Esta vez no hay muérdago

1K 80 4
                                    

-¿Que demonios crees que haces? - pregunto al darse cuenta de quien se trataba.

-Solo quería saludar - respondió Fred sonriendo.

-Hola - Pansy tomo el pomo de la puerta dispuesta a salir aunque en su interior rogaba por que el pelirrojo la detuviera, y el lo hizo.

Tomo su mano entre la suya mucho mas grande, ella lo miro de nuevo a los ojos, esos mares traviesos y resplandecientes.

-¿Que quieres Weasley? - pregunto en voz baja, casi con temor, pero, ¿temor a que?

-Solo, verte estaría bien, de cerca, estoy harto de observarte desde lejos - respondió con tristeza en sus ojos.

-¿Que? - pregunto algo nerviosa - ¿desde cuando me observas?

-Desde, hace algún tiempo, eres linda, preciosa, todos te observan.

-Pero... no todos me encierran en un armario de escobas Weasley - respondió fingiéndose mas molesta de lo que en realidad estaba.

-Lo siento, se que tu y Malfoy... - trato de terminar su oración pero su mandíbula estaba tan tensa que no lo logro.

Hubo un silencio inquietante, el ya no la detenía, ella hubiera podido salir corriendo si hubiera querido, pero no lo hizo, se quedo ahí, viendo sus ojos azules como el cielo de un día de verano y se acerco a el, lentamente, esta vez no había muérdago dentro del armario, solo... solo esta extraña atracción entre un león y una serpiente.

Fred cerro sus ojos al sentirla tan cerca, tomo su cintura fuertemente y la acerco mas a el, logrando que sus labios se encontraran al fin.

Parecía que había pasado un siglo desde la ultima vez que estuvieron de este modo y parecía como si lo hubiesen echo un millón de veces, a pesar de que solo fue una vez, hacia unos días, bajo un muérdago, ese maldito muérdago era el culpable de todo.

Fred subió una de sus manos desde su cintura por su espalda hasta su cabello reclamando mas profundidad en aquel beso tan anhelado.

Después de unos minutos se separaron poco a poco sin dejar de verse a los ojos, esmeraldas y zafiros ambos fundidos en una atracción tan fuerte como imposible.

Pansy carraspeo mientras el sonreía gratamente, se dio la vuelta y salio del armario tan aprisa como pudo.

Su corazón latía tan fuerte que lo sentía en su garganta, estaba encantado he impresionado, el la había llevado allí sin pensarlo, por el mero impulso que le daba la necesidad de tenerla cerca, hubiera esperado todo, una bofetada, un puntapié, una mirada asesina, todo menos esto. Toco sus labios aun saboreando el dulce sabor que ella había impregnado en su boca y sonrió de nuevo.

En el gran comedor no podía de dejar de ver la mesa de las serpientes con esa extraña sensación de flotar entre nubes rosas. La chica lo veía de vez en cuando nerviosa y evadía su mirada, mientras el ni siquiera trataría de fingir, la estaba viendo, la estaba admirando, a ella, Pansy Parkinson.

-¿Donde estabas Romeo? - pregunto su gemelo mordiendo una manzana.

-Por ahí - sonrió con complicidad.

-¿Como vas?.

-¿Sabes? creo que tengo una oportunidad después de todo. 





Orgullo y Humor (Fredansy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora