A la deriva

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"La gran tempestad rugió durante muchos días, ocultó el sol y las estrellas, hasta que al final se perdió toda esperanza."

Hechos 27:20 Nueva Traducción Viviente (NTV).


Pablo y su tripulación estuvieron en medio de una gran tempestad por muchos días, a la deriva y sin ver a dónde se dirigían. Y a pesar de que la tripulación había perdido toda esperanza Pablo sabía que todo estaría bien, que llegaría a tierra firme y que daría testimonio al cesar (Hechos 27:22-24).

Al que igual que con Pablo existen momentos en la vida en que habrá tormentas, con vientos fuertes que te arrastran a lo incierto, momentos en que ni el sol ni las estrellas brillan. En donde todo parece que sale mal y no tiene sentido. No obstante detrás de todo ello se encuentra la mano bondadosa de DIOS llevándonos a nuestro destino.

Estando en esas circunstancias el creyente debe tener a DIOS como su esperanza, recordando que Él tiene pensamientos de bien y no de mal (Jeremías 29:11), que cada día de nuestras vidas fue escrito por DIOS; incluso los días grises que dan tintes únicos a la obra que DIOS está realizando.

Las tormentas de la vida tienen siempre un inicio y un final. Sin importar que parezcan interminables siempre llegan a su fin. Pero si uno decide en su corazón hacer de DIOS y la Palabra su tierra las tormentas se disiparán a pesar de lo que se esté viviendo.

Las tormentas de la vida son solamente los dolores de partos antes de que DIOS dé a luz algo glorioso. Si te encuentras a la deriva busca dirección en la Palabra y encuentra de nuevo tu rumbo.


Querido hermano, haz de DIOS en todo momento tu tierra firme, al hacerlo tu alma descansará.

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