En la bellísima novela "La luz que no puedes ver" (Anthony Doerr); el papá de la niña construye una maqueta en escala de la ciudad, para que su pequeña hijita ciega pueda recorrer son sus dedos cada detalle, "leer el mapa" para que ella lo memorice y aprenda a orientarse y volver a casa cuando salga.
Nuestra ciudad tiene a ambos lados de cada calle, pequeños canales que transportan agua. Se llaman "cunetas" o "acequias" y es una de las primeras cosas que llama la atención de los turistas que nos honran con su visita. Pero así como significan un gran beneficio para la abundante arboleda que se encuentra a cada lado de las calles, también representan un peligro potencial si no se tienen los debidos cuidados. Hace poco ví a un joven hombre no vidente confundir la posición del puente y la cuneta al cruzar la calle y caer de bruces en el canal. Felizmente el episodio no terminó en nada grave; no tenía más que unos raspones, golpes, magulladuras y no poco dolor, pero lo ayudamos a salir y pudo continuar su camino por sus propios medios.
En el ámbito espiritual ocurre otro tanto. Permanentemente necesitamos una orientación segura en medio de la oscuridad para no andar a tientas y caer. Muchas veces caemos por andar a ciegas en el oscuro medio espiritual en el que nos movemos. A veces son caídas con terribles consecuencias que lamentar. Otras veces, salimos golpeados y con dolor, pero podemos ponernos de pie nuevamente y continuar.
Todo esto, me ha llevado a elaborar con los años, mi mapa, mi panel de instrumentos, mi "hoja de ruta":
LA FE
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
(Hebreos 11:1 RV60)
Un amado hermano y amigo de La Habana, Cuba; el pastor Juan Carlos Rodríguez, me describió muy acertadamente cómo funciona y se aplica esto en nuestras vidas. Dice, hablando de los héroes de la fe del capítulo 11 de la carta escrita por Pablo a los Hebreos:
"Su fe no fue un puente entre ellos y lo que ellos esperaban que Dios hiciera, sino un puente entre ellos y Dios mismo. Allí el autor dice en los versos 13-16 que mientras caminaron acá ellos mantuvieron en su corazón seis actitudes sólidas, firmes y profundas en relación a lo prometido por Dios: lo creyeron, lo saludaron, lo confesaron, lo demostraron, lo pensaron y lo anhelaron. ¡Qué gran ejemplo para mí hoy!. Si quiero caminar hoy con la frente en alto, necesito mantener estas seis cosas en lo profundo de mi ser en relación a las promesas de Dios para mí.
Necesito primero creerlo, y esto es estar persuadido y convencido de lo que Dios ha prometido. Luego, saludar las promesas, que es como abrazarlas, como abrazaría a un ser amado y hacerlas parte de mí; luego confesarlas con mi boca o sea, decir lo mismo que Dios ha dicho; después, demostrarlo con mi vida.
Sí, de nada me serviría confesarlo si con mi manera de vivir dijera otra cosa.
Hermanos, hoy quiero vivir acorde con lo que confieso con mi boca. Entonces estaré preparado para pensarlo. Si cuando lo creo, lo abrazo, lo confieso y lo demuestro con mi vida, entonces podré pensar en ello y lo que pienso termina formando mi vida.
Finalmente lo anhelaré, y el anhelo es el deseo profundo de mi alma. Cuando los hombres y mujeres de Hebreos 11 mantuvieron estas seis cosas en su corazón, entonces el verso 16 dice que Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos. Quiero que Dios hoy no se avergüence de llamarse mi Dios".
Si Dios no es quien edifica la casa, TODO tu trabajo es en vano.
Si el SEÑOR no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el SEÑOR no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.
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Notas Con Dios
Random"Sin embargo, hay algo que no me gusta de ti, y es que ya no me amas tanto como me amabas cuando te hiciste cristiano. Por eso, acuérdate de cómo eras antes, y vuelve a obedecer a Dios. Deja de hacer lo malo, y compórtate como al principio. Si no lo...