Capitulo 4

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Desde que Rachel Elizabeth Dare había llegado no se había separado ni por un solo momento. Él sabía que en el momento en el que estuvieran juntos otra vez toda sería igual que antes, y estaba realmente agradecido y aliviado por eso ¡no podía permitirse en ningún caso perder a Rachel Elizabeth Dare! No sería capaz de soportar perder a otra persona que amaba.

La música sonaba fuerte y todos bailaban. Rachel Elizabeth Dare tenía los brazos enredados en su cuello y todo era perfecto. Q se acercó robándole a Rachel Elizabeth Dare y ellale hizo una cara de disculpa a Percy. Seguramente irían al baño. Buscó a Leo pero no lo encontró por ninguna parte, así decidió salir a fuera a fumar un cigarrillo. Percy también se había transformado en un fumador. Siempre pensó que si en algún caso se transformaría en un fumador sería después de los 30, pero estaba equivocado. 

De algún modo u otro había comenzado a acelerar varías cosas que tenía planeada hacer cuando grande, como por ejemplo ir a la universidad cuando cumpliera los 18 (lo estaba haciendo a los 17 aunque no era algo oficial) Encendió el cigarrillo y se sentó en la parte más alta del anfiteatro con la vista hacia el mar, podía sentir las olas incluso dentro de él. De pronto vio a una chica que venía hacia el anfiteatro y entrecerró los ojos al ver de quien se trataba. La chica cuando estuvo cerca también se percató de su presencia y se movió rápido saliendo de ahí. Percy tiró su cigarrillo y bajo cada escalón del anfiteatro y la siguió pisando la arena de la playa. Había investigado las clases que tomaría y en que sala sería para así meterse a molestarla, pero para su mala suerte cuando hoy se enteró de que estaría en la clase de su madre ella no apareció y no pudo molestarla.

-Hey –la detuvo tirando de su brazo y la chica volteo mirándolo desafiante. Percy sonrió al ver el enojo de la muchacha.

-¿Vas a lastimarme otra vez? –preguntó molesta.

-Vale, no. –Percy la soltó alzando sus manos en forma inocente. –Solo te vi y vine.

-¿Qué quieres?

-¿Cómo te llamas? –preguntó Percy divertido.

-Alice –mintió. Percy curvó sus labios sonriendo. ERA UNA MENTIROSA.

-No te llamas así.

-Pues me llamo así.

-Ya se tu nombre así que estas quedando como una pequeña mentirosa.

Lo ignoro por completo yendo hasta la orilla. Quitó su polera y bajó sus pantalones quedando en ropa interior. Percy al verla casi se quedó sin aliento, parecía una sirena. Camino rápido hasta estar más cerca, pero ella metió sus pies al agua dando la vuelta para mirarlos.

-Es peligroso.

-¿El mar? –ella sonrió de lado. –Me llamo Annabeth.

-Sí, lo sabía. Sabes que podría tomar tu ropa e irme –Percy se inclinó tomando los shorts y la polera de Annabeth.

-No lo harás.

-¿Segura? –el llevó la polera de Annabeth a su nariz y olio sin parecer un pervertido. Olía malditamente bien. Miró a la chica que venía hacia él y no pudo evitar reír por la situación. Ella era muy guapa.

-Dame eso –intento quitarle la ropa pero Percy fue más rápido.

-No te vi en clases de griego antiguo hoy.

-No tenía ganas de verte la cara.

-No sabías que yo estaría.

-Vale, los de primero siempre van a todas las clases- Percy casi se echa a reír a carcajadas, la chica creía que de verdad él era un estudiante de la universidad.

A contracorriente (Percabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora