DOS MUNDOS EN CONFLICTO - COMPLETA

CAPITULO 10

Al siguiente día al despertarme no vi a papá, me dijeron que había tenido que salir pero desde entonces mamá no se me acercaba, solo me miraba desde lo lejos mientras Isabel ha intentado hablar conmigo pero sigo dolida con sus palabras así que no he estado dispuesta a escucharla.

Mi golpe se nota y mucho, se ve morado y un poco hinchado, con William no espero verme hoy, así que salgo a caminar pero asegurándome de no llegar al lago para evitar un repentino encuentro, no me gustaría que me viera con mi rostro así.

Mientras camino pienso en una y otra cosa, mi vida cambio mucho últimamente, perdí la hermosa relación que tenía con mi hermana, con mi madre nunca me he llevado bien pero sin embargo es mi madre y le tengo cariño pero ahora ni el saludo, solo cuento con mi padre, y completo con un hombre enloqueciendo mi cabeza y enamorando mi corazón.

Escucho un caballo y al girar lo veo a él, es increíble que mi suerte sea tan mala, ¿Por qué precisamente con él es que siempre me encuentro?

-¡Jane, espera! – dice alto al notar que emprendo la huida, pero se baja rápidamente del caballo y corre. Al estar lo suficientemente cerca me toma del brazo y me hace voltear quedando frente a frente, pero miro el suelo y no tengo planeado mostrar mi herida.

-¿Estas bien? – dice y toma mi mentón para alzar mi rostro pero volteo y no se lo permito.

-Si – respondo secamente – debo irme – intento emprender mi huida pero de nuevo no me lo permite.

-¿Qué sucede Jane? – se escucha preocupado pero no puedo comprobarlo, debo evitar que me vea

-Nada, solo me temo que debo retirarme –

-No me digas mentiras, mírame, detesto cuando el suelo es al parecer más interesante – no sé qué hacer y termino entrando en pánico - ¡Que me mires Jane! – ya no puedo hacer más, si no lo hago posiblemente sea peor. Levanto mi rostro y el suyo palidece, sé que no se ve nada bien, pero su rostro es como si hubiera visto un fantasma tal vez, o algo peor.

-Dios mío Jane ¿Qué le ha pasado a tu rostro? – toma mi mejilla y levanta mi rostro para tener una mejor visión de la herida.

-Es un simple golpe, déjame – aparto mi rostro d mi mano e intento dar la vuelta pero me lo impide tomándome de la cintura.

-Eso no es un simple golpe Jane, no más hay que mirarlo, me vas a decir la verdad ¿Qué paso? – esta serio, muy serio y me temo que si no respondo pueda reaccionar mal - ¿Me vas a responder? O ¿Tendré que buscar a tu padre? –

-¿Qué tiene que ver mi padre? – pregunto curiosa.

-Tu padre y yo nos hemos hecho muy buenos amigos y sé que si le pregunto me contara –

-En una pelea con mi madre ella me golpeo con un tarro – él comienza a caminar de un lado para el otro, esto comienza a desesperarme.

-¿Podría calmarse? –

-No – grita, respira profundo e intenta calmarse pero no parece tener mucho resultado – perdón, no quería gritarte pero es que ver tu rostro así – se sienta en el suelo y mete la cabeza entre sus piernas; me acerco y me agacho a su altura, tomo su mano y el me mira.

-Es solo un golpe, en pocos días ya no se verá y no hay por qué darle mayor importancia – toma mi mejilla y la acaricia suavemente.

-No me gusta la idea de saber que hay alguien haciéndole daño – se acerca un poco más pero no llega a tocarme.

-En poco tiempo no se verá – me coloco de rodillas y me acerco un centímetro más a él.

-No quiero saber que te han vuelto a golpear, nadie, no importa quién sea – asiento y miro sus ojos y sus labios tentada a acercarme un poco más. Y lo hago, roso sus labios y el termina por juntar nuestro labios, me encanta la forma en que me besa, siempre tan pausada y demostrando tantos sentimientos en un solo momento, toma mi cintura y me recuesta en el suelo, el se coloca sobre mi pero sus manos no se mueven de mi mejilla y mi cintura, estoy nerviosa no puedo mentir pero por él haría cualquier cosa. Escuchamos un carruaje y el se levanta rápidamente ayudándome a levantarme y sacudir nuestras ropas que han quedado con hojas del suelo.