CAPITULO 6: Como antes

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Un sonido agudo me despierta, y advierto que es la alarma de mi reloj, pero es falsa, porque hoy es festivo, no hay instituto, todos pueden ir a donde quieran. Hasta yo tengo mis propios planes. Es Colega, que pide algo más de comida, pues ayer tuvo el día hueco de todos los meses, y no paró de comer hasta vaciar el plato, ahora también quiere comer y no tiene lo qué. Joan también se despierta, y se endereza hasta sonreírme. Tengo que estar bastante cabizbajo, porque tiene aún la cabeza sobre mi pecho, pero le devuelvo una dulce sonrisa, y le beso la frente, provocando que cierre los ojos de forma cómica.

-Buenos días princesa.-le susurro.

En esta Academia sería normal que lo de princesa fuera literal, aunque en este caso no es así, y la verdad es que no me importa. Para mí, princesa dirigido a ella sí es literal, por muy cursi que suene. Sin molestarle demasiado me retiro de la cama, y le pongo más comida a Colega. Al mirar fuera veo que el sol brilla con total intensidad, el cielo está despejado de nubes y una agradable luz blanca baña los jardines de Áuradon. Un día perfecto para ir al bosque juntos como tenía planeado.

-¿Te apetece salir?

Aún con los ojos entrecerrados por el sueño me dirige una mirada con una sonrisa que asiente. Claro que quiere ir al bosque, para ella es el mejor sitio de Áuradon. Es algo que dejaré de dudar con el tiempo, lo sé perfectamente.

Se levanta de la cama, y me da un abrazo, antes de irse a su cuarto para ducharse y cambiarse antes de salir. Me miro a mí mismo de arriba a abajo en el espejo y compruebo que a mi tampoco me vendría mal una ducha, con lo que decido poner a calentar el agua. Colega me mira extrañado desde la cama de Jay.

-No me mires así, te toca dentro de poco.-digo.

Lo ha entendido, y me lo deja claro produciendo un sonido agudo desde el fondo de su garganta, y volviendo a su comida con indignación. Sonrío con ironía, y me adentro en el baño ya quitándome la camiseta. Justo cuando cierro la puerta del baño oigo a Jay entrar en la habitación con Evie y Mal.

-¡Ocupado chavales!-digo desde dentro.

Escucho sus risas, aunque mi atención está en otra cosa.

(Narra Joan)

-No me puedo creer que Carlos ya esté bien.-me dice Laura.-es decir... le he visto todo el año que llevas fuera y no volvió a ser el mismo, parecía un fantasma, no destacaba para nadie más que por lo desanimado que estaba. Tú eras un tema que nos unió bastante, a veces le gustaba que le hablara de ti, de tus manías... y ahora no debe de creerse que todas esas cosas se las puedas contar tú.

La idea de que todos me están demostrando que las cosas no han cambiado, más que por un aumento de felicidad al volver a estar juntos hace que sonría, sin embargo, otra cosa me viene a la mente. Los intercambios van a durar dos semanas, pero, después de eso, ¿qué va a pasar? ¿Debo irme, dejándolo sólo y con bajos ánimos de nuevo? ¿No le destrozará más que antes que me vaya de nuevo? ¿Cómo podría recuperarse si le volviera a dejar? Dicen que el corazón es como un espejo, y sin duda es cierto; tras romperse puede curarse una vez, pero no dos. La segunda puede, aunque nunca del todo.

-Sé que te preocupa tener que irte.-dice Laura.- tal vez alguien de Áuradon se quiere quedar en tu escuela. O algo mejor: que te dejen quedarte en Áuradon.

La buena noticia hace que mi preocupación se vaya. Mi tía va a hacer todo lo posible para quedarnos en Áuradon, y aunque me vuelva a ir no tardaríamos demasiado en volver, es como las vacaciones de verano, todo te parece que sería más divertido si estuviera a tu lado, en cambio, no dejas de sonreír porque sabes que en poco tiempo vas a volver a verle.   

-¿Qué pasa?-pregunta.

-Mi tía va a hacer lo posible durante un tiempo para venir a Áuradon.-digo, provocando que enloquezca.-bueno, durante un tiempo... no dejará de intentarlo, siempre quiso venir aquí, y me echa en cara que no se lo contara antes para motivarla y empezar ya. Si lo hubiera echo llevaríamos meses estacionadas aquí.

-Mira, ¿ves? Todo se iba a arreglar, se lo dije a Carlos muchas veces y no dejó de decir que quería tirarse por la ventana.

Lo último que ha dicho me distrae. ¿Cómo que tirarse por la ventana? Eso en todos los sentidos dice mucho. Me consideré exagerada a mí misma e incluso Amanda lo decía, cuando veía que las ganas de morir eran cada día más grandes, pero, ¿ha estado así también él desde que me fui?

Las dudas y preguntas son demasiadas, y al final una sola respuesta podría aclararlas todas. Decido no pedirle detalles a Laura para despistarme, y me vuelvo a centrar en ponerle la sudadera de Amarras que tengo en la mano. Junto con vaqueros lisos oscuros y botines negros, además del pelo atado, voy bien para ir al bosque, aunque tal vez deportiva estaría mejor. Me es más cómodo esto, diría.


broken ;; carlos de vil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora