CAPITULO 5

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JANE

Llego a casa muy agitada, corrí prácticamente todo el camino desde la entrada las tierras hasta acá, necesitaba alejarme de él, esta amistad (si se puede llamar así) no es lo correcto. Él es todo un príncipe, y yo soy una simple muchacha sin título o riqueza.

-Jane hija déjame presentarte al señor Stowrel – la voz de mi padre me exalto girándome y encontrándolo de pie junto a la puerta, junto a un señor joven, bien vestido, de cabello castaño y ojos cafés; hago la debida reverencia y saludo.

-Buenas tardes Señor Stowrel –

-Esta es mi hija menor Jane – él se acerca, toma mi mano y besa los nudillos para luego sonreír.

-Señorita Weasley es un placer conocerla –

-El placer es mío Señor – nos dirigimos a la salita para recibir la visita y pedimos un poco de té. Me siento justo en frente del hombre que no deja de mirarme y esto me pone muy nerviosa.

-Señorita Jane, cuénteme, ¿A qué se dedica usted? –

-Soy estudiante Señor, gracias a la generosidad de mi tío –

-Oh entiendo, y ¿Qué edad tiene usted? –

- Veintidós Señor –

-Entiendo, bueno creo que sería justo que conocieras más que mi apellido. Soy el Señor de Rosebelt Nicholas Stowrel – inclina su cabeza en forma de presentación, quien diría que tendría a un Señor, poseedor de Estados y dueño de Rosebelt.

-Es un honor Señor que nos honre con su visita –

-En ese momento mi padre entro junto con mi madre, nos levantamos y saludamos como lo dicta el protocolo.

-Oh Señor Stowrel, es usted bienvenido en nuestro hogar –

-El honor es mío Señora Weasley – se giró hacia mi padre y continuo – Señor Weasley seria para mí un honor que usted me concediera el permiso de llevar a su hija Jane a un paseo por Heighter Park el día de mañana – volvió su mirada hacia mí y yo no sabía que hacer o responder, nunca me había invitado a una salida y la verdad que no me apetecía, pero por respeto debía aceptarla – si está de acuerdo claro esta Señorita Jane, y por supuesto que llevaremos la compañía correspondiente – era mal visto ver a una señorita y un caballero solos, así que siempre iban con compañía, ya fueran doncellas o algún mayordomo.

-Si mi hija no tiene inconveniente y desea ir, le concederé mi permiso – concluyo mi padre en el momento en que todos se quedaban viéndome esperando una respuesta.

-Sera un honor ser su acompañante en el paseo –

-Perfecto, pasare por usted a las dos de la tarde – una elegante despedida y se fue. Ahora tendré que asistir a aquella salida, el tiempo junto a William se reducirá a unos pocos minutos.

Al siguiente día, me levanto muy temprano, me coloco el vestido de montar y preparan a mi caballo Roble, como no éramos ricos solo teníamos dos, el de mi hermano Zeuz y el mío Roble, a mi hermana nunca le gusto cabalgar así que no tiene uno. Me subo al caballo y lo coloco a trote en dirección del lago, serán solo unos minutos.

WILLIAM

Estoy acá sentado en el césped, esperando que tal vez aparezca. Escucho un jinete y grito para ver de quien se trata, pero quedo casi sin respiración al verla a ella, con un vestido de montar color azul claro que resalta de una manera increíble con su piel blanca y su cabello negro, se ve realmente hermosa, se acercaba cabalgando en su caballo. Al llegar a mi lado no se baja del caballo pero me observa con una hermosa sonrisa, inclina un poco su cabeza en forma de saludo y yo hago lo mismo.

-Buenos días Príncipe, no esperaba verlo en este lugar –

-Buenos días señorita, al parecer este lugar se está convirtiendo en mi favorito y ¿Cuál es la razón de su paso? –

Se queda en silencio unos segundos al parecer pensando en su respuesta.

-Quería estar segura de que aun recordaba como montar –

-Déjeme le ayudo – extendí mis brazos con la idea de tomarla de su cintura para ayudarla a bajar del caballo, gracias a Dios este lugar no era concurrido, porque este tipo de acciones no son las que te exige el protocolo.

-Lo siento Príncipe pero no puedo tardar, me esperan en casa – y hasta ahí llego mi felicidad.

-Lamento escuchar eso, pensé que posiblemente ya que pasaba por aquí podría hacerme un poco de compañía – digo intentando convencerla de quedarse.

-Lo lamento pero no me es posible cumplir su petición, debo volver inmediatamente – inclina la cabeza pero esta vez para despedirse pero antes de que se valla grito.

-Últimamente estoy aquí a la misma hora solo por si le interesa – ella sonrió tímidamente y se fue.

JANE

Esa sonrisa no se borra de mi rostro, al oírlo decir eso fue como acordar una cita en la que solo estaremos él y yo. Llego a casa y ya está el Señor Stowrel en la entrada junto con mi padre y mi madre mirando hacia todos lados, al verme se acercaron.

-Jane por Dios en donde estabas, te estábamos buscando hace mucho – dijo mi madre, siempre tan dramática, haría lo que fuera con tal de encontrarnos un buen esposo, aunque su idea de buen esposo no me guste.

-Cálmate madre, ya estoy acá, solo me cerciora de no haber olvidado como montar – el mayordomo coloca la escalera para bajarme – Señor Stowrel, lamento haberlo hecho esperar – saludo como se debe

-Señorita Jane, esperaría por usted lo que fuera necesario – intento sonreír ante su comentario pero es imposible, sus cumplidos no son tan bien recibidos como los de cierto caballero.

-¿Nos vamos Señor Stowrel? – retiro mi mano de la suya y junto mis manos.

-Claro que si señorita Jane – me vuelvo a subir a mi caballo y comenzamos el recorrido con mi doncella y su mayordomo detrás.

-Señorita ¿Sería muy imprudente de mi parte hacerle una pregunta? –

-Pregúntame lo que desea saber Señor, si llegara a ser imprudente le aseguro que se lo haré saber –

-Señorita ¿Podría presentar ante usted mi deseo por cortejarla? – me detengo de golpe sin saber que responder o cómo actuar, ¿ser mi pretendiente?, no deseo esto, no lo quiero a él como pretendiente, pero ¿Cómo negar su petición siendo el un gran Señor y yo una muchacha sin apellido ni fortuna? Esta tal vez sea la mejor o la única propuesta que reciba.


DOS MUNDOS EN CONFLICTO - COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora