CAPITULO 3

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Me  siento al borde de la cama y no sé qué pensar, es increíble que mi padre me pida eso, y precisamente con ella. Siempre he deseado que mi padre un día me diga "me siento orgulloso hijo", esa es la razón por la que hago todo lo que me dice; en toda mi vida nunca he recibido un cariño de su parte, o una palabra de aliento, nada. Y siempre he hecho lo que me ha dicho, pero ¿casarme?, eso ya es demasiado, tengo muchas cosas en que pensar.

Al despertar, tengo el deseo de pasear a caballo, así que me coloco la ropa adecuada y salgo; pido el caballo y me subo en el sin esperar desayuno ni saludos.

El caballo trota a toda velocidad y poco a poco me siento un poco más libre y tranquilo, luego de unos minutos me acerco a un pequeño lago, estoy lo suficientemente lejos del castillo. A lo lejos veo a una señorita caminar y aunque está de espaldas sé que es ella, es Jane. Me acercó un poco más y bajo del caballo.

-Señorita Weasley, es un verdadero placer encontrármela –

JANE

Me sobresalto al escucharlo, pensé estar lo suficientemente lejos para poder estar a solar y tal vez pensar un poco y luego leer. Pero aquí esta él y eso no me ayuda.

-Príncipe Wells, me ha asustado, no lo escuche acercarse – hago una reverencia, pero esta vez no alzo la mirada, solo observo el césped.

-Oh señorita discúlpeme, no era mi intención asustarla-

-No se preocupe-

-Señorita, sé que esto sonara un poco extraño pero ¿podría levantar la mirada? Tengo el deseo de ver sus ojos – sí, tiene toda la razón, eso se escuchó muy extraño, pero es el príncipe, no me puedo negar.

-Como desee príncipe – alzo mi vista y en un solo segundo me pierdo esos ojos color miel, son realmente hermosos – y diga príncipe, ¿su viaje esta siendo placentero? –

-Mucho señorita Jane, ¿le parecería bien caminar un poco a mi lado? – me pone derecho y coloca su brazo en forma de gancho para yo tomarlo.

-Sera un verdadero placer – tomo su brazo y comenzamos a caminar alrededor del lago.

-Señorita, ¿sería muy grosero de mi parte hacerle una consulta? –

-Oh por supuesto que no señor, dígame –

-¿Estaría usted dispuesta a hacer lo que le indiquen sus padres aunque no esté de acuerdo? – me sorprendió mucho esa pregunta, tal vez sus padres le están pidiendo algo.

-Bueno señor, si la petición de ellos no es para mí bienestar y felicidad, haría caso omiso a su petición. Pero si es lo contrario, si lo haría –

-¿Estaría usted dispuesta a ir en contra de las peticiones de sus padres? – definitivamente esto no le dará una buena idea de mí, pero no podría responder su pregunta con mentiras.

-Señor si mis padres me tiene un gran afecto entenderán mi rechazo a su petición, busco mi entera felicidad - el príncipe se queda unos segundos en silencio, y eso no ha de ser buena señal – espero, mi respuesta no indisponga su idea sobre mí –

-Oh señorita Jane le aseguro que no, al contrario, me complace saber que es usted una mujer con carácter – sonrió y caminamos al borde del lago.

-Señorita, mire esto – me suelto de su brazo y él toma una piedra, la lanza al lago y esta salta varias veces en el agua para luego hundirse. Aplaudo animadamente y sonrió, es increíble, nunca había visto algo así.

-Ha sido grandioso – él sonríe y hace una reverencia en forma de gratitud - ¿desea usted que le enseñe?, es bastante sencillo – estira su mano para que yo la tome, pero no estoy segura de que esté bien, aunque lo dudo mucho decido tomar su mano. Él se acerca a mí, toma una piedra para ponerla en mi mano, se coloca detrás de mí, toma mi brazo y lo impulsa junto con el de el – suéltala cuando te lo indique – asiento suavemente y vuelve a impulsar nuestros brazos, estoy hechizada por su perfume – ahora suéltala – lo hago cuando él me lo dice, suelta mi brazo y coloca su mano en mi cintura; observo fascinada los saltos de la piedra y siento como mi piel arde en donde se encuentra su mano.

Suelta mi cintura y aplaude, aunque aún sigo como en un sueño, me uno a su celebración, aplaudimos y reímos juntos, me ayudo a lanzar varias piedras aunque este vestido no ayuda para el movimiento.

-Me temo que se ha hecho tarde y debo regresar a mi casa, me han de estar buscando – digo yo mientras él se pone de pie y me tiende su mano para ayudarme.

-Tiene usted toda la razón, espero que mi aparición no haya dañado sus planes – me coloco de pi y aliso mi vestido; bueno en realidad no los daño, podría decir que lo mejor, mi libro no habría sido tan divertido y no habría tenía tan buena compañía.

-Por supuesto que no, ha sido muy placentera su compañía –

-No sabe cuánto me alegra escuchar eso ¿podría acompañarla? –

-Sería un honor – tomo la rienda de su caballo y camino junto a mí. Me dejo en la puerta de estrada a las tierras de mi familia, un leve agradecimiento, una reverencia, se subió a su caballo y se fue.

Vi cómo se alejaba y no podía pensar en algo que no fuera esas horas a su lado. Quisiera que alguien día un hombre así me hiciera una proposición, pero eso no sería posible, somos de mundos distintos y esos mundo no se cruzan. En definitiva los finales felices llenos de amor solo existen en los libros. Acerco mi libro a mi pecho y camino rumbo a casa.




DOS MUNDOS EN CONFLICTO - COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora