Work Song

Capítulo 40 - Final

Work Song

Aproximadamente han pasado 67 noches desde que Caroline y yo no estamos juntos. Caroline, el pedazo de mierda, infiel mujer. Caroline, la única mujer con la que he sentido una genuina conexión. Caroline, la hermosa ojiazul que me enamoró lo suficiente para destruirme.

La odio. La odio tanto, que es la única manera que sé que todavía la amo. Que si algún día le pasara algo, yo sería el primero en ofrecerle mi ayuda, aun cuando el rencor no abandona el hogar que ha encontrado en mi corazón.

Hay noches en que es fácil culparla a ella. Hay noches en donde solo puedo culparme a mí mismo por lo sucedido, en donde pienso en Lina y en Caroline y en las formas en que ambas me han abandonado, y en donde me convenzo a mí mismo de que yo soy el problema.

Sin embargo, lo que dicen es cierto: la vida sigue. La Universidad me ha mantenido lo suficientemente ocupado como para no deprimirme. El fin de período se acerca y me he enfocado en dar lo mejor de mí para pasar todos los cursos. Mis días se han convertido en una rutina: me levanto, voy a la Universidad y estudio hasta quedarme dormido.

Sorprendentemente, he sacado excelentes notas y actualmente soy de los mejores promedios de mi carrera. Tal vez, hay un lado positivo en la ausencia de Caroline en mi vida.

De vez en cuando, Seth y Tristan llegan a verme y salimos a bares y nos metemos con mujeres y nos divertimos. Por lo menos creo que ellos se divierten. Yo ni siquiera logro tomar un trago de mi whisky preferido porque el alcohol no es suficiente para omitir la manera en que me siento. Yo ni siquiera logro probar los labios de alguna mujer sin recordar la forma en que sabían los de Caroline.

Las peores horas de mi día es cuando regreso a casa y me encuentro completamente solo en ella. Y me encierro en mi habitación, esperando quedarme dormido, mas no lo logro. Es cuando mi cansado cerebro no logra conciliar el sueño porque el pensamiento de mi ex novia no abandona mi cabeza, que entiendo lo jodido que estoy. Las ganas de llamarla y escuchar su pausada respiración y escuchar su sarcástica y juguetona voz me abruman hasta que no lo puedo tolerar; entonces decido amarrarme las manos para evitar cometer el error de llamarla.

Y cuando la miro en los pasillos de la Universidad o en cualquier otra parte del campus, es cuando me siento en el mismísimo infierno. El corazón me pesa de tal manera que me cuesta respirar y evitar caminar hacia ella y rodear su cuerpo con mis brazos y sentir su calor. Es cuando miro sus labios pintados de color vino curvarse en una sonrisa, que más triste me siento.

Extraño tener mis brazos rayados por ella. Extraño tener mis cuadernos llenos de pequeños garabatos creados por ella. Extraño tener que removerme la camisa para que ella pintara sobre mi espalda cualquier cosa que la inspirara en ese preciso momento. Cuando las personas me preguntan por Caroline, las palabras quedan atascadas en mi garganta y solo consigo negar con la cabeza. No puedo mencionar su nombre sin que mi corazón se destruya, por lo cual he dejado de decirlo.

A veces no recuerdo cómo me sentía antes de que Caroline me lastimara de esta forma. Y es que todavía la siento dentro de mi piel, dentro de mis venas. Todas las noches sueño con ella y todos los días lloro por ella. Y de vez en cuando pienso en que si tan solo me hubiera roto el corazón lentamente y no de un solo... tal vez no estaría tan mal.

Hoy me despierto de la misma manera en que me he despertado por los últimos 67 días: pensando en Caroline. ¿Cómo se sentirá hoy? ¿Qué habrá desayunado? ¿Habrá estado comiendo nutritivamente? ¿Qué atuendo habrá elegido para usar hoy? ¿Cómo le estará yendo académicamente? ¿Habrá salvado aquel curso que tanto le aterraba perder?

Después de alistarme, me subo a mi BMW X5 y conduzco hasta la Universidad. Caminando por el campus, mi celular vibra indicando un correo entrante, en el cual la profesora cancela la clase a la cual estaba por ir. Frustrado, suspiro y decido sentarme en una banca al aire libre y repasar para mi examen de Administración Financiera.