Orgullo y Humor (Fredansy)

La misión de Draco.

Pansy se sentó junto a Draco, ninguno de los dos hablo, simplemente se sentaron allí, viendo a la nada, con la esperanza cada vez mas ausente.

-¿Qué hare? – soltó Draco en un hilo de voz.

Pansy no pudo articular una respuesta, pues no la tenía. Movió la cabeza negativamente mientras la sujetaba con ambas manos.

-Es una locura – dijo después de un largo silencio – es el mago más grande de todos los tiempos, ni siquiera él ha podido enfrentarlo... ¿cómo pretende que tu lo hagas?

-No lo hace, cuenta con que fracase, entonces me matara.

-No, no, no lo permitiremos – dijo Pansy efusivamente, no tenía idea de cómo lo haría, pero ayudaría a Draco, costase lo que costase.

-Pansy – dijo Draco viéndola a los ojos al fin – tengo miedo.

Ella lo abrazo, con todas sus fuerzas, él había estado ahí para ella tantas veces... ahora era su turno de apoyarlo.

-No, no te preocupes, prensaremos en algo, yo estaré con tigo... ¿recuerdas? Juntos...

-Por siempre... - pero esta vez no hablaba en serio, esta vez no la quería junto a él.

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Fred daba vueltas por el pequeño apartamento como un león cautivo.

-¿Qué sucede Fredy? – pregunto su hermano.

-Nada.

-¿Entonces por qué tienes una zanja en el piso?

-Lo siento, estoy algo tenso.

-No veo por qué, nos va mucho mejor de lo que esperábamos, hermano a este paso nada ni nadie podrá detenernos.

Fred sonrió pero desafortunadamente no tenía el entusiasmo de su gemelo.

-Eso si no nos mata quien tu sabes – trato de bromear pero su voz sonó lúgubre.

-¿Es lo que te preocupa?

-No, digo es una de tantas preocupaciones...

-Pansy – dijo George.

-Está muy cerca de todo eso. Me preocupa, no quiero que por alguna razón se involucre, tú sabes cómo es su familia.

-Si... lo sé... confiemos en que sea lo suficientemente fuerte como para no dejarse llevar por las víboras.

Fred asintió, confiaba en Pansy, ella se mantendría firme y al margen. Eso esperaba.

Pero Pansy ya no podría mantenerse al margen, no con Draco en peligro. Tenía que ayudarlo, tenía que estar cerca de él.

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Draco miraba al techo de su habitación recostado sobre su enorme cama con sabanas de seda y almohadas rellenas de plumas de ganso. Pensaba en ella, de nuevo, no podía sacarla de su mente, en un principio se maldecía a si mismo cada que esto pasaba pero justo ahora su recuerdo era lo único que lo mantenía fuera de la realidad.

Como ansiaba tenerla, tocarla, hacerla sonreír, por desgracia eso sería imposible, ella lo despreciaba, ¿y cómo no? después de cómo la trataba siempre, todo por ese estúpido orgullo Malfoy.

Solo podía esperar que la protegieran, que esos idiotas de Potter y Weasley la protegieran, que no le permitieran entrometerse.

Soltó un largo suspiro mientras apretaba el listón de su mano, una vez hacia algún tiempo se le había caído del cabello sin que se percatara y él lo había levantado, como lo hacían los antiguos caballeros cuando damisela a la que amaban dejaba caer su pañuelo, sonrió con sorna, él no era ningún caballero, y no podía imaginar cómo lo odiaría después de lo que tendría que hacer.

Un par de toquidos en la puerta lo trajeron de vuelta a la realidad.

-¿Si?

Narcissa Malfoy entro en la habitación, lucia mas pálida de lo normal, tenia ojeras bajo sus ojos, esos hermosos ojos grises que Draco adoraba, se sentó en la cama mientras su madre se acercaba.

-Draco – se sentó frente a él.

-Madre, ¿qué sucede? Los elfos me dijeron que saliste, sabes que no debes...

-Era necesario. Fui a ver a... a Snape.

-¿Snape?

-Él... puede ayudarte... de hecho, lo prometió.

-Madre no... no quiero involucrar a nadie más.

-Pero él... es uno de los mejores magos...

-Pero si no lo logro... lo matara también.

Su madre se tenso y lagrimas comenzaron a asomarse por sus ojos. El rubio la abrazo con pesar.

-No, no madre, no, te prometo que todo estará bien.

-Draco... - Narcissa acaricio su rostro con su delicada mano, lo miro como si aun fuese ese pequeño bebé que un día le trajo amor y felicidad a su vida.

-Todo estará bien madre. No permitiré que nada nos ocurra, te protegeré.