Vive!!!

512 33 2
                                    


"Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos"

(Romanos 14:8)

 Hace bastante que no salía de vacaciones. Una peligrosa tendencia a la adicción al trabajo confabulada con circunstancias cambiantes de transición personal, nos mantenían alejados de saborear el apetecible tiempo de solaz y refrigerio que tanto necesitábamos. Así que, luego de trabajar duro para dejar todo ordenado, tome unas merecidas vacaciones. Tengo que confesar que estoy aprendiendo a ser un buen vacacionista. No lo he logrado del todo, pero voy camino a aprender a descansar. A un trabajólico como yo no le es tan fácil. Despertarse se vuelve emocionante y la algarabía mañanera me prepara para una jornada muy distinta a las del resto del año.  

  Los planes del día incluyen que cocine pollo asado,  Viajes a las tiendas. Ver una película comiendo palomitas, juegos de mesa. Pequeños deleites que constituyen, ahora lo sé, lo mejor de la vida. Voy superando, poco a poco, mi compulsiva tendencia a estar siempre ocupado. Voy entendiendo cada vez mejor al sabio Salomón, quien aseguró que todo tiene su tiempo. Estoy, incluso, conociendo a Dios mejor en este tiempo. Quizás he creído muy en el fondo, que soy mejor cristiano cuando trabajo desenfrenadamente, cuando me levanto muy temprano y me acuesto muy tarde. Creo que soy víctima de algún tipo de legalismo y me asombro de que a esta altura de la vida pueda ser seducido por la religiosidad.  

  ¿Qué pasaría si una enfermedad truncara mi vida de repente? No creo que en mi lecho de muerte fuera a decir: "Me hubiera gustado pasar más tiempo trabajando". ¿Qué ocurriría si un accidente anulara las libertades que ahora poseo, confinándome a una cama? ¿De qué cosas me arrepentiría y de cuáles no? Este tiempo de descanso es también un tiempo de reflexión y está dando buenos resultados. Creo que a veces no se trata ni de lo que tengo que hacer, sino de la expectativa de lo que otros esperan que yo haga. Soy miembro de una organización evangélica. Tengo responsabilidades con cada área de mi vida, pero... ¿hasta dónde soy responsable, hasta dónde debo ser parte de lo que de mí se espera? Spurgeon les decía a sus estudiantes que saber decir no, les sería más útil que saber griego o hebreo. Tenía razón el predicador londinense, el conflicto estriba en que el "no" tiene aparejado el precio de la incomprensión y la crítica.  

Saben qué, voy a seguir cumpliendo con mi misión espiritual. Seguiré predicando, aconsejando, visitando a los enfermos, asistiendo a las reuniones de la Organización y escribiendo libros. Lo haré por amor a Dios, porque he de dar de gracia lo que he recibido de gracia. Pero me niego a prescindir de estos amaneceres. Rechazaré la hipocresía con vehemencia y me negaré a hacerme esclavo de los hombres. Actuaré con diligencia, pero viviré con sobriedad y equilibrio. Voy a trabajar con vigor, pero a la par, lo haré en un espíritu de vacaciones.

Lo siento, tengo que terminar pero puedo decir unas frases finales. Vive para Dios, trabaja para Su obra, ocúpate en el mantenimiento del hogar, disfruta de tu familia y sobre todo, alégrate en ello. Vive como si estuvieras siempre de vacaciones. Cambia tus pensamientos y así cambiarás tus acciones. No sucumbas a la expectativa de otros.


Notas Con DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora