Capítulo 21

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—Te quiero—grita alguien por la calle—.

Me asomo a la ventana y veo cómo un adolescente de unos dieciséis años le grita esas palabras a la ventana de la que parece ser su 'novia'.

—¡¿Eres imbécil?!—responde ella.

Dejo de escucharlos. Puedo oírlos pero no quiero. A los dieciséis yo hice el error de conocerla. De conocerla a "ella". Había muchas contras por las que pudimos estar juntos. Sus amigas, su ego, mi impopularidad. Nuestro gran error fue relajarnos demasiado, fue olvidarnos de amarnos como hacíamos al principio, fue caer en la rutina.

Nos ahogamos en un vaso de agua del que no podíamos salir. Anduvimos un año repleto de pasión, pero no llegamos a salir hasta el año pasado. Fui tan idiota que se me ocurrió la maravillosa idea de pedirle salir.

«Idiota.»

~Lo sé~pienso~. Pero eso fue hace un año.

 «Te recuerdo que ayer estabas en ésta misma cama con intento desesperado de acostarte con ella.»  

Imbécil. No hay mejor manera de describirme.

Miro el móvil. Alguien  me está llamando.

No es desde el numero que utiliza 'ella', así que espero que no sea ella. La curiosidad me posee y decido cogerlo.

—¿Si?—digo.

—¿Qué tal, Adam? Soy Jesús.

—Bien, estoy bien. ¿Qué tal va todo por ahí?

—Bueno... De éso quería hablarte. 

Nunca volaré sin ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora