Work Song

Capítulo 24

Me despierto debido a unos fuertes ruidos en la calle. Frunzo el ceño y gruño enojado, ya que no me siento lo suficientemente descansado. Sigo en la cama de Caroline, pero ella no está a mi lado; sin embargo, el sonido del agua caer en la ducha me permite saber su localización.

Me levanto de la cama y de repente siento mucho frío. Es ahí donde me doy cuenta de que estoy desnudo. Y los recuerdos de lo que hicimos Caroline y yo ayer por primera vez, llegan automáticamente a mi cabeza, curvando mis labios en una enorme sonrisa.

Entonces estoy de buen humor y decido hacer el desayuno.

15 minutos después, sale Caroline de su habitación vestida con una blusa negra que dice "Merry Fucking Christmas", un denim short, botas y una bandana azul en su cabello.

"Hey," me saluda.

"Buenos días."

"Qué rico huele. ¿Qué haces?" Pregunta con una sonrisa.

"Típico desayuno inglés: huevos revueltos, bacon, tostadas y jugo de naranja."

"Uhh, ¿y a qué se debe?"

"Estoy feliz," confieso.

Caroline solo asiente, probablemente asustada de la respuesta si me pregunta por qué me siento así.

"¿Podemos hablar sobre... lo de ayer?" Le pregunto un poco nervioso.

"¿Qué de ayer?" Se hace la desentendida.

"Caroline..."

Ella rueda los ojos. "Bien. ¿Qué con eso?"

"¿Qué somos?"

"Amigos," contesta ella rápidamente.

"Tú sabes que somos más que amigos."

"¿Qué te hace creer eso?" Pregunta antes de llevarse una tostada a la boca.

"¿Entonces te besas con tus amigos? ¿Besas como si nada a alguien como... Christina?" Pregunto sarcásticamente.

"En realidad sí," confiesa y se ríe.

Ruedo los ojos. "Eres imposible."

Ha arruinado mi humor.

"Ay, ¿por qué te enojas?"

"Seamos algo. Sé mi novia," pido nervioso.

Caroline, del susto, se atraganta con la tostada que tiene en la boca y después de toser y tomar un poco de jugo, se ríe nerviosa.

"¿Tenemos sexo y ya quieres ser mi novio?"

"No es por haber tenido sexo. Tú y yo nos gustamos. Es la verdad."

"Harry-" intenta hablar.

La interrumpo. "No puedes negarlo, Care."

"Sí puedo," dice antes de levantarse de la silla.

Caroline toma su celular, llaves y se va de su apartamento, dejándome solo y con agujas en mi pecho. Termino mi desayuno en silencio y con dolor. Se me dificulta contener mis ganas de llorar. El nudo en mi garganta es grande y no me permite respirar.

La verdad me atormenta: Caroline me ha rechazado.

Y de pronto, la rabia reemplaza la tristeza. ¿Por qué no quiere admitir lo que tenemos? ¿Por miedo a que sus amigas se den cuenta? ¿Por miedo a quererme demasiado?

Después de estar solo y en completo silencio por una hora, decido ir a mi casa por mi guitarra y regresar al apartamento de Caroline antes de que ella vuelva.