Escucho tras la puerta la voz de un profesor que aparenta ser bastante corpulento, debido al timbre. Puedo saber que los demás alumnos están en silencio, con lo cual, irrumpir en el aula significa duplicar la atención que me permito a mí misma llamar en el momento. La entrada que me imagino en mi mente es la única posible: llamar a la puerta, profesor deja pasar, alumnos me miran hasta cuando ya estoy sentada, o entre estos dos últimos el profesor me ordena presentarme... algo que sólo pasa en las películas, aunque es imposible decir eso cuando vives en un mundo en que existe la magia, en tal caso, todo es posible. Y si no, también, si no miradme a mí, que todo parecía imposible, y todo ha ocurrido.
Antes de ponerme a pensar en típicas moralejas, doy tres toques a la puerta sin a penas llegar a pensarlo. No me he llegado a plantear o no, en realidad, porque no hay alternativa.
-Pasa.-dice el profesor al otro lado de la puerta.
Abro la puerta, entrando cual niño pequeño en una jaula de Trolls, que por cierto, y me sorprende, están ausentes aquí. Que nadie se sorprenda, la mayoría de las veces que he oído hablar de una clase de Artes Mágicas o he leído un libro de alguna persona que va a ella, han incluido Trolls como alumnos en al descripción del aula, Trolls y cualquier otra criatura que podáis imaginar. "¡Unicornios!" Si, Unicornios también, viva la normalidad.
-¿Quién eres tú?-pregunta el hombre sospechando.
Los Gigantes sí están en el aula, y estoy hablando del profesor, pero se nota, como asignatura que da, que ha utilizado la magia para poder caber en clase. Me acerco a paso ligero hasta la pequeña escalinata que usa para que todos le vean, y explico con normalidad, como si algo hubiera de normal en esto, la ocasión cuando los alumnos del fondo por lo menos no puedan oírlo.
-El Hada Madrina me ha asignado esta clase en lugar de Matemáticas.
-Matemáticas, es la que más me cuesta.-dice uno.
-La tía tiene suerte, yo tengo todos los días y no me libro ni de una.
Comentarios así empiezan a surgir entre ellos. Por no hablar de uno rubio del fondo, que pregunta qué he dicho, y los de delante se lo gritan. Me imaginaba una clase callada, aunque parece que todos se llevan con todos, y que no se intimidan por una alumna nueva.
-¿Cómo te llamas?-pregunta uno.
Me tengo que girar de repente, sorprendida de que me lo hayan preguntado incluso antes de que el profesor, tras revisar con sus lentes el papel asegurándose de que la misma magia que vengo a entrenar no me ha permitido falsificar un papel sólo con intención de saltarme las clases, de su consentimiento para que me quede.
-Joan Foster.-murmullo, pero el silencio del aula y del resto del castillo les deja oírme.
-¡Eres la novia de Carlos De Vil!-dice una chica pelirroja en el fondo de la clase.
Noto que el color me sube a las mejillas, porque todos empiezan a hacer algo parecido a una burla. Después de eso, el profesor, que ha terminado de examinar afirma que es todo cierto, un simple atraso.
-Bien, toma asiento con esa chica de ahí.-dice, señalando una de pelo castaño.
Camino por la clase, y observo mejor su forma. Se nota que es el aula de Artes Mágicas, porque presenta una apariencia más antigua que las otras, algo típico de las cosas relacionadas. Alrededor del área donde el profesor se sienta en una mesa y silla antiguas, con un altar delante para hablarle a todos, empiezan a subir escaleras que forma el resto de la clase. Sobre cada escalera, bastante ancha para que quepa, se extiende una sola mesa que sólo se corta para dar escaleras por las que moverse. La acompañan sillas fijas al suelo que para mi sorpresa, hacen giros de trescientos sesenta grados sobre sí mismos. Total, una distracción perfecta para el que tenga la cabeza en las nubes o sea un poco rebelde.
Más o menos en la mitad de una de las mesas, a la izquierda del aula, está el asiento que el profesor acaba de asignarme. Las sillas se agrupan de dos en dos, y hay una pequeña distancia notable entre unas y otras, con la que si no hablas con la persona de al lado, tienes que alzar la voz hasta tal punto que el profesor ya te echará fuera de clase. Me siento, y la chica me sonríe. Tiene el pelo castaño oscuro, con mechas violetas, la piel algo pálido y ojos oscuros, hasta pareces negros, si no lo son. Casi me hago una idea de quién es su madre, aunque antes de nada dejo que se presente.
-Me llamo Hona, soy hija de Pocahontas.-justo lo que creía.
-Mis padres eran Ana y Roger, los enemigos de Cruella.-digo, porque al no ser gente de familia real necesito siempre esa aclaración para que la gente sepa a quienes me refiero.
-¿No es un poco difícil una relación con Carlos en tal caso?-pregunta.
-Sí, la verdad es que sí, aunque lo básico no es eso. Ahora es posible que pase a serlo, pero más que nada eran datos familiares que le podían pasar a ellos como a cualquier otra persona.
Asiente, y el profesor continúa con su clase.
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broken ;; carlos de vil.
Fanfictionsegunda parte. -¿Como responderías a que te dijera que quiero pasar el resto de mi vida contigo? -Creería que es un sueño. -Pues vivamos ese sueño juntos.