CAPITULO 11

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-Te ves realmente hermosa Jane – le digo y ella me mira con una tímida sonrisa en sus labios -¿Te encuentras bien? – pregunto, se ve muy nerviosa.

-Si – dice más en forma de pregunta que de afirmación, yo la miro curioso ante su respuesta - eso creo – ante su respuesta mis ojos intentan encontrar los suyos pero ells simplemente baja el rostro – no, o no lo sé – dice rendida.

-¿Qué sucede Jane? – le tomo su mano, y su rostro girando hacia el mío encontrando unos hermosos ojos.

-Supongo que los nervios –

-No tienes por qué estar nerviosa, es solo una comida – ella me mira y hace un gesto con sus ojos que me hacen reír.

-Una comida, con tu padre, el Rey – dice de lo más obvio -¿Quién no estaría nerviosa? –

-No debes estarlo, yo estaré junto a ti –

JANE

Esas palabras alegran mi vida y de alguna forma disminuyen un poco este sentimiento que me mata, tengo miedo lo acepto, pero ¿Quién no?, estoy por conocer un mundo ajeno al mío, su mundo, uno en el que solo hay personas con poder y dinero, algo que yo no poseo. Su mundo es completamente desconocido para mí y muchas veces no me siento cómoda en él, no estoy acostumbrada a tanta elegancia, mi mundo es otro, mi mundo es aquel en el que todos somos iguales, en el que vives tranquilamente y todos tenemos lo mismo, en el que la elegancia queda en un segundo plano cuando de diversión y buena compañía se trata. Son dos mundos distintos, dos mundo en conflicto, en los que interviene intereses y beneficios de cualquiera menos los propios.

Al llegar puedo ver el hermoso lugar, el jardín al parecer aún está en proceso, pero se ve que será realmente hermoso, y posiblemente tenga una fuente. En el interior es aún más hermoso, los ladrillos dan un color hermoso al lugar, es enorme, los cuadros, pinturas y estatuas que lo adornaban eran impresionantes, estaba feliz observando hasta el más mínimo detalle pero escucho una risa que me alarma y me giro encontrando a un William junto a su padre en el marco de la puerta.

-Al parecer le ha encantado el lugar Señorita – dice divertido el Rey, yo solo agacho mi cabeza y asiento.

-Es realmente hermoso su majestad, ¿Quién no quedaría encantado? – él sonríe y se acerca, toma mi brazo y me lleva al comedor.

-¿Podría pedirle un favor Señorita? –

-El que usted desee Su majestad – sonríe divertido ante mi respuesta.

-Buen en ese caso serían dos – asiento con mi cabeza y el continua – el primero que aunque suene muy extraño me gustaría que me llamaras por mi nombre – yo lo miro extrañada, esto nunca me lo espere, miro a William quien está sentado frente a mí y tiene la misma expresión de sorpresa absoluta ante la petición de su padre – Roberth – yo no he podido decir algo o moverme, quede como una roca con la cabeza en blanco, y al parecer mi expresión le parece muy graciosa porque sonríe divertido al ver mi rostro – no me mires así Janeth, espero que no le moleste que la llame por su nombre – logro despertar al escuchar mi nombre y respondo a su petición.

-Sera para mí un placer llamarlo por su nombre Señor Roberth, pero ¿Podría pedirle que me llamara Jane y no Janeth? –

-Claro que si Señorita y ya que puede hablar – sonríe divertido y yo siento sonrojarme – en pocos días volveré a mi hogar y me gustaría pedirle que acompañe a mi hijo en todo lo que el le solicite, así me podre ir más tranquilo –

Y si antes estaba sorprendida ahora sí que es peor, ¿Cómo podría yo imaginarme que él me pediría algo así?, obviamente aceptare porque yo estaría más que encantada de estar junto a William todo el tiempo posible.

-Para mí será un honor – respondo y al mirar a William veo que esta como en otro mundo, sorprendido, comienzo a agitar mi mano frente a su rostro y rio ante la expresión de su rostro, el parece despertar y sonríe.

-Nunca había estado tan sorprendido, gracias papá – toma su mano y la apretar fuerte, me mira a mí y guiña un ojo mientras yo solo puedo sonreír.

La comida pasa tranquila y divertida, fue muy cómodo, me sentí como en familia porque la charla fue cómoda y a el Rey no le importo quien era yo o que podía tener, sonrisas, charlas e incluso bellas palabras fueron el principal entretenimiento durante la comida, su padre y su hijo se llevaron sorprendente mente bien y con migo fueron más que caballerosos y atentos.

Al terminar la comida Roberth se acerca a mi cuando íbamos hacia el jardín trasero que si estaba terminado mientras William traía mantas para acomodarnos y un juego de cartas como entretenimiento, nos detuvimos esperando la llegada de William y él se dirige a mí.

-Jane me gustaría que supieras que yo no tengo nada en contra de tu relación con mi hijo – yo lo miro curiosa ante sus palabras – sí, ya debes saber que él me conto acerca de sus sentimientos hacia ti y yo hice lo mismo de joven, ¿Sabes?, mi esposa era una mujer como tú, sin tierras o riquezas, pero eso no impidió ser felices, luego que darme cuenta de que estaba perdidamente enamorado de ella nos casamos aun teniendo todo en contra y míranos, somos felices con esta hermosa familia que ella me ha proporcionado. Siempre quise lo mejor para mi hijo y por eso lo envié aquí buscando que él se casara con la princesa que le proporcionara riquezas, pero ganaste su corazón y no me interponer en eso. Partiré con la tranquilidad de saber que mi hijo será feliz a tu lado si deciden casarse y bueno – sonríe pícaramente y me mira – no se lo digas, pero eres bienvenida en mi familia – sonrió como loca al escuchar sus palabras, sus palabras me han hecho feliz e intento decirle algo ante esas hermosas palabras y la confianza que me da al contarme la historia con su esposa, pero llega William y Roberth me hace una señal para que guarde silencio y eso hago.

El resto de la tarde fue maravillosa, nos divertimos mucho jugando porque Robert y yo ganábamos alternativamente las partidas, mientras que William no gano ninguna y alegaba con que estábamos confabulados para hacerlo perder, nosotros solo reíamos, no era como él pensaba, es solo que Roberth y yo estábamos con la suerte de nuestro lado.

Al despedirnos Roberth me dijo que estaba deseoso de volvernos a ver y de que conociera a su esposa, fue inevitable para mí preguntar si me consideraba hermosa incluso con mis cualidades físicas, el simplemente respondió que aquellas cualidades me han diferente y aún más hermosa a los ojos de cualquiera, porque una mujer así era difícil de encontrar. Eso fue más que suficiente para mí, y luego de una cariñosa despedida partí rumbo a mi hogar.

En el camino me recosté en el pecho de William y el acariciaba mi espalda mientras decía lo feliz que estaba de que su padre me haya aceptado sin reproche alguno, estábamos felices y aunque no se lo había dicho con todas sus palabras, estaba enamorada de aquel Príncipe. Al llegar luego de despedirme entre a casa y la cena estaba lista, solo cenamos papá y yo y fue extraño no ver a mi madre y Isabel en la mesa, pero al preguntar por qué papá solo respondió que prefiera cenar solo con mi compañía. 

DOS MUNDOS EN CONFLICTO - COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora