Reencuentro, tensión y una tarea imposible.

705 41 5
                                    

El resto del año fue muy "movido" al menos para San Potter y compañía, tuvieron que enfrentarse a los mortifagos, Pansy no se explicaba cómo habían podido sobrevivir, Sirius Black estaba muerto, cosa que no le interesaba mucho, lo que si era de su interés era que El que no debe ser nombrado había aparecido en el ministerio.

Estaba furioso, no solo había tenido que salvar a sus seguidores por su incompetencia si no que ni siquiera habían podido completar su misión, lo peor del caso era que había sido el padre de Draco quien al parecer había estropeado todo y ahora El Lord estaba iracundo con todos los Malfoy, incluyendo por supuesto a Draco.

A pesar de su preocupación por el rubio, Pansy se alegro de que las vacaciones llegaran para al fin poder ver a Fred.

Se encontraron en el callejón Diagon, la emoción fue tal que se lanzo a sus brazos sin siquiera pensar en la posibilidad de ser descubiertos.

La beso con tanta intensidad que la levanto del suelo y dio varias vueltas con ella entre sus brazos.

-Te extrañe tanto – dijo sonriendo aun abrazada al pelirrojo.

-Y yo a ti – respondió él apretándola aun más y besando sus labios de nuevo.

-Déjame verte – dijo Pansy tomando su rostro entre sus manos – luces... diferente.

El cambio era obvio para ella, no estaba en su aspecto, estaba en sus ojos, ese brillo siempre travieso ahora era más... maduro.

-Estás viendo el rostro de un hombre de negocios princesa – bromeo tomando su brazo y llevándola hasta la tienda aun cerrada a los clientes.

-Me alegra que te este yendo tan bien.

-Debería, al fin estoy logrando lo que desde hace tanto me propuse.

-Ah ¿si?

-Sí.

-¿Tener la tienda más imponente del callejón Diagon? – dijo viendo el enorme pelirrojo sonriente sobre la tienda.

-No – dijo él sin dejar de sonreír. Entraron y Pansy sonrió con admiración.

-Fred, es estupenda – soltó cubriendo su boca.

-Te lo dije.

Después de mostrarle los artículos y toda la decoración la llevo al segundo piso, en donde había un pequeño apartamento.

-¿Vives aquí?

-No, aun vivo con mis padres, en la madriguera, pero algunas veces acabamos muy tarde y... bueno preferimos quedarnos.

-Es estupendo, debes sentirte tan libre.

-Si, Pansy justo ahora, solo necesito una cosa para ser totalmente feliz.

-¿Y qué es? – pregunto viéndolo coquetamente.

-¿No lo sabes? – dijo acercándose lentamente a ella.

-No – mintió.

-¿De verdad? – susurro en su oído con vos ronca.

Sintió como su sangre comenzó a hervir y sonrió con nerviosismo...





Draco estaba aterrado. El Lord lo había mandado llamar, y estaba aterrado. Sentía como sus piernas temblaban, con cada paso sentía que caería de rodillas sin poderlo evitar, sus manos estaban calientes, hormigueaban y su cabello se pegaba a su frente por las perlas de sudor que en esta había.

-Mi... mi señor – dijo con un hilo de voz cuando llego hasta la sala en la que él se encontraba.

Al no escuchar ninguna respuesta volvió a hablar.

-Mi señor... ¿me mando llamar?

-Draco.

Su cuerpo entero se heló, sintió como un hormigueo subía por toda si espina dorsal y sus dientes comenzaron a castañar. Se obligo a tratar de tranquilizarse, serró sus puños para contener el temblor en sus manos y levanto la cabeza.

-Si... señor.

-Acércate - le ordeno con esa vos que helaba los huesos.

Draco se acerco arrastrando los pies pues estos se rehusaban a obedecerle.

-Draco... - escucho en un silbido – tengo una tarea para ti, una tarea muy especial.







Pansy le sonrió cuando la beso en la frente, después de amarse y recostados sobre las sabanas azules, jamás se había sentido tan feliz.

-Te amo Pansy – le susurro una vez más, no había parado de repetírselo durante todo el acto y ella solo podía sonreír.

-Y yo a ti – le dio un largo beso y se levanto de la cama.

-¿Qué haces?

-Lo lamento, es tarde, ya debería de volver.

-Pero... - se volvió hacia él y le dedico una mirada algo triste.

-Lo siento.

-Está bien, solo... quería al menos llevarte a cenar o... a algún lado...

-Es peligroso que salgamos en público.

-Lo sé... pero...

-¿Fred...?

-Sí.

-¿Puedes hacerme un favor?

-El que quieras.

-No te metas en los asuntos del que no debe ser nombrado – dijo muy seria y casi implorando.

-¿Qué?

-Se que tú y tus hermanos... Potter y... no podrán ganar, no vale la pena ni siquiera intentarlo.

-Te equivocas, claro que vale la pena.

-Morirán si siguen contra él.

-Tal vez, tal vez ganemos. No nos rendiremos. – Dijo un poco molesto.

-Fred, solo estoy preocupada por ti. Yo moriría si algo te sucediera.

-Lo sé, pero... no puedes pedirme que no luche por lo que pienso que es correcto.

-Ese orgullo Gryffindor – dijo resignada.

-Es algo que adoras de mi princesa, acéptalo.

Ella solo pudo sonreír, pero la tensión que gobernó la habitación no se fue sino hasta varios días después.

Fred sabía que Pansy estaba muy cerca de Voldemort, y Pansy sabía que los Weasley estaban en la mira del Lord. Ambos estaban más que preocupados por el otro y no era para menos. 

Orgullo y Humor (Fredansy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora