Me quedé dormido y me tuve que levantar sobresaltado de la cama por el sonido insufrible del despertador. Tenia un ojo abierto y el otro cerrado, me molestaba la luz de mi habitación, miraba a todos los lados con extrañeza para ubicarme, seguidamente miré el despertador, eran las ocho y diez y llegaba tarde, era lunes. Entraba a las ocho y media y no tenía nada preparado. Me vestí en cinco minutos, me cogí el desayuno preparado por mi hermana y me dispuse ha correr en dirección al instituto. No pensaba si los libros adecuados estaban en mi mochila, no me preocupaba.
Llegué en cinco minutos al instituto, y lo primero que hice fue descansar de pie mientras me inclinaba hacia delante apoyando las manos en mis cuadriceps y cogiendo aire mientras que mi vista estaba al frente a la vez que respiraba muy seguido y rápidamente. Cuando me encontré más descansado, cogí mi mochila de un asa y me dirigí a mi clase, una vez dentro me senté en mi sitió sin hacer caso a mis infantiles compañeros.
Una chica con rastas y el pelo por la cadera recogido con un pañuelo verde, se acercó junto a dos chicos cogidos de la mano, uno de ellos, delgado de tez blanca y ojos marrones, pelo negro y despeinado hacia la derecha, por otro lado, el otro chico era delgado aunque más fuerte que el primero, ojos verdes oscuros y pelo castaño claro peinado con el flequillo de punta. Me sorprendió demasiado que unos desconocidos se acercarán a una persona que no conocían a la voluntad de Dios.
Chica: Hola, me llamo Covadonga, pero me llaman Cova ¿y tú eres?
Marcos: Marcos, encantado
-dije con una sonrisa-
Cova: ¿Tú eres el chico que vino de otra ciudad y tuviste el conflicto con la puta de Laura? -dijo intentando recordar- bueno, cambiando de tema, estos son Hugo y Alvaro -dijo señalando a los chicos que tenía detrás-
Marcos: ¿Me podrías hacer el favor de no insultar a una amiga mía en mi presencia?
-dije cambiandole la cara bruscamente-
Cova: ¿Es tu amiga después de lo que te hizo el primer día? -dijo confundida- hijo, no te entiendo.
Hugo: Cova, la gente cambia, y ya te dije que Laura no era mala persona, solo la insultas porque no tienes motivos aparentes.
Alvaro: Además, si no es tu vida no te tiene que importar lo que suceda. Con perdón -dijo dirigiéndose a mí mientras se pasaba la mano por su pelo castaño-
Me quede boquiabierto al oír lo que decían esos chicos, así que me levanté del sitio y me dirigí a ellos con un asombro enorme.
Marcos: Dios, dos personas que piensan como yo, gracias al cielo
-dije mientras les sonreía con amabilidad y sinceridad-
Cova: Se que las personas cambian, pero no de la noche a la mañana, aunque supongo que tengo que respetaros a los tres aunque me cueste y no esté de acuerdo... -dijo no muy convencida-
La conversación se terminó cuando unos brazos me acogieron por la espalda, rodeando mi abdomen, temía que fueran de Rubén, después de lo que sucedió no me atrevo a mirarle a la cara, así que no hice ningún movimiento, pero cuando me di cuenta de quien me estaba abrazando porque me habló con una voz suave y seguidamente me dio un beso en el cuello, me giré para responderla con el mismo afecto de cariño.
Era Laura, justo con la persona que necesitaba hablar.
Hugo y Alvaro, se alegraban al ver a Laura, cosa que desconocía.
Laura: ¿Dónde están los novios más guapos del instituto? -dijo refiriéndose a la pareja de chicos- ¿y el chico al qué más quiero? -dijo dedicándome una sonrisa-
Los tres chicos hicimos lo mismo tras este recibimiento, abrazarla en grupo, me sentía bien.
Me llevé a Laura fuera del grupo de donde estábamos, necesitaba desahogarme y contárselo todo.
Laura: Tu dirás -dijo cruzando los brazos incómoda a la vez que preocupada-
Marcos: A ver, te va a sonar muy alucinante, pero el otro día cuando nos dejaste solos a Rubén y a mi en la habitación -dije llevándome la mano izquierda a la nuca- me besó
Laura: ¿Qué? Imposible, mi hermano es heterosexual, y jamás se ha besado con ningún chico -dijo cambiando de postura-
Marcos: Pues será bisexual, pero besar me besó, joder que loco no estoy -dije poniéndome nervioso-
Hugo: Siento decirte esto Marcos, y siento meterme, pero si hablas de Rubén, el hermano de Laura es prácticamente imposible, no he visto un chico más hetero que él.
Marcos: Joder Hugo, me ha besado, lo noté, no iba nadie borracho, juntó sus labios con los mios, no es tan díficil de creer.
Laura: A ver si se iba a despedir dándote dos besos y tu giraste la cabeza, puede ser -dijo riendose-
Hugo: A todos nos pasa, es algo normal, no te ralles por eso.
Marcos: Me cago en todo, que no fueron dos besos, y aún que lo fueran, lo heteros no se saludan así. Os digo que me besó, que yo se diferenciar beso en la boca y beso en la cara, fue un beso así -dije mientras cogía de las caderas a Laura para besarla demostrándoles como me había besado Rubén a mí-
Tuvimos que parar porque Rubén apareció delante nuestra y solté a Laura deprisa.
Rubén: Veo que estáis bien -dijo mientras me miraba y se reía-
Marcos: ¿El qué, esto? -dije señalando a lo que había visto anteriormente- es que Laura decía que los heterosexuales besaban mejor y yo les decía que los gays somos lo que mejor besamos y pues se lo he demostrado -dije mientras que el corazón me iba a mil-
Rubén: Claro, entiendo -dijo riéndose y haciendo muecas-
Hugo: Bueno, ¿y tú que piensas, quién besa mejor de los dos?
Rubén: Pues no se, no he besado a ningún chico en mi vida -dijo sonriendo- por cierto ¿me podeís dejar los apunte de historia? Es que me falta una parte -dijo cambiando de tema-
Marcos: Claro, luego te los dejo yo, que lo tengo todo.
Rubén: ¿Enserio? Gracias tío, me paso por tu casa a recogerlos a las cinco y media -dijo mientras me guiñaba el ojo y se iba a otra parte de la clase-
Laura: ¿Ves como no te ha besado? A parte, besas regular, que lo sepas -dijo cuando se había ido su hermano-
Marcos: Hombre, estaba yo delante, no iba a decir que sí delante de mí... y yo beso bien a quien tengo que besar bien, que lo sepas. -dije molesto-
Hugo: Marcos, te veo un poco estresado, relajate un rato.
Marcos: Mira Hugo, si llevarás sin novio lo que yo, estarías estresado -dije dándome la vuelta para dirigirme a mi sitio, donde me sentaba para esperar a la profesora de filosofía-