Capítulo 17

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N/A: Wow! Estoy sorprendida por la cantidad de reviews, de verdad que muchísimas gracias. Sois estupend s!

Espero que os guste el capítulo y espero actualizar pronto, aunque no puedo asegurar nada porque tengo exámenes... Lo cual puede ser una razón para que sí actualice pronto por eso de que cuando tenemos que estudiar encontramos pronto otras cosas que hacer xD en fin... no sé, espero no tardar mucho.


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Tras recoger a Emma del loft, Castle fue con ella a dar un paseo por el parque, donde la pequeña estuvo jugando un rato en los columpios. Después se marcharon a casa para preparar juntos la comida.

Castle le ayudó a lavarse las manos y después la sentó en un taburete, junto a la isleta de la cocina, él se apoyó sobre la misma.

-Muy bien, ¿qué quieres que preparemos? - le preguntó.

-Mmm - se llevó un dedito a los labios y alzó la mirada hacia arriba, pensando - ¿Canelones?

Rick sonrió, sabiendo que los canelones era uno de los platos favoritos de Emma.

-Canelones entonces - dijo, guiándole un ojo.

Juntos comenzaron a preparar la comida. Rick le dejaba preparar a Emma todo lo que no suponía ninguna dificultad o peligro, quedándose él con esa parte. Finalmente, terminaron de esparcir la bechamel por encima y Castle metió la bandeja en el horno.

-¿Puedo pintar? - preguntó Emma.

-Claro. Pero solamente hasta que venga mamá, después comeremos todos juntos.

La pequeña asintió, obediente, y recorrió el salón hasta una de las esquinas en las que, en el estante más bajo de una estantería, tenía una caja con folios y pinturas. Se sentó en el suelo y cogió unas cuantas pinturas, después cogió un folio y se dirigió hasta la mesita del salón, donde se sentó a pintar.

-Mira papi - dijo, alzando el dibujo para que Castle lo viera - estoy dibujando una flor.

-¡Qué bonita! - dijo él, animadamente, haciendo que los labios de Emma se curvasen en una gran sonrisa.

Pero la sonrisa se esfumó rápidamente, en cuanto, al volver a colocar el folio sobre la mesa, se hizo un corte con el papel en el dedo. Al principio no sintió nada, pero tan solo dos segundos después comenzó a notar un pequeño escozor en el dedo, se lo miró y vio que tenía sangre.

-Papi - dijo, con voz temblorosa, mostrándole su dedito.

-Te has cortado - No era una pregunta, más bien lo confirmaba al ver el dedo ensangrentado de su hija. Avanzó hacia ella - No pasa nada, es solo un pequeño corte.

Cogió un pañuelo y envolvió en él el dedito de Emma, mientras ésta lo miraba, con algunas lágrimas acumulándosele en los ojos.

-Escuece - se quejó.

Castle fue hasta el cuarto de baño y volvió al salón con el botiquín de primeros auxilios. De él sacó una tirita con dibujos de mariposas, que era las únicas que tenían, y un pequeño frasco.

-¿Todavía te escuece? - le preguntó.

Emma asintió, sujetando fuertemente el pañuelo sobre el dedo.

-Eso lo vamos a solucionar ahora mismo - dijo él - Tengo aquí los polvos mágicos, ¿te acuerdas?

-Si - dijo Emma, ahora más animada.

Aquel pequeño frasco con polvos mágicos, que en realidad era un frasco vació, hacía que las heridas se le curasen inmediatamente. Al menos eso sucedía con las heridas de menor importancia a las que Emma, como todos los niños, le atribuían más importancia y mayor dolor del que en realidad era.

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