Alguna vez alguien llamado Paul Claudel dijo: "la señal de que no amamos a alguien es que no le damos todo lo mejor que hay en nosotros". Y definitivamente concuerdo con las palabras de este hombre. El amor más que con palabras se alimenta de acciones, aunque no se puede negar que las palabras le dan sazón y complementan muy bien cualquier relación no solo la de pareja.
He escuchado muchas veces a personas enamoradas decir que su pareja las hizo ser mejores personas. Y también creo que eso es cierto. Porque cuando amamos a alguien sacamos lo mejor de nosotros porque queremos agasajar y demostrarle a esa persona cuán importante es en nuestras vidas.
Nos arreglamos bien, nos perfumamos, nos engalanamos con lo mejor que tengamos y tratamos de ser de la mejor manera posible porque deseemos que esa persona se sienta halagada y nos corresponda de igual forma.
Seguramente amamos mucho al Señor, sin embargo hay momentos en que nuestras actitudes y acciones demuestran lo contrario. Porque a veces damos lo mejor de nosotros a los demás, pero a Dios no le dedicamos el tiempo que merece. Nos levantamos temprano porque debemos trabajar, estudiar o hacer deberes y tareas y muchas veces nos olvidamos de sacar tiempo para orar y dar gracias a Dios por todas sus bendiciones. No le comentamos nuestros planes y muchas veces le pedimos sabiduría, permiso u orientación cuando ya hemos decidido o tomado las riendas de nuestras vidas. Luego decimos: ¡Señor no me muestras tu voluntad!" Pero hace rato que hemos decidido lo que vamos a hacer.
Sacamos tiempo de nuestra apretada agenda para muchas cosas, pero a veces no nos acercamos a la casa de Dios a adorar e invocar su nombre. Llegamos tarde a nuestra cita con él en la iglesia, pero a todos los demás lugares llegamos temprano.
Muchas veces decimos: ¡Señor, dame la forma que tu quieras porque tú eres el Alfarero y yo soy el barro!". Pero cuando Dios permite que pasemos por los procesos que nos traerán la maduración necesaria, cuando quiere sanarnos y quebrantarnos, nos quejamos, nos enojamos y no se lo permitimos.
El llamado de hoy es una invitación a perfeccionarnos en amor. Si amas a Dios dale todo lo mejor de ti. Si amas a tu esposo, esposa, novio, novia, amigos, hermanos, familiares, a quien sea, dale lo mejor de ti. Pero sobre todas las cosas entrégate a Dios con toda tu alma, con todas tus fuerzas, con todo tu ser, con todo lo que tienes y lo que eres. Eso es lo que hace la diferencia: la pasión, el amor, la entrega y la devoción que le pones a las cosas.
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Notas Con Dios
Aléatoire"Sin embargo, hay algo que no me gusta de ti, y es que ya no me amas tanto como me amabas cuando te hiciste cristiano. Por eso, acuérdate de cómo eras antes, y vuelve a obedecer a Dios. Deja de hacer lo malo, y compórtate como al principio. Si no lo...