Capitulo 13

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No sabia si decidirse por el auto verde que solía ser de su hermano mayor, o por simplemente tomar un taxi y dirigirse al otro extremo de la ciudad. El extremo prohibido.

Annabeth finalmente se había decidido y mandó un mensaje invitándolo a su casa para luego ir a surfear.

Le inquietaba ir a la misteriosa casa de Annabeth Chase. La verdad, es que en ningún caso se vio antes ahí con anticipación. A veces solía imaginar como podían salir las cosas como si de un oráculo se tratara.

Se decidió por llamar a un taxi dejando así el ex auto de Tyson en casa. Sally estaba aun en la universidad, dijo que seria un día muy largo, así que no le quedo mas que solo regresar a casa luego de su ya no tan aburrida clase con el señor D.

Estaba pensando seriamente en entrar a la universidad. Si era lo que quería ¿Por que no iba a hacerlo? Podía ser algo mejor que un niño diagnósticado con violentas enfermedades. Tenia que admitir que su comportamiento había mejorado con el pasar del tiempo. Ahora podía controlarse la mayor parte del tiempo y usaba mucho mas la cabeza en el momento de actuar.

No mas impulsos. No mas malos modales. No mas mentiras.

Si Annabeth Chase lo había ayudado de tal forma que fue capaz de superar uno de sus mayores miedos, al menos le debía honestidad. Percy nunca fue el ser mas honesto del mundo porque si en algún caso lo fuera no podría ocultarse bajo esas pequeñas mentiras.

Subió al taxi y le dio amables consejos al taxista para que evitara el camino mas largo y así llegar lo antes posible. Se sentía curioso de conocer la casa de Annabeth y mas porque esperaba que ella lo citara directamente en alguna de las playas de este extremo.

Bajó del taxi y dio las gracias como pocas veces antes. Sacó su móvil verificando la dirección y camino de casa en casa en busca del numero indicado. Cuando al fin creyó estar frente al portal correcto presionó el botón de llamada y espero a que alguien le hablara desde el otro lado.

-¿Si? -preguntaron del otro lado. Esa era la voz de Annabeth sin duda alguna, era imposible estar equivocado.

-Soy Percy

-Ya te abro -avisó y cortó-

La puerta mas pequeña hizo un sonido como si estubieran quitando el seguro. Percy se sobresaltó, en el extremo donde el venia no se usaban los portales, simplemente nadie usaba rejas, ni cercas para cerrar el lugar. Le costaría acostumbrarse a esto.

Tiro de la puerta mas pequeña y esta se movió sin resistencia. Se metió adentro y luego la cerró dudoso. Dio vuelta y frente a el quedo a la vista el jardín delantero con cierto toque europeo de la gran casa de Annabeth. La casa era blanca muy grande con el techo negro.

Annabeth abrió la puerta principal de la casa y salió al encuentro de Percy. Percy comenzó a sentirse nervioso, las manos comenzaros a transpirarle y sin dudas era una sensación poco agradable.

Cuando ya estuvieron lo suficientemente cerca, ambos se acercaron y besaron sus mejillas. Percy alboroto su cabello y antes de que Annabeth pudiera decir el Hola el creyó que era el momento de hacer lo que tenia que hacer.

-Tengo que contarte algunas cosas -sincerarse era la palabra correcta, siendo precisos-

-¿Es sobre tu desfigurado rostro?

Una fugas sonrisa curvó los labios de Percy.

-No -Negó mientras las manos de Annabeth se acercaban peligrosamente a su rostro. Quiso esquivarla pero ya era demasiado tarde. Las yemas de los dedos de Annabeth se movían lentamente por su rostro. Sintió un raro conquilleo dentro de su estomago. Evito cerrar los ojos mirando los grises y preocupados de Annabeth.

A contracorriente (Percabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora