Capitulo 7, "El Regalo Del Jefe"
-Eres una maldita bestia-Dije mirándolo con odio, las imágenes de aquel día se repitieron en mi cabeza causando un fuerte dolor de cabeza.
«Sus manos en mi cuerpo, recorriéndolo con sus sucias manos, su mirada llena de lujuria y excitación, el llanto se hacía presente, de mis ojos gotas de agua salían sin mi autorización.»
Derek tenia la mirada perdida, mirando a un lugar inconcreto, su semblante se veía disgustado aflojo sus manos y sus piernas, al verlo despistado, lo golpee con mi rodilla en su parte intima.
-Acabas de golpear...-Fue lo último que escuche después de salir corriendo, al ver que no me seguía gire a la derecha de un pasillo y después a la izquierda, descubriendo unas escaleras que se dirigían hacia ¿El sótano? Con decisión baje, esperando que mi torpeza se hiciera presente y que cayera rodando por las escaleras, pero milagrosamente no paso nada de eso.
Cuando ya estuve completamente en el suelo, los mire, cuatro hombres musculosos, doblándome la estatura, al verlos solté un jadeo haciendo que todos me voltearan a ver sonriendo divertidos, todos tenían unas cervezas en sus manos, pero aun seguían sobrios.
-Mira que tenemos aquí-Dijo uno, rubio de ojos miel, treintañero, soltando un chiflido.
-¿Es un regalo del jefe?-Pregunto otro, castaño y de ojos verdes.
-Tal vez, está muy buena-Volvió a decir el rubio.
-Nos vamos a divertir mucho-Dijo uno pelirrojo, codeando a uno de cabello negro azabache quien no había abierto la boca desde que llegue.
-Hagan lo que quieran-Dijo el chico de cabello azabache, tomando un sorbo de su cerveza, me miro de pies a cabeza con indiferencia, sin evitarlo mis ojos conectaron con los suyos azules-Se parece a la chica que trajeron hace dos semanas.
¿¡Hace dos semanas!?
-No puede ser ella-Aseguro uno-Nadie puede salir de la habitación.
-Tienes razón Dylan-Dijo el de cabello azabache, el tal Dylan que era el rubio asintió con una sonrisa triunfante-Pero, solamente que alguien la haya querido dejarla escapar.
Todos se quedaron en silencio, hasta yo, recapacitando, ¡Es imposible! Yo salí de ahí por mi cuenta ¿O no? Pero pensándolo bien, fue muy sencillo.
-Me voy, hagan lo que quieran con la chica-Aviso el de cabello azabache, tomando una cerveza dispuesto a irse, pero el pelirrojo lo tomo del brazo deteniéndolo-¿Qué?-Pregunto sin voltearse a ver al chico que lo detuvo.
-Hey espera Alexander ¿No quieres divertirte un poco?-Le pregunto.
-No-Contesto frio, y se fue dejándome sola con ellos.
-Solamente somos nosotros, eh-Soltó una risita el pelirrojo, haciéndoles una seña hacia los demás que se acercaran hacia mí, yo por instinto retrocedí algunos pasos.
-No se acerquen-Dije decidida.
-¿Tú me lo vas a impedir?-Dijo Dylan con sarcasmo, mientras se acercaba junto con los demás imbéciles, retrocedí todo lo que pude hasta chocar con una maldita pared, el pelirrojo fue el primero en acercarse a mí.
Comenzó a besar mi cuello, mientras que los otros se ocupaban de evitar que los golpeara, manoseándome mientras intentaban hacer su "Trabajo".
-Suéltenme hijos de puta...-No pude seguir ya que un golpe en mi estomago expulso todo el aire que se encontraban en mis pulmones.
-Cállate pequeña zorra...-Dijo el castaño que me agarraba mis piernas-Si no quieres otro puñetazo créeme que no me importa si eres mujer.
«-¡Cállate pequeña zorra!-Dijo aquel hombre ocultando su rostro con una máscara, el hombre intentando romper su ropa de aquella chica, las suplicas de la chica resonaban en toda la habitación»
-N-No otra vez-Susurre- ¡Ayuda por favor!
-Maldita sea, Marcus ponle una mordaza-El tal Marcus que era el pelirrojo, asintió y me coloco la mordaza que había en alguna parte del sótano.
Quería gritar pero sabía que nadie me escucharía.
Dylan comenzó a romper mi ramera, hasta quitarla completamente, dejándome en ropa interior de la cintura hacia arriba, comencé a negar con la cabeza viendo como intentaban quitarme el pantalón, pero lo único que podía hacer era esperar a que todo esto terminara.
-¡Dylan, Marcus, Ryan!-Los aludidos miraron sorprendidos las escaleras donde un chico estaba-El jefe viene...-Dylan, Marcus y Ryan no pudieron hacer nada, su jefe ya había llegado, me soltaron los brazos y las piernas al hacerlo caí al suelo, sollozando, abrasando mis piernas y enterrando mi cabeza entre ellas.
-¿Qué?-Escuche un susurro-¿¡Que mierda le hicieron!?-Su voz jamás la podría olvidar...era inconfundible.
-A quien ¿A ella?-Me señalaron- Planeábamos hacerla disfrutar sus últimos minutos de vida, su sangre huele deliciosa, y está muy buena...-No pudo seguir ya que un fuerte sonido lo callo, sorprendida alce la mirada, Marcus-El pelirrojo- se encontraba en el suelo sangrando de su cabeza, Derek se encontraba con un puño alzado en modo de victoria.
-Ella es mía hijos de puta, deberían de respetar a su futura...-No entendí lo que dijo Derek y fue ahí cuando su mirada choco con la mía, la de él me recorrió mi cuerpo-¿Quién fue?-Su voz sonó fría y en busca de respuestas-¿Quién la golpeo?
-Y-Yo-Dijo el castaño, Ryan, los pasos de Derek se dirigieran hacia Ryan-No-Nosotros n-no sabíamos que ella era tu-tu-ya.
No pude hacer más que gritar, Derek estaba golpeando a Ryan, con una fuerza sobre humana, sus puños iban directo había su corazón.
-¡Alexander!-Grito Derek, el chico de cabello azabache se acerco bajando las escaleras rápidamente-Llévatela.
Alexander asintió y se acerco a mí, a lo que yo retrocedí.
«No voy a hacerte daño Jane, puedes confiar en mí»
El al ver que retrocedí se quito la playera, dejando ver su muy bien trabajado cuerpo, y me la tendió, al ver lo que hacía lo mire sin entender.
-Supongo que quieres tapar tu cuerpo ¿O me equivoco?-Sin pensármelo más la agarre y comencé a colocármela.
-Gracias-Murmure escuchando un gruñido que soltó Derek, me reincorpore lentamente, pero mis piernas fallaron y caí devuelta al suelo.
«Es ahí donde perteneces zorra.»
-Déjame ayudarte-Alexander me tendió su mano y con miedo la acepte-Recárgate contra la pared -Señalo una pared, le hice caso, él se acuclillo enfrente mío-Sube-Me ordeno, y así lo hice.
Él subió las escaleras conmigo encima como si mi peso fuera el de una pluma, pronto un dolor agudo golpeo con fuerza mi estomago y mi cabeza, pronto ese dolor comenzó a intensificase.
«Espero que sepas de dónde vienes puta»
Fue lo último que recordé antes de perder el conocimiento.
Hola.
Muchas gracias por tomarse la molestia de votar y comentar, ver sus votos me hace muy feliz ;) Gracias por leer.
En multimedia una foto del hermoso Alexander <3
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Red Lies
VampireLies Red (Mentiras Rojas). La palabra que siempre definió a Derek era "Maldad" o esa era la palabra que lo hacia hasta que se reencontró con ella, en ese momento él fue grandísimo hijo de puta. Los recuerdos que con ella vivió se volvieron amarg...