Capítulo 26

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"Harry, Harry, Harry," me despierta Caroline.

"¿Hm?" Pregunto con voz ronca.

"Mira lo que llegó hace un par de horas."

Abro los ojos y veo una caja. Caroline me explica que es un paquete enviado por su padre. Me sorprendo y me levanto de la cama para observarlo mejor. Miro a mi amiga a los ojos pero ella no sostiene el contacto visual.

"Apestas a alcohol," comento.

"Lo sé."

"¿Por qué estás bebiendo?"

"Porque... tengo un mal presentimiento sobre esto."

"¿Y qué? ¡Es tu cumpleaños! No puedes estar triste," le pido. "Por cierto, feliz cumpleaños."

Ella asiente. "Gracias."

"Hey, no te amargues, en serio. Aún no sabes lo que es. ¿Por qué no lo abres?"

"Porque tengo miedo," admite. "Lo abriré después."

Yo asiento y sugiero bañarnos juntos para animarla un poco. Ella sonríe traviesa y juntos nos metemos a la ducha, lugar en donde no tenemos ninguna experiencia sexual, porque yo tengo demasiado sueño como para mantener mis ojos abiertos. Caroline se burla de mí y echa shampoo en sus manos para luego restregarlo en mi cabello.

Una vez que nos vestimos, ella suspira y observa detenidamente el paquete enviado por su padre. Traga saliva y se pasa las manos por la cara, intentando convencerse de que no será nada malo. Yo espero que esté lista para irnos a comer.

"¿Sabes algo? Dejé de fumar y ni cuenta me di," comenta una vez que nos subimos a su auto.

"¿En serio? ¿Desde cuándo no fumas?"

"Uh, no recuerdo."

"¡Hey! Eso es bueno," digo.

"Supongo. Pero es que en este momento tengo tantas ganas de un cigarrillo."

"Te ayudaré a quitarte esa idea de la cabeza," le guiño un ojo.

Caroline decide ir a aquel restaurante en el centro de la ciudad, el cual ella considera fino y desea convertir comer ahí en una tradición. Es su cumpleaños, así que no me quejo. Reproduciendo el último disco de Beyoncé, llegamos al restaurante que Care tanto adora.

"¿Ordenarás de nuevo el spaghetti?" Le pregunto.

"¡Claro!"

"Pero siempre comes eso," comento. "¿No te gustaría probar algo nuevo?"

"No soy una persona que anda probando cosas nuevas."

"Me probaste a mí," coqueteo.

Ella sonríe. "Y fue una buena decisión."

"¿Entonces...? Te recomiendo la langosta."

"Hm, comida de adinerados. Como nunca la he probado, te obedeceré," decide.

(...)

"¡Esto es lo más horrible que he probado en mi vida entera!" exclama mi ojiazul disgustada.

Me carcajeo. "Perdón, perdón, perdón. No te la termines. Puedes pedir otra cosa."

"Spaghetti será," ordena.

Continúo riéndome del fracaso con la langosta. Caroline se queja sobre cómo hay personas que pueden pagar tanto dinero en algo tan asqueroso y que no entiende cómo en Friends, las personas siempre comían langostas cuando iban a restaurantes lujosos. Entonces me río más.

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