Capítulo 8

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N/A: Espero que os guste el capítulo. Muchísimas gracias por las reviews que me dejáis, sois geniales.


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Colocó el vaso de café sobre su escritorio y se sentó en la silla de la que se había apropiado, junto a la de Beckett. Ella le dedicó una sonrisa acompañada de un, casi inaudible, gracias. Se dedicaron unos segundos a mirarse el uno al otro, con complicidad, recordando el beso de la noche anterior.

-Lo de anoche...

-Yo! Beckett, tenemos un caso -gritó Espo desde su escritorio.

Castle chascó la lengua al verse interrumpido.

-¿Hablamos luego? - le dijo ella, también con fastidio.

Sin embargo no tuvieron ocasión de hablar en todo el día. Estuvieron trabajando codo con codo junto a Esposito y Ryan, a quien tenían que guiarle todavía un poco ya que acababa de entrar en homicidios.

El caso se fue complicando a lo largo del día, hasta que por fin dieron con una pista que les guió hasta el asesino.

Al final del día, cuando Ryan y Espo acababan de marcharse a casa, Castle se acercó a Kate, que estaba junto a su pizarra, recogiendo las fotos del caso.

-Kate.

-Ey - dijo ella - ¿Quieres venir a cenar a mi casa?

-En realidad no puedo - contestó él - Había olvidado que tengo una cita con una rubia a la que no le gusta nada que le dejen plantada. De hecho, - dijo, mirándose el reloj - llego tarde. Te llamo luego.

Castle se marchó, dejando a Kate plantada ante la pizarra de homicidios, incapaz de disimular la decepción que había en su rostro. Lo único que le apetecía en esos momentos era desaparecer, irse a algún lugar donde nadie pudiese verla y llorar hasta sentirse mejor. Sin embargo tenía otras responsabilidades, por suerte, tenía a Emma, la única persona que de verdad importaba en su vida.

Cuando llegó a casa, Emma estaba jugando con Leann, su nueva niñera. Leann era una mujer que había criado a cuatro hijos, ya independientes, y que transmitía confianza- Por eso, Kate la había escogido a ella, entre otras candidatas, para cuidar de su hija.

-Hola Kate - le saludó cuando la vio llegar. Cogió en brazos a Emma y se acercaron a la Detective - Dile hola a mamá.

Emma balbuceó, alegremente, abalanzándose a los brazos de su madre. Kate la cogió y disfrutó el momento en el que la pequeña Emma rodeó el cuello de su madre con sus bracitos y apoyó la cabeza en su hombro. Un sentimiento la invadió en ese momento, era simplemente amor.

Leann las miraba a ambas con ternura.

-Hemos estado toda la tarde jugando - le informó - y hace unos diez minutos ha cenado.

-Gracias Leann - dijo Kate - Nos vemos mañana.

-Adiós Kate.

Cuando Leann se marchó, Kate llenó la bañera de agua y se metió en ella con su hija, disfrutando juntas de un relajante baño caliente. Sus relajantes baños de espuma con un libro en la mano y una copa de vino en la otra habían sido sustituidos por baños de espuma con chapoteos de agua por todas partes y patitos de goma flotando a su alrededor.

Unos minutos más tarde, aquel baño les había relajado a ambas. Kate había pasado del enfado a necesitar hablarlo con alguien, así que llamó a su amiga.

Lanie tocó el timbre solamente un viaje por si la hija de su amiga estaba ya dormida. Sin embargo, unos segundos más tarde, Kate abrió la puerta con Emma en brazos. La pequeña llevaba el chupete y tenía puesto un pijama amarillo con dibujos de ositos.

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