no sabíamos donde estaba la prenda de cada uno. Estábamos totalmente desnudos, así que cogí a Laura en brazos sin articular palabra alguna, esta se enrolló en mi abdomen con sus piernas, y nos tumbamos en la cama mientras nos besábamos como si quisiéramos devorarnos. Dejé de besarla los labios, me separé de ella y comencé a besarla por el cuello, cosa que a ella al principio le ponía nerviosa pero al final le acabó encantando. Finalmente lo hicimos y al cabo de un rato, caímos rendidos dormidos.
A la mañana siguiente me despertó el rayo del sol que entraba por los agujeros de la persiana, tenía la boca seca, dolor de cabeza y todo me daba vueltas. Me incorporé mientras me frotaba los ojos sin tener idea de nada, ni de donde me hallaba. Una vez sentado, un brazo me abrazó por el abdomen dejándome desconcertado pero no le hice mucho caso. Me giré a la derecha y miré la hora, eran las doce y media de la mañana, de repente mi vista volvió al brazo que me tenía rodeado. Dirigí mi mirada a la persona que tenía a mi izquierda... ¡Era Laura!.
Marcos: No, no puede ser, dime que no pasó nada anoche -me dije a mi mismo-
Aparté el brazo de Laura con cuidado para no despertarla, para seguidamente levantar la sábana con miedo y con la esperanza de que solo estuviera sin camiseta. Pero lo que me supuse era cierto, estaba desnudo, había mantenido relaciones sexuales con una chica.
Marcos: Mierda, mierda... espero que no se enteré Rubén -dijé mientras buscaba una solución-
Intenté llamar a Laura para explicarle lo que había ocurrido, pero no respondía. Al quinto intento, Laura abrió un ojo el cual le costaba ver, pero enseguida abrió los ojos y gritó al verme a su lado y los dos desnudos, había comprendido lo que había pasado con anterioridad.
El grito me asustó, tanto que hizo que me cayera de la cama. Mientras que una parte de la sábana se la enrollaba para taparse desde los pechos hasta los pies, la otra parte de la sabana la usaba yo para taparme desde la cintura hasta los pies.
Como era normal, Rubén oyó el grito y fue a ver que pasaba, no tardó más de un minuto para ir a la habitación y abrir la puerta con fuerza y rápidamente. Me encontró en el suelo tapado, y a su hermana en la cama al igual que yo, tapada de la misma forma.
Rubén: ¿Qué ha pasado aquí? -dijo asimilando la escena que tenía en frente de sus ojos-
Marcos: A ver, no es lo que parece, bueno si, pero tiene una explicación -dije mientras intentaba sonar convincente-
Rubén: ¿Te has follado a mi hermana en mi casa y después de haber salido de una discusión? -dijo mientras cerraba el puño- y encima tienes la cara de decirme que no es lo que parece, eres un hijo de la grandísima puta -dijo mientras se acercaba a mí-
Laura: Rubén, estábamos borrachos, somos jóvenes, hacemos locuras, ha sido la culpa de los dos -dijo intentando calmarle- dejame equivocarme
Marcos: Joder Rubén, los dos somos mayores, así que ya sabemos lo que está bien o está mal, estábamos borrachos y surgió esto sin buscarlo -dije ya de pie y todavía tapado con la sábana-
Tras haber dicho esto Rubén se paró en seco, miró a Laura y le hizo un gesto, que hiciera el favor de salir del cuarto con él. Así hicieron, Laura salió de la habitación con la sábana puesta y Rubén detrás. Mientras estaban fuera aproveché para vestirme, me pusé la misma ropa de la noche anterior, olía a alcohol.
A los veinte minutos entró Rubén a por la ropa de su hermana, no me miró ni siquiera a los ojos, y tampoco me dirigía la palabra, la había cagado y eso lo sabía.
Marcos: Rubén, solo es sexo -dije antes de que se fuera con toda la ropa de Laura-
Antes de irse de la habitación, se acercó a mi, me miró a los ojos para seguidamente darme un puñetazo en el labio.
Rubén: Te quiero fuera de esta habitación, fuera de mi casa dentro de dos horas -dijo mientras sacudía la mano-
Me lo merecía, me quede allí durante media hora, sentado en una esquina mientras lloraba y me sangraba el labio. No me dolía el golpe, si no me dolía que me lo hubiera dado Rubén.

Todo a cambio de nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora