En la torre de astronomía.

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-Draco ¿Qué demonios sucede? ¿Dónde estabas? – le pregunto la chica cuando lo vio entrando a la sala común tan pálido como un fantasma.

-Pansy... ¿no deberías estar durmiendo?

-¿Y tú no?

-Yo... yo, no tengo tiempo para dormir, no ahora, ya casi está listo y... y...

-Draco, estas exausto, por favor cuéntame que esta sucedido.

-No, no quiero meterte en problemas.

-Ya estamos en problemas – soltó ella sentándose frente a la chimenea junto a él – y lo mejor será estar preparados.

-Bien, pero no puedes decirle a nadie.

Ella lo miro con los ojos entrecerrados.

-¿Desde cuándo no confías en mi?

Él hizo una mueca.

-Estoy reparando un armario evanescente...

Draco le conto a la princesa de Slytherin todo su plan, como lo harían y quien estaba involucrado, Pansy tembló cuando escucho el nombre de la tía de Draco, esa mujer le causaba escalofríos.

-Pero Draco, si ellos logran entrar aquí... Hogwarts ya no será seguro.

-Despierta Pansy, Hogwarts ya no es seguro, no desde que él volvió.

-Pero Draco... si ellos vienen aquí...

-Lo sé, todo terminara, él ganara... pero... no puedo hacer otra cosa Pansy, él me matara si no lo hago.

-Lo sé, lo sé.

Pansy abrazo a Draco quien se acomodo sobre su pecho como un infante, hacia mucho que el rubio no se sentía protegido, pero con Pansy se sentía más tranquilo.

-Sera muy pronto, yo te avisare de acuerdo, pero deber prometerme que no saldrás de aquí esa noche.

Ella asintió con un profundo dolor en el pecho, se sentía tan mal por Draco, sabía que el rubio estaba bajo mucha presión, mas de la que cualquier adolecente podría estar. El mundo mágico estaba a punto de cambiar, todos lo sabían.

********

Y al fin, la terrible noche llego, Draco dejo entrar a los mortifagos a Hogwarts, su tiempo había terminado, debía matar a Dumbledore esa noche.

Subieron a la torre de astronomía, en el transcurso del viaje Draco no dejaba de buscarla, debía estar ahí, ¿Dónde? Rogaba al cielo que Weasley la protegiera.

De pronto la vio, luchando, era toda una guerrera. El brillo de su cabello ilumino sus ojos cuando se dio la vuelta. Él la sostuvo de la cintura y le sonrió, tal vez fuera la última vez que la viera, por lo menos así, tan cerca, tan cerca y a la vez... tan imposible.

-Ten mucho cuidado Weasley – le susurro cerca de los labios, los labios que había soñado tantas veces.

Ginny frunció el ceño y sintió como la soltaba y la hacía caer de lado mientras él continuaba caminando junto a su sequito de mortifagos.

Se dio cuenta de que un hechizo se había estampado contra la pared justo en el lugar donde ella estaba. ¿Él la había ayudado? No, seguramente había sido la poción de Harry, todo había sido suerte.

Cerró los ojos un momento, se sentía mareado, cansado, aterrado.

-Expeliarmus.

La varita de Dumbledore salió volando a su mano. Aun desarmado y con su varita apuntándolo el viejo lucia tranquilo, pacifico. ¿Por qué maldita sea?

-Debo hacerlo – le dijo, quería que supiera que no lo haría de no ser porque su vida estaba en riesgo y no solo la suya, la de los seres a los que amaba también.

-Lo sé Draco, lo sé.

Pero no podía, tal vez si se unía a él tendría una oportunidad, tal vez él podría ayudarlo a esconderse a... vivir. Vivir sin la carga de ser un mortifago, como ayudo a Snape... pero no, Snape seguía siendo un mortifago, nadie salía de las filas de Lord Voldemort, no con vida al menos.

No tuvo que pensarlo mucho, Severus llego y lo aparto, sabía que él era muy cobarde, que no lo haría.

-Avada kedavra.

La luz verde ilumino la torre, el cuerpo del mago más grande de todos los tiempos cayó como un simple muñeco, roto, inservible.

Aun envuelto en la bruma de la irrealidad se vio corriendo por los jardines de Hogwarts, huyendo.

Habían matado a Albus Dumbledore, y aunque él no había sido capaz de hacerlo por su propia mano, había sido el causante.

Ahora el mundo mágico no tenia esperanza. Estaba condenado, todos lo estaban.

[zp ~S

Orgullo y Humor (Fredansy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora