Capitulo 6

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Los días pasaron bastante rápidos y eso lo alegraba inmensamente porque solo significaba una cosa ¡Podría ver mañana a Rachel Elizabeth Dare! Solo tenía que seguir escuchando al profesor Brunner que le enseñaba ecuaciones de último grado y otros ejercicios demasiado complicados como para lograr entenderlos por completo. Al final Sally Jackson había conseguido algunos profesores que le echaran una mano a Percy, el señor Brunner era muy amable y considerado al comenzar a enseñarle Matemáticas a Percy en su tiempo libre a la hora de almuerzo. Aunque a Percy le parecía que se trataba de algo mucho que amabilidad y consideración. Los viernes era el único día que no le enseñaba en la hora de almorzar y lo hacía por las tardes a las 5pm. Percy ardía en el pequeño despacho del señor Brunner, hacía un calor insoportable y esperaba que pronto comenzara por lo menos a bajar la temperatura y fuera una noche agradable. Gracias a las horas de Matemáticas se estaba perdiendo muchas cosas que pasaban cuando todos salían a la hora comer. No había visto mucho a Piper ni pudo hacerle más preguntas tampoco. A Annabeth casi no pudo molestarla en las clases de su mamá porque se aseguraba de llegar un poco más tarde que ellos y así poder elegir sentarse lejos de Percy y tener una clase de griego antiguo en paz. Debía admitir que sentía curiosidad de ella, ¿Cómo se conoció con Piper? ¿Estudiaría Derecho al igual que Piper? Trato de alejar todas esas preguntas de su mente moviendo la cabeza.

-¿Qué es lo que no entiendes? –preguntó Brunner creyendo que Percy negaba queriendo decir que no había entendido nada (aunque no se refiriera a eso, el de todas formas no había entendido ni un solo poco)

-Creo que necesito tomar aire –dijo Percy pasando una mano por su frente. Estaba transpirando.

-Está bien –Brunner miró la hora, ya eran las 7.40Pm y debería haberse ido a casa, pero Percy no ayudaba porque de verdad no entendía mucho de todo lo que le estaba enseñando- Vamos a darlo por terminado, pero practica los ejercicios en tu casa.

-Sí- Le aseguró Percy.

-Okay, puedes irte.

-Hasta el lunes señor Brunner.

Percy salió lo más rápido que pudo y se fue directo al baño a mojar su cara. Puso el cuaderno entre sus piernas dando la llave y juntó sus manos mojando su cara. Se miró al espejo, necesitaba cortarte el cabello o iba a comenzar a llegarle a los hombros. Pasó sus brazos por su cara tratando de secarse un poco y salió. Lo que no esperaba era toparse a aquella rubia saliendo del baño de mujeres. Ella lo miró un poco sorprendida, sin dudas tampoco lo esperaba.

-Hola –dijo ella primero.

-Hola –respondió Percy

-No te has dejado ver mucho esta semana –dijo Annabeth sin mostrar mucho interés y comenzó a caminar esperando que Percy también lo hiciera.

-He estado ocupado.

-Muy ocupado, eh –lo miró de reojo y vio como el movía su cuaderno de un lado a otro. No sabía si Percy tenía tics o en serio sufría de hiperactividad, pero prefirió no preguntar nada.

-¿Qué harás esta noche? –preguntó Percy cuando estaban cerca de llegar al estacionamiento.

-No lo sé.

-¿Me das tu numero?

-Tú sí que no le das vueltas.

-¿Hay que darle vueltas para pedir un numero móvil?

-La verdad no, pero no es que la gente le anda pidiendo el número a persona que casi no conocen.

-Vamos, Annabeth, ¿en qué mundo vives? Incluso hay gente que se ve en el metro y se intercambian números.

A contracorriente (Percabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora