A mi alrededor todo es blanco. Es fácil deducir que esto no es más que un sueño, una de esas visiones nocturnas que te suelen llevar a un mundo mas bonito que la misma realidad. No quiero despertar, no me libro del pensamiento de que en mi realidad esta por todas partes la pregunta de si debo ir o no a Auradon.
-Joan.-me llama una voz.
Lo ignoro, y sigo caminando por este infinito incoloro que aunque es aburrido, me quita las ganas de hacer muchas cosas que mejor no mencionar. Cuando le he dicho a Mandy, explicando que no quiero ir a Auradon, que mas de una vez he deseado la muerte, me ha llamado exagerada, y se que lo es, pero son ese tipo de sensaciones que aprovechan aquellos momentos en que estas vulnerable para aparecer en contra de tu voluntad.
Sigo sin querer despertar, pero aparece de repente el sonido de la alarma que me indica que debo levantarme. Ir al instituto en busca de un viaje a Auradon.
-Joan, tienes que irte.-me dice mi tía.
-No quiero ir.-digo.
Ya le he contado porque. Me hecha en cara no haberle dicho nada desde el principio, ya que nos habríamos ido al momento, la vida en Auradon es mucho mas fácil, y siempre quiso ir, pero nada la motivaba. Ahora el tiempo que yo pase allí ella estará haciendo todo tipo de esfuerzos para que nos translademos, aunque en realidad no pongo mis esperanzas en ese intento.
Se va de mi cuarto, y yo me levanto. Voy hasta el baño, donde me ato una coleta y me lavo los dientes. Acto seguido me ducho el cuerpo y tras secarlo me pongo lo primero que encuentro en mi armario.
[Imagen en multimedia]
Voy hasta el baño y me deshago el moño, que deja el pelo mas ondulado de lo normal, pero limpio y seco. Me lo peino hasta que queda sedoso, y me lo echo a los lados para ponerme el gorro encima. Me pongo un abrigo negro, ademas de una pequeña mochila con lo imprescindible. Camino hasta la cocina, donde cojo dos galletas, y me voy de casa.
Camino con lentitud, ya que el instituto esta cerca y voy quince minutos antes de que llegue el bus de los que van de intercambio. Después de eso al tren y por ultimo Auradon. Nunca tuve tan pocas ganas de viajar. Sin duda alguna.
Cuando por fin llego a la entrada del instituto, algunos me sorprenden con el haber llegado ya.
-Hola Joan.
-Hola Nico.
Un compañero con el que nada me llevo, pero siempre me saluda. Ya dije que mis relaciones sociales por aquí son inexistentes, con lo cual nada mas que aquellos mas simpáticos me saludan al verme.
Tarda en llegar, pero llega. El bus es la noticia cuando se va acercando con cierto ritmo a nosotros, marcando el motor que parece llevar décadas en el interior del vehículo.
Casi todos entran antes que yo, aunque mi desgana de ir hace que sea la última en tomar asiento y observar a la directora, que no puede contener las ganas de vernos partir. Seguramente a mi en especial, sabiendo mi historia y la que seguramente me espera ahora.
(Narra Carlos)
-¡Carlos, Carlos, Carlos, Carlos...!-repite una voz, sin parar hasta que la mía le pone freno.
-¿Qué pasa Jay?
-No te lo vas a creer.-dice.
-No, ya veo que no.-digo con ironía.
-Joan va a venir con los que vienen de intercambio desde... Desde lejos bueno ni se como se llama ese sitio.-rie.
A mi personalmente no me hace gracia. Tal vez el miedo se debe a que tal vez haya cambiado y que no sea la misma, que jamás volvamos a ser los felices adolescentes que caminaban a la par por el bosque ignorando que había un mundo fuera de aquello. Tal vez eso no vuelva, y pensarlo hace que prefiera que no vuelva a Auradon... Tal vez. En el fondo quiero que vuelva, ver su sonrisa, aunque no sea la misma chica la veré, y eso me importa.
Al margen de todo, interrumpiendo mis pensamientos que no parecen tener un fin, entra un profesor que dice que el Hada Madrina solicita mi presencia en el despacho.
Automáticamente pienso que tiene algo que ver con Joan, no me ha llamado nunca desde que llegue aun siendo quien era, y ahora que va a volver después de un año sin sonrisas me llama para ir... No tendría sentido de otra forma. Camino con timidez e indiferencia de lo que me vaya a decir por los interminables pasillos del castillo hasta llegar al despacho, en la otra punta del edificio.
Llamo tres veces a la puerta y la abro sin recibir respuesta, para encontrar al Hada con los brazos abiertos y muy feliz.
-Un gusto verte Carlos, creo que Jay ya te ha dado la buena noticia.-dice.
-Ya decía yo... Tiene que ver con Joan.-aseguro. Asiente.
-Bueno, es largo de contar y no me sorprendería si me dijeras que todo te suena a mentira, pero dudo que esperes una mentira de esta persona que tienes delante.
Niego con la cabeza, señalando que como la mayoría de la gente no espero una mentira del Hada Madrina. Me siento en la silla que me señala, debo tomar. Lo siguiente es esperar el momento en que empiece a hablar.
-Bueno... Creo que te sorprendiste bastante el año pasado cuando, a costa de sus fuerzas, fue capaz de hacerle frente a la misma Maléfica. Eso se debe aúna misteriosa fuerza que crece con los años en forma de magia, algunos seres, cuando encuentran su fuerza en otra persona desarrollan una magia inimaginable... y cuando pierden esa fuerza también dejan de hacer su magia, de lo contrario este es un tema que la habría entretenido todo este último año.
-¿Y de donde ha sacado esa magia?-No lo sabemos, aunque esa fuerza eres tu algo tiene que le da poderes, y el encargo de averiguarlo en ella solo se te puede dar a ti.
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broken ;; carlos de vil.
Fanfictionsegunda parte. -¿Como responderías a que te dijera que quiero pasar el resto de mi vida contigo? -Creería que es un sueño. -Pues vivamos ese sueño juntos.