~CAPÍTULO 50~Abandono

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Narra Kyuhyun:

Un delicioso aroma en las sábanas llenaban mi sentido del olfato, era un aroma... el de ella. Moví mi cuerpo tratando de buscarla con las manos para traerla hacia mi cuerpo y sentirla mía, besarla y poder mantenerme solo a su lado. Deslicé mano derecha lentamente por lo largo de la cama, en el lugar que la había hecho dormir, pero no podía hallarla; y poco a poco el aroma de ella desvanecía conforme me iba moviendo.

-¿(TN)?—Pregunté despertando de golpe y sentándome sobre la cama, con los ojos fijos sobre el lugar en donde reposaba, tratando de verla... no estaba, (TN) no estaba.

Giré le rostro y empecé a observar a todas partes, pero no la ubicaba; así que, me puse de pie y corrí hacia el baño con la esperanza de que estuviera tomando una ducha, pero no estaba.

Salí apresurada de la habitación y busqué en la sala y cocina, dando con el mismo resultado de su ausencia en mi departamento.

Mi corazón golpeaba mi pecho, y mi pulso era acelerado debido a la sensación que me estremecía el cuerpo por la idea de que ella se hubiera marchado y que jampas la volvería a ver. ¡¿Por qué joder piensas eso Kyuhyun?! Ella no se iría... No después de que le dijiste que habías decidido quedarte con ella.

Mis manos se sacudía mientras caminaba de un lugar a otro, tratando de pensar en lo que debería hacer. Llámala Kyuhyun ¡Llámala de una maldita vez! Tal vez tuvo una emergencia.

Tome el celular entre mis manos y empecé a buscar su número y solo llamé. En momento de espera que entrara la dichosa llamada parecieron eternos, atormentadores; y se volvieron aún más cuando en vez de que entrara la llamada me contestara la casilla de voz, anuncio nado que el numero estaba apagado. ¡Joder! ¡¿Por qué has apagado el teléfono (TN)?! Necesito saber por qué coños no estás aquí... ¿Por qué te fuiste sin avisar?

Decidí llamar a Kibum ay que estaba más que seguro de que él sabría en donde se hallaba.

-Habla—Contestó con tranquilidad, pudiéndose oír sonidos de clacson, quizás estaba conduciendo-- ¿qué pasa Kyuhyun?—

-(TN) ¿Dónde está?—Pregunté sonando desesperado-- ¿Dónde está (TN)?—

-Debe estar en su casa—Contestó con tranquilidad, haciendo que yo mismo me tranquilizara h pudiera sentir cómo el ritmo normal de mi corazón regresaba-- ¿Por qué? ¿La quieres ver?—

-No—Respiré hondo y tomé asiento en el sofá—Dormí con ella. La cité anoche y se quedó aquí, pero cuando desperté no la encontré—Apreté la mandíbula recordando el desesperante momento. Llevé la vista a la altura de la mesa de enfrente y observé un lapicero sobre una hoja, era un papel escrito— Te dejo—Hablé captando toda mi atención en aquel papel. Me puse de pie y caminé hasta la mesa hasta poder distinguir la hoja escrita. La tomé en mis manos y empecé a leerla.

"Tal vez, esta vez sea la última vez que sepas de mí. Trataré de ser concisa y bastante clara Kyuhyun. Me voy, me voy de la ciudad, me voy sola y no te quiero volver a ver en mi vida. Te quiero lejos de ella para poder olvidar que alguna vez te pude amar... olvidar que mi madre y yo compartimos el mismo hombre en la cama... ¿Qué puedo hacer? No te quiero perdonar Kyuhyun, y lo de anoche solo fue mi despedida... algo para que me recuerdes... algo para poder olvidarte en paz. No volverás a saber de mí Cho Kyuhyun. Hasta nunca. Atte: (TN)"

Dejé caer el papel de mis manos sin poder moverme, estaba paralizado... tal vez era todo producto de mi imaginación... ella no se iría, no desaparecería así nada más... ella no.

Mi respiración se aceleró al mil por mil y sin ni siquiera pensar en nada cogí uno de mis buzos junto a una de mis poleras para colocármelas y salir corriendo a tomar un taxi en dirección a la casa de (TN). Era una mala broma, estaba seguro... ella no se iba a ir, no se iría; me repetía una y otra vez tomando el celular en mis manos e intentando llamarla una y otra vez... ¿Qué si Kyuhyun sabe algo? Cuando se lo pregunté se quedó mudo, como si un baldazo de agua fría le hubiese caído. Definitivamente tenía que ser una broma.

Sexo con el amante de MamáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora