CAPITULO 5: Juntos otra vez

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Se levanta poco a poco, procurando que el rostro que tiene delante no sea solo similar al que ha echado de menos, al menos eso creo, durante un año entero. Me muerdo el labio inferior esperando que su reacción sea buena, y en un momento inseguro en la búsqueda de una excusa que me diga que esto no es mas que un sueño, por si la reacción no es la que quiero.

Empieza a susurrar mi nombre, aunque solo lo hace una vez, el silencio que nos rodea hace suficiente que susurre sin a penas mover los labios para saber lo que esta diciendo sin problema alguno.

La incredulidad no deja de estar presente, pero corre los pocos centímetros que hay entre nosotros, que a penas se acercan al metro, y me abraza por la cintura, recibiendo correspondencia alrededor del cuello.

Me limito a seguir el abrazo hasta que una lágrima de felicidad se me escapa, y sólo se me ocurre una cosa. A pesar de tener la nariz fría, no parece molestarle que le acaricie la mejilla con ella y resbale hasta sus labios, que me sorprenden con su calor y suavidad de siempre, por no hablar de la disposición, que lo supera a todo. Con simple intención de hacerlo más largo hay un par de pausas, hasta que terminamos, algo más tranquilos. Seguramente cualquier cualidad de los besos que no le he dado en un año la he juntado en este.

-No me lo puedo creer.-niega sobre mi hombro izquierdo.

Le acaricio el pelo. Al tener la cabeza sobre mi hombro parezco más alta, aunque para nada, eso sólo pasa en mis pesadillas, y digo pesadillas porque el ser unos centímetros más baja que él no es del todo malo. Se me hace raro. Después de un año sin haberlo prevenido tengo una amplia sonrisa dibujada en los labios entre lágrimas de felicidad, y a pesar de todo esto parece que jamás me haya importado demasiado estar lejos de él, como si lo malo nunca hubiera pasado. Y sin embargo esto ha sido lo que más me ha marcado de toda mi vida. De alguna forma siento que todo esto parece más pequeño porque le tengo a mi lado.

-Estoy contigo, otra vez.-digo con un hilo de voz.

Las fuerzas que podría gastar en hablar las prefiero gastar en convencerle de que no es un sueño ni una visión provocada por el deseo. Aunque será difícil, yo misma creo que esto no es más que lo que quiero que pase. Un sueño, una visión... da igual lo que sea, no quiero que pare, al menos soy feliz así. Cuando parece querer verme la cara, alza la mirada, y aunque encuentra un rostro lleno de lágrimas, sabe que no son de tristeza como las que ha visto hasta ahora, y sólo sonríe... mi gran pregunta es si esta sonrisa se ha repetido en el tiempo en que no he estado aquí, aunque dada la forma en que se comporta ahora me da la sensación de que no.

(Narra Carlos)

A penas consigo tranquilizarme a mí mismo. En mi mente pasan todo tipo de pensamientos, "es sólo un sueño, disfrútalo mientras dure", "por fin está aquí, sonríe de una vez". Ninguno de los dos me parece mal, sea un sueño o sea real, es lo que quiero que pase y hay que vivirlo, un simple sueño se puede convertir en realidad con mucho deseo.

La voz de ninguno de los dos parece tener fuerza para sonar durante un periodo más largo de los pocos segundos en que se ha llenado el silencio, aunque nuestros movimientos han echo el trabajo que nuestras voces tampoco podían hacer. No me canso de abrazarla en ningún momento, aunque llega un punto en que me tengo que conformar con sujetarle ambas manos, y unos cuantos intercambios de sonrisas.

* * * * *

-Joan de verdad tienes que hacer algo.-dice Yara.

-¿Y yo qué quieres que haga? Es así y ya está, la vida es muy dura no me preguntes.-bromea, intentando retroceder.

Yara y Ruth siguen con ese conflicto que a penas he podido entender, mientras que Joan se limita a acercarse a mi cama, y apoyarse en mi lado izquierdo del pecho para observar lo que maquino en el ordenador. Es entonces cuando Colega decide levantarse y quedarse sobre su regazo.

-¿Qué haces?-pregunta.

-Estoy intentando juntar unos vídeos para subir a la red.-explico.

-¿Ahora te has enganchado a YouTube?-pregunto.

-Sí, aunque no sabía que subir.

Se ríe, y observa la pantalla. Mal, Jay y Evie me observan desde la cama de en frente con una sonrisa, y riendo incluso sin que nos demos cuenta, o eso creen. Les oigo comentar de todas las formas posibles lo que les alegra verme con una sonrisa constante otra vez, y admito que a mi también me gusta la idea, aunque parece que no tanto como a ellos. Durante todo el año parece que he tenido una tristeza muy contagiosa, en clase la habría armado más de una vez con mi impertinente gracia, pero no tuve tiempo, ella se fue, y desaparecieron las ganas. Siempre fui el obsesivo de la tecnología y ahora he sabido mezclar la tecnología con lo gracioso.

-Dividir.-dice Joan.

Vuelvo a la pantalla, donde el vídeo está preparado por fin para manejar, y entiendo lo que ha querido decir. Parece que sabe bien como manejar vídeos en el programa, cuando yo personalmente no era fan de ese tipo de tecnología. Hasta llega un punto en que ya no me tiene que decir nada: hago mis propias conclusiones y voy directo a lo que toca antes de que pueda terminar de pronunciar palabra. Se acaba riendo, y se pone como reto dar indicaciones antes de que las cumpla, aunque es imposible, y más de una vez las prisas superan la lógica para hacer que diga la palabra que no toca. Ambos nos reímos, que tiene su lado bueno, hasta tengo que dejar el ordenador para apoyarme sobre mi propio brazo debido a la risa.



broken ;; carlos de vil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora