Work Song

Capítulo 4

Me despierto debido al fuerte e insoportable dolor de cuello y espalda que siento. Abro los ojos y enseguida me arrepiento, debido al dolor de cabeza que comienzo a sentir una vez que mis ojos hacen contacto con la luz del sol. Unos minutos después, abro los ojos y estoy a punto de cerrarlos nuevamente, pero me doy cuenta de que no estoy en mi habitación. O en mi casa. O en la de Seth. Estoy en un lugar completamente desconocido.

¿Qué es esto?

Me asusto y me levanto de un salto de ese incómodo sofá. Mi cabeza da vueltas pero no le tomo importancia e intento buscar señales que me ayuden a recordar cómo llegué aquí. De repente, un par de copas en el desayunador llaman mi atención y me ayudan a recordar lo que ha pasado.

Estoy en el apartamento de Caroline.

Sonrío y me dedico a observarlo. Es grande y espacioso. Todos sus muebles son negros o de color vino y me agradan bastante. Le dan un toque elegante al apartamento. En la sala, se encuentran los sofás y una pantalla plana de unas 50 pulgadas. Los sofás son grandes y no sé qué pasó por mi embriagada cabeza al decidir dormir en el sofá más pequeño.

Me doy vuelta y camino hacia la cocina, la cual es espaciosa pero sucia. Busco entre los cajones alguna aspirina que me alivie el fuerte dolor de cabeza que tengo, y cuando finalmente la encuentro, me sirvo un vaso de agua para acompañar la pastilla.

Una vez que la he tomado, reviso la hora en mi celular y me sorprendo cuando noto que ya es medio día. No sé si Caroline debe ir a algún lado o si tiene algún compromiso, así que decido que lo mejor es despertarla. Camino por el pasillo del apartamento y abro la primera puerta que veo. El baño. Sigo caminando y abro la siguiente puerta. Me encuentro con una bastante tranquila Caroline durmiendo, envuelta en aquellas blancas sábanas de aquella negra cama. Su pelo negro contrasta de una hermosa manera con su blanca almohada. Sus facciones están relajadas y se ve que ha dormido bien.

Me acerco a la cama y me acuesto en ella, al lado de Caroline, la cual no se ha dado cuenta de que estoy ahí mirando de cerca su pelo. Me fijo bastante bien en las raíces y me sorprendo cuando confirmo que su pelo es negro negro negro natural. No lo ha teñido. Es bastante raro. ¿Es posible que alguien haya nacido con el pelo tan negro? Es exagerado lo oscuro que es.

Suspiro y me quedo mirando cada detalle importante de Caroline. Me doy cuenta también de que su piel es muy pálida y sus pestañas son largas y negras. Sus labios son rosados y finos y su nariz es un poco afilada. Sus manos son pálidas y las uñas las lleva pintadas de negro. Sus muñecas son delgadas y sus hombros se ven suaves.

Unos cuantos minutos después de estarla observando detalladamente, sus ojos azules océano se abren y me miran horrorizados. Pega un grito y se mueve para atrás violentamente, lo que hace que se caiga de la cama y se lleve un buen golpe contra el suelo. Chilla y cuando se levanta, está roja de la ira. Yo no puedo evitar carcajearme.

"¿Qué putas haces aquí?" me pregunta, echando chispas por los ojos.

"En realidad, no estoy muy seguro," le contesto honestamente.

"¿Qué hora es?" pregunta sobándose el culo.

"Medio día."

"Ah, bueno. Aún faltan dos horas," se relaja y se vuelve a acostar bajo las cobijas.

"¿Para qué?"

"No te importa. Vete, por favor. Quiero dormir," me dice, cerrando los ojos.

"¿No te interesaría saber cómo es que llegué aquí?"

"La verdad es que la estadía de hombres en mi apartamento dejó de interesarme hace bastante tiempo."

Yo asiento con la cabeza y salgo de su habitación. Cuando estoy a punto de irme, veo las llaves de su apartamento en una pequeña mesa que se encuentra en la entrada. Y yo –de curioso- tomo una llave, para ver si así logro saber más información sobre Caroline Stonem. Además, como es Caroline de desinteresada, estoy segura de que no le importará.