CAPITULO 14

1.9K 250 12
                                    


Una semana más en la que no sabía nada William, la espera está acabando con migo, no volví a recibir una de sus cartas, lo único que hago es leer y releer la primera y única de sus cartas, pero la espera está acabando conmigo, incluso últimamente he dejado de comer, las ganas de probar bocado simplemente no llegan a mí.

Exactamente han pasado 19 días, y al parecer siguen aumentando, ya no sé qué hacer, Isabel y mi padre intentan día a día de mantenerme ocupada, llevando de compras o leyendo, o un simple paseo, pero no funciona nunca funciona. Escucho a Isabel llamarme para comer y tomo las pocas ganas que tengo le pongo de pie y bajo a la primera planta, pero al estar en el último escalón siento que todo comienza a moverse alrededor de mi me sostengo de la baranda intentando volver a estar en mis cinco sentidos, pero no funciona y siento que pierdo las pocas fuerzas que me quedaban.

-Jane ¿Te sientes bien?- pregunta Isabel al verme – te ves pálida Jane – y en mi último reflejo niego con la cabeza y lo último que veo es como una cortina negra atraviesa mi vista y soy inconsciente de lo que sucede a mi alrededor.

WILLIAM

Han pasado 19 días en los que vi por última vez a mi amada Jane; la situación está muy complicada, la guerra se ha alargado y cada vez está más complicada, día a día enfrento a todo aquel que intenta acercarse a las tierras de mi padre, salí herido en una ocasión por una flecha que entro en mi pierna, llevo unos días recuperándome para poder volver al frente de batalla y lo único que hago es escribirle cartas a Jane deseando tenerla a mi lado. Si, debo volver al frente de batalla porque son las tierras de mi padre las que están en riesgo, la seguridad de mi familia es la que está en la cuerda floja y es mi deber intervenir. Solo deseo que esto termine rápido, quiero volver a los brazos de mi mujer.

-William – mi padre ingresa a mi habitación y mira lo que hay sobre la mesa -¿De nuevo escribiéndole? – sonrió apenado y mamá entra con mi comida, al tener la pierna herida no puedo caminar aun.

-Oh hijo mío, no sabes cómo me alegra que estés tan enamorado, solo espero que soy pronto vuelvas a ver a la dueña de tu corazón – mi madre es hermosa, sus ojos son iguales a los míos pero su cabello es castaño; ella siempre me ha apoyado, y desde que le conté de Jane se alegró porque haber encontrado a la mujer con la que quiero pasar el resto de mi vida, y ahora tiene ganas de viajar conmigo en cuanto acabe la guerra para conocerla.

Mis padres como todos los días desde que no he podido moverme con facilidad ellos comen junto a mí en mi habitación. La verdad es que desde que partí de Colombia no he dejado de pensar en lo que paso con Jane, ella se entregó a mí, su cuerpo es mío, pero aun cabe la posibilidad de que este embarazada, aquella noche me deje llevar y no pude evitar tocar su piel centímetro a centímetro, besarla y reclamar su cuerpo para mí. Yo estaría feliz de que Jane tuviera un hijo mío, pero no es el momento, estoy lejos y no estamos casados, no soportaría saber que la han rechazado en la sociedad por un embarazo fuera del matrimonio, eso dañaría su reputación, no quiero que ella sufra y menos si es por causa mía. Mis padres saben lo que paso, primero me regañaron por obvia razón, pero luego entendieron porque mi afán de terminar con esta absurda guerra para poder correr a ti mi hermosa Jane. Le escribiré pidiéndole cartas, si es complicado que lleguen porque en guerra es normal que el correo se pierda, sea interceptado o robado. Pero no pierdo la esperanza de que al menos una sola llegue y poder sentir que esta junto a mí, sentir como si esas palabras me las dice al oído con esa dulce y melodiosa voz.

JANE

Poco a poco recupero la conciencia, me siento muy mareada y tengo un poco de dolor de cabeza, abro los ojos y miro mi alrededor, noto que estoy en mi habitación y conmigo están mi padre, Isabel y el doctor. ¿El doctor?

DOS MUNDOS EN CONFLICTO - COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora