Capitulo 14

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Annabeth no hacia mas que repetirse a si misma también que Percy solo era un niño, pero no lograba ver a un niño, sino que un cuerpo bien trabajado. Cuerpo que Percy mantuvo en forma gracias al deporte, bicicleta, skate y constantes trotes matutinos. El deporte era una forma de aliviar el dolor y calmar la ira que a veces se apoderaba de el invadiéndolo como un verdadero huracán.

Ambos se sentaron en sus tablas adentro del mar. El agua no era del todo fría, sino que era la temperatura exacta para sentirte relajado y despierto a la vez dentro del mar. Para surfear no necesitabas vacilaciones ni descuidos estúpidos, el exceso de confianza seria tu peor enemigo seguramente.

Con Percy dentro del mar y al lado de ella, tenia que mantener todos sus sentidos despiertos y alerta. Debía cuidarlo ahí dentro y transmitirle total confianza. Pudo notar como Percy respiraba, el pequeño estaba tratando respirar de forma profunda para controlar sus nervios, o simplemente sus miedos.

-Manten la calma -Le pidió Annabeth respirando con el adaptándote a su ritmo-

La diferencia de aquella noche con ahora, era que Percy no había pensado del todo sus movimientos, esa noche solo siguió actuó por instinto, se dejo llevar por sus sentidos y la adrenalina de haber estado en el mar después de tanto tiempo. Ahora estaba pensando, totalmente consiente, ahora había lugar para el miedo y sobre todo las dudas.

La ola que venia tenia que ser de Percy pensó Annabeth.

-Percy ahora -le gritó Annabeth y Percy sin resistencias totalmente confiado comenzó a bracerar rapido, el inclino sus rodillas subiendo a la tabla.

Annabeth no pestañeo ni una sola vez. Vio a Percy levantándose en la ola y supo al instante que estaría bien, que el iba a lograrlo.

Ella sin pensarlo mucho comenzó a bracear también tomando la misma ola. Y esa, fue la primera y única ola que compartiría con alguien después de Tyson.

Surfear una ola con otros surfistas nunca se trató sobre cordialidad. Siempre uno querría salir ileso mientras los demás quedaran en el camino. Annabeth zigzagueaba esquivando siempre a los instrusos que habían tomado su ola con la intención de confundirlo y que terminaran cayendo. De la misma forma, lo hacia en el amor porque no esperaba que alguien siguiera ahí por siempre con ella.

Annabeth iba tras Percy que tocaba la pared de la ola con seguridad y confianza. No imaginó verlo tan seguro de si mismo, aunque el la mayor parte del tiempo fuera un chico duro.

Cuando cayó trató de no tragar agua salada del mar odiaba caer en medio de una ola. Esta era la segunda vez que caia por culpa de Percy, pero ahora no estaba molesta. Nadó hasta la orilla encontrándose con Percy que estaba cayendo en la arena boca abajo. Cuando estuvo mas cerca el chico de ojos verdes volteo mirando el cielo y luego a Annabeth que estaba a la vista y se veía totalmente grande.

-¿tienes hambre? –le preguntó la Annabeth. Ella estrujó su cabello cabello esperando la respuesta de Percy.

-Vale, pero por favor, ¡que sea Pizza!

Annabeth soltó una carcajada y el se dispuso a levantarse.

Encontrar pizza en el puerto cercano sería bastante raro, porque solo preparaban comida del mar.

Guardaron las tablas de Surf en la camioneta y luego Annabeth condujo con direccion al puerto al puerto de este extremo, llevaría a Percy al comercio y comerían algo del mar, solo si no encontraban pizza.

-¿Me dejas conducir tu camioneta?

-¿Qué? –Annabeth lo miró por un segundo y luego volvió la vista al frente otra vez-

A contracorriente (Percabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora